El pibe va a votar por primera vez. Empezó a leer los diarios, a mirar los noticieros y se prepara con ansias para el año que viene. Sin embargo, tiene la mirada sombría, el entusiasmo turbio. Padece el bombardeo comunicacional permanente y se le hace difícil mantener la calma. Todos los días le muestran setecientas veces el mismo asesinato, la salidera bancaria, el choque en la panamericana, la toma de rehenes, y el colectivo metiéndose en el living de una casa. La asfixia mediática intenta detener el aliento de una sociedad apabullada por el miedo. El pibe sufre.
¿Adónde está Francisco alica alicate votame votate? ¿Qué fue del colorado exitoso, que trabajando trabajando pasó de almacenero a empresario multimillonario y diputado ausente? La última vez que lo vio fue bailando en la tele.
¿Por qué sigue pregonando catástrofes la rubia Lilita gordita, en todos los canales, si nunca la emboca? El abuelo dice que es tan inexacta que es menos creíble que Horangel.
¿Cómo es posible que en las encuestas, el Mauricio hijo ineficiente del empresario rico se posicione en segundo lugar en intención de voto para Presidente? ¿Hay que descuidar los colegios, espiar y pinchar teléfonos y hacer negociados para que te voten?
Hay un señor canoso, entrado en años, que hacía películas con humo, que habla y que habla y tira cifras enormes en los reportajes. El otro día contó que se evaporan tres mil ochocientos cincuenta y cuatro millones cuatrocientos treinta mil setecientos ochenta y nueve centrímetros cúbicos de agua por decámetro cuadrado de laguna sin sombrilla y que eso producía mucha lluvia y anegaba los esteros del Iberá y así no se puede seguir sin galochas. Pará de hablar, salame.
El pibe escucha que está todo mal, que la Presidenta tiene malas intenciones y su marido las tiene peores. Y no entiende, porque ve otra cosa. Su papá tiene trabajo, y las cosas en casa están mejor que antes. Él labura y junta guita para comprarse una moto o hacer un viaje por América, como el Che.
Cuando habla con sus amigos, coinciden en que todos los opositores son unos inútiles, y que no es fácil gobernar la Argentina. Hay que tener ovarios para llevar adelante este país lleno de mediocres, malandras y piojos resucitados. Cristina tiene aguante, dicen.
Se acuerda que cuando era chico, la gente estaba malhumorada, y golpeaba los bancos con martillos, cucharas y cucharones porque no les daban sus ahorros. Su mamá lloraba un día, cuando volvía del cole, porque no pudo sacar la plata que tenía guardada y no se la devolvieron. Él le preguntó: ¿Por qué no nos dan lo que es nuestro, mamá? Ella nunca le pudo responder.
El pibe tiene un primo que es como un hermano, que lo llevó el otro día al Luna Park. Volvió muy contento. Sintió una emoción que nunca nunca había sentido. Era como ser parte de algo que se está gestando. Como una energía, como una pila gigante que te da ganas de hacer y pensar e imaginar cosas posibles.
La semana pasada no vino a dormir. Se quedó con la novia, haciendo el aguante y carteles para la marcha en memoria de la Noche de los Lápices.
Por las noches, en la cena, hablan de proyectos o de cualquier cosa, ya no prenden la tele. Ayer, le dijo a su familia que no entiende cómo hubo un tiempo en que los pibes como él, se iban del país porque acá no tenían futuro.
Daniel Mancuso
5 comentarios:
Lo voy a publicar en la lista Reconquista popular, ya que me parece brillante. Rodolfo
Gracias Rodolfo, abrazo
Se va para arriba Mancu..
Felicitaciones y gracias por los aportes diarios..
Un abrazo
Excelente, realmente muy bueno.
Un Abrazo
gracias compañeros, todos somos el pibe...
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