EL QUIOSCO

El flaco tiene un quiosco en Belgrano, muy cerca de un yopin y de una universidad. Labura 14 horas por día, y a veces ni puede ir al baño. Tiene 26 años, y cuando pueda, dice, se quiere ir al sur. Para poder vender barato va a comprar los yogures al Carrefour, porque si le compra directamente a La Serenisima le cobran más y él a su vez venderá más caro. Y no es que el hipermercado venda barato, sino que es más barato que el productor. Raro, ¿no?

¿Por qué en Pompeya le cobran a un amigo quiosquero menos que a mí acá en Belgrano? ¿Por qué hay distintos precios según la zona? Coca Cola hace lo mismo, me bajan del camión los cajones de gaseosa más caros que si fuera en Constitución... ¿cuál es?, dice el flaco indignado. Los precios acordados por el Gobierno no se respetan, o no encontrás la mercadería en las góndolas. ¿Y el "Mirar para Cuidar", adónde está?, pregunta.

Tanta distorsión, manoseo, especulación, sarasa, inacción, ¿Tendrán que ver con la inflación?

Daniel
Mancuso

TANQUES O PELUCHES

«Hay razones para creer en un mundo mejor», dice Coca Cola.

Suena bien, pero viniendo de una empresa multinacional capitalista dudamos de la intención y los buenos deseos. El comercial donde se expresan las fallutas aseveraciones está «basado en estudios realizados en 2010 sobre la situación actual del mundo».

¿Quién hizo los estudios? ¿Durán Barba? ¿Lanata? ¿Majul? ¿Habrán relevado la situación de los Pilagá en Formosa, por ejemplo? Seguramente no, ellos no toman Coca Cola, (gracias a Dios), aunque tienen otros graves problemas.

La dulce bebida no sólo produce caries a sus ilusos consumidores sino que da consejos de cómo mejorar la vida en el planeta sin la autoridad moral suficiente, y apelando a comparaciones burdas, idiotas, imbéciles, dignas de desprecio y repudio generalizado hacia sus mentores.

Siempre se dijo que los comentarios completan el sentido, y a veces, son más importantes que la nota que les dio origen. Por lo menos, así funciona en los blogs.

Lorena nos pasó el video de Coca Cola alternativo al que nos pasó Ricardo (vea el original), en los comentarios de La BANALIDAD del MAL...

Una belleza...

Daniel Mancuso