
Es hora de empezar un debate serio. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. La represión a la protesta social es repudiable y obscena. La minería debe ser discutida por sus protagonistas, autoridades y especialistas. Ninguno de nosotros está de acuerdo con la represión a pobladores indefensos por parte de uniformados armados hasta los dientes. Deberían renunciar los jueces, fiscales, intendentes y la gobernadora si no saben encauzar este problema. Una bala de goma o un palo en la cabeza de un manifestante no valen los puestos de unos burócratas ineficientes. Renuncien.
Lo que los pueblos de la provincias mineras necesitan es trabajo y desarrollo, con inclusión. Darle a todos y cada uno lo que el neoliberalismo y los gobiernos corruptos y alineados a los poderes del puerto les robaron durante 200 años.
Tampoco podemos regalarle el tema a las corporaciones desinformativas, a Clarín y TN, o a los partidos de izquierda que sacan 2 votos en las elecciones y no representan a nadie. Algo está mal. Falla la comunicación y llegamos tarde adónde nunca pasa nada o ya pasó. No es justo que nos corran por izquierda quienes definitivamente han demostrado que están en contra de los intereses populares, y siguen confundiendo a la población, generando más daño que la megaminería que dicen combatir...
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El Kuntur, grupo de elite de la policía de Catamarca, “reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos” a dos grupos de personas que desde hace diez días vienen protestando con cortes de ruta contra la minería a cielo abierto en las localidades catamarqueñas de Belén y Tinogasta. Hubo 35 detenidos y doce vecinos tuvieron que ser asistidos en el hospital de Tinogasta.
2
“En el pueblo jamás se vivió una situación de semejante violencia. Nos sacaron a empujones y a golpes de la ruta, sin tener en cuenta que había mujeres, incluso una de ellas embarazada, y muchos niños porque nosotros somos vecinos del lugar, no somos militantes de ninguna organización política”, le dijo a Página/12 Karina Olmos, integrante de la Asamblea Ciudadana de Tinogasta.
Anoche, en esa ciudad, decenas de vecinos estaban volviendo a ocupar la ruta 60, para impedir la circulación de camiones que llevan insumos hacia la minera La Alumbrera, en la vecina ciudad de Andalgalá. Antes, cerca de un millar de vecinos se reunieron frente al municipio de Tinogasta para pedir la renuncia del intendente local, Hugo Avila.
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Ante la situación, el ministro de Gobierno de Catamarca, Francisco Gordillo, justificó el desalojo argumentando que “el bloqueo del camino retenía el paso de camiones que trasladaban explosivos que significaban un peligro para la sociedad”, y señaló que “el operativo se hizo en cumplimiento de una orden judicial, respetando sobre todas las cosas el derecho que tienen todos de transitar por la ruta”.
Al mismo tiempo, Gordillo sostuvo que tienen “las puertas abiertas para dialogar con los ambientalistas”.
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El “violento desalojo” que denunciaron los pobladores se produjo ayer cerca de las 9 de la mañana. Los vecinos recibieron primero una notificación verbal de la fiscal Liliana Carrizo, pero aseguran que no hubo “ninguna orden judicial por escrito”. En ese punto discrepan con lo que dijo el gobierno provincial.
Según los vecinos, cuando comenzó la represión se habían concentrado en la ruta cerca de 150 personas. “El corte lo veníamos haciendo unas 15 o veinte personas, pero después del anuncio de la fiscal avisamos a otros vecinos y se vinieron a la ruta con nosotros.” Karina Olmos denunció que hubo “disparos de balas de goma, gases lacrimógenos y nos golpearon a todos, hombres y mujeres, sin importar que había muchos niños a los que tuvimos que proteger”. Como protesta, los vecinos –cerca de un millar– marcharon ayer por la tarde a la intendencia de Tinogasta.
Como no estaba su titular, Hugo Avila, le pidieron su renuncia al viceintendente Alanis Andra. Los vecinos marcharon con un cartel que decía “Las ideas no se reprimen, siguen presentes”.
El otro desalojo ocurrió en la ruta 40, en Belén, por donde también pasan los camiones que van hacia La Alumbrera. Esto ocurrió en la tarde del jueves, a partir de las 18, por “disposición del fiscal Jorge Flores”. En este caso se produjeron empujones y golpes contra un grupo compuesto por varias decenas de vecinos que en ese momento no estaban cortando la ruta. “Estábamos en un terreno privado, de la familia Barragán, cuando vino el grupo Kuntur y nos sacó a los golpes”, relató Mariano Cervantes.
Sólo hubo heridos leves, pero se llevaron detenidas a 35 personas, “diez de ellas mujeres y dos chicos menores, de 14 y 16 años”. Estuvieron detenidos durante más de 8 horas, las mujeres en la Regional 3 de Belén y los hombres en la comisaría de la localidad de Londres.
Lo que los pueblos de la provincias mineras necesitan es trabajo y desarrollo, con inclusión. Darle a todos y cada uno lo que el neoliberalismo y los gobiernos corruptos y alineados a los poderes del puerto les robaron durante 200 años.
Tampoco podemos regalarle el tema a las corporaciones desinformativas, a Clarín y TN, o a los partidos de izquierda que sacan 2 votos en las elecciones y no representan a nadie. Algo está mal. Falla la comunicación y llegamos tarde adónde nunca pasa nada o ya pasó. No es justo que nos corran por izquierda quienes definitivamente han demostrado que están en contra de los intereses populares, y siguen confundiendo a la población, generando más daño que la megaminería que dicen combatir...
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El Kuntur, grupo de elite de la policía de Catamarca, “reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos” a dos grupos de personas que desde hace diez días vienen protestando con cortes de ruta contra la minería a cielo abierto en las localidades catamarqueñas de Belén y Tinogasta. Hubo 35 detenidos y doce vecinos tuvieron que ser asistidos en el hospital de Tinogasta.
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“En el pueblo jamás se vivió una situación de semejante violencia. Nos sacaron a empujones y a golpes de la ruta, sin tener en cuenta que había mujeres, incluso una de ellas embarazada, y muchos niños porque nosotros somos vecinos del lugar, no somos militantes de ninguna organización política”, le dijo a Página/12 Karina Olmos, integrante de la Asamblea Ciudadana de Tinogasta.
Anoche, en esa ciudad, decenas de vecinos estaban volviendo a ocupar la ruta 60, para impedir la circulación de camiones que llevan insumos hacia la minera La Alumbrera, en la vecina ciudad de Andalgalá. Antes, cerca de un millar de vecinos se reunieron frente al municipio de Tinogasta para pedir la renuncia del intendente local, Hugo Avila.
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Ante la situación, el ministro de Gobierno de Catamarca, Francisco Gordillo, justificó el desalojo argumentando que “el bloqueo del camino retenía el paso de camiones que trasladaban explosivos que significaban un peligro para la sociedad”, y señaló que “el operativo se hizo en cumplimiento de una orden judicial, respetando sobre todas las cosas el derecho que tienen todos de transitar por la ruta”.
Al mismo tiempo, Gordillo sostuvo que tienen “las puertas abiertas para dialogar con los ambientalistas”.
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El “violento desalojo” que denunciaron los pobladores se produjo ayer cerca de las 9 de la mañana. Los vecinos recibieron primero una notificación verbal de la fiscal Liliana Carrizo, pero aseguran que no hubo “ninguna orden judicial por escrito”. En ese punto discrepan con lo que dijo el gobierno provincial.
Según los vecinos, cuando comenzó la represión se habían concentrado en la ruta cerca de 150 personas. “El corte lo veníamos haciendo unas 15 o veinte personas, pero después del anuncio de la fiscal avisamos a otros vecinos y se vinieron a la ruta con nosotros.” Karina Olmos denunció que hubo “disparos de balas de goma, gases lacrimógenos y nos golpearon a todos, hombres y mujeres, sin importar que había muchos niños a los que tuvimos que proteger”. Como protesta, los vecinos –cerca de un millar– marcharon ayer por la tarde a la intendencia de Tinogasta.
Como no estaba su titular, Hugo Avila, le pidieron su renuncia al viceintendente Alanis Andra. Los vecinos marcharon con un cartel que decía “Las ideas no se reprimen, siguen presentes”.
El otro desalojo ocurrió en la ruta 40, en Belén, por donde también pasan los camiones que van hacia La Alumbrera. Esto ocurrió en la tarde del jueves, a partir de las 18, por “disposición del fiscal Jorge Flores”. En este caso se produjeron empujones y golpes contra un grupo compuesto por varias decenas de vecinos que en ese momento no estaban cortando la ruta. “Estábamos en un terreno privado, de la familia Barragán, cuando vino el grupo Kuntur y nos sacó a los golpes”, relató Mariano Cervantes.
Sólo hubo heridos leves, pero se llevaron detenidas a 35 personas, “diez de ellas mujeres y dos chicos menores, de 14 y 16 años”. Estuvieron detenidos durante más de 8 horas, las mujeres en la Regional 3 de Belén y los hombres en la comisaría de la localidad de Londres.
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Mario Barquero, gerente de Ingar Ingeniería, una empresa con sede en Olavarría (provincia de Buenos Aires) que se dedica a estudios topográficos y a ingeniería minera, sostuvo que en la Argentina debe separarse la minería de la megaminería a cielo abierto.
“No hay que partir de la simplificación de estar a favor o en contra. En nuestro caso, trabajamos con el ámbito minero, de modo que no podemos estar en contra de la minería. Pero los medios de comunicación han instaurado una dicotomía sobre el tema, como si se tratara de ser de River o de Boca”.
Barquero se declaró a favor de los proyectos mineros, pero sólo de aquellos considerados sustentables, es decir aquellos que minimizan el impacto ambiental.
“Desarrollando buenas labores mineras se llega a buenos resultados. La minería es una de las primeras actividades del ser humano. Con el crecimiento demográfico y las actividades cada vez es más difícil estar en equilibrio desde el punto de vista medioambiental”, admitió. Y dijo que la minería llevada a cabo con las prácticas y reglamentaciones vigentes es diferente de la megaminería. “Es distinta la minería de las megaexplotaciones de yacimientos polimetálicos. Yo con la megaexplotación de oro no estoy de acuerdo. Existen otros mecanismos extractivos, como la minería subterránea, que demanda otros costos, pero con impacto ambiental mínimo. No es necesario volar una tonelada de cordillera para sacar tres gramos de oro”, afimó.
Barquero dijo que es necesario tomar nota del planteo de la Presidenta de abrir una discusión profunda sobre la actividad minera. “Fue una consideración apropiada: llamar a la reflexión y que no implique esto una guerra. Es ponernos de acuerdo en qué tipo de minería queremos tener en el país”.