Cuando era chico tenía una
libreta de ahorro, juntaba moneditas y compraba estampillas para pegar en la libreta que me regaló mi viejo, y ver cómo crecía mi tesoro...
Mi viejo era obrero ferroviario, inmigrante italiano, excombatiente adolescente de la Segunda Guerra Mundial, expulsado por el hambre y la desocupación europea, zapatero en ciernes, hacedor de objetos de mimbre para pagar el parto de mi hermano. Mi vieja era operaria en una fábrica de vasos de papel. Erán los tiempos de trabajar, ahorrar, y vivir, todavía. Se hicieron la casa, crecimos, la escuela, la vuelta de Perón...
Después, mucho después, llegó el tiempo de la especulación, de los que ganan la plata sin trabajar. Eran los 90 (que siempre vuelven).
En el medio hubo un agujero negro. Tiempos de represión, censura, torturas, desaparición y muerte. Civiles, curas, y militares, la santísima trinidad al palo.
Vino la democracia, las promesas, la mentira, el engaño. Ni se come ni se cura ni se educa. Carapintadas y
2 demonios. Síganme a las relaciones carnales. La Alianza y era aburrido nomás. Hubo un vaciamiento, un derrumbe, una explosión. Hubo
Blindaje y Megacanje. El que puso dólares... los perdió...
Toda mi vida, como la de millones, se vio enchastrada por innumerables excrementos tributarios de «la deuda externa».
Quién sabe adónde habrá ido a parar mi libreta de ahorros.
Tres décadas de democracia. La violada Argentina aún se está reponiendo de las heridas, pero...
Otro picotazo. 16 de junio 2014: el tribunal de New York en connivencia con los fondos buitre vienen por nosotros, vienen por todo.
La Corte Suprema de Estados Unidos decidió no hacer lugar a la apelación de Argentina en el caso de los fondos buitres, decidió no revertir el fallo del juez Griesa que obliga la Argentina a pagarles a los fondos buitres al mismo tiempo que les paga a los tenedores de bonos que ingresaron en el canje. Ese pago está previsto para el 30 de junio.
Cristina, nuestra Presidenta, hizo memoria...
«
El blindaje –y esto lo recuerdo muy bien porque yo era legisladora nacional– tiene lugar, a fines del año 2001, constituía una operación ficticia, una suerte de pasamanos de 40 mil millones de dólares que el
Fondo Monetario Internacional, le prestaba al gobierno de entonces, para hacerse cargo de la deuda que tenía el gobierno, y que no podía pagar y que era en realidad un pasamanos o un mero asiento contable, porque el dinero entraba al país, pero inmediatamente salía para afuera del país para pagar las deudas de los capitales que habían entrado con tasas altísimas a nivel internacional a nuestro país. Esto a cambio, también, de un formidable ajuste, que se discutió en el Congreso: reducción del PAMI, la ANSES, reducción del Estado, de los presupuestos educativos, en fin lo que se constituyó el ajuste que tuvo una amplia difusión y una amplia discusión en el Parlamento argentino, del cual también, en ese momento, como parlamentaria, me tocó ser protagonista.
»Pero allí no terminarían las cosas, como no podía ser de otro modo el blindaje tampoco tuvo éxito y entonces sobrevino lo que constituyó el último acto de la gran tragedia de la deuda argentina:
el megacanje. El megacanje fue una idea, su autor intelectual fue un ex secretario del Tesoro, de los Estados Unidos de Norteamérica.
David Mulford, en ese entonces el CEO del Credit Suisse, del Banco de Crédito Suizo, que le propuso al entonces ministro de Economía (
Domingo Felipe Cavallo) y al entonces Presidente (De la Rua) canjear 46 bonos de deuda existentes a ese momento por 5 bonos de deuda.
»La operación, en la que intervinieron siete bancos, y también
las AFJP generó comisiones, esto es pago por la intermediación de canjear bonos, de 150 millones de dólares, de los cuales 20 millones fueron a parar a manos de David Mulford y el resto a los bancos y a las AFJP, que habían intervenido. Lo interesante -además de los 150 millones de dólares de comisión– es que los bancos que habían intervenido en esa operación y las AFJP pusieron y digo pusieron entrecomillas, 27 mil millones de dólares, pero en realidad solamente fueron 7.000 porque 20.000 ya los tenían en sus carteras. Quiere decir que se cobraron comisiones así mismos de lo que ya ellos tenían. Esto originó una formidable causa penal, con pericias contables, prescribió. ¿Qué significa que prescribió? Que el paso del tiempo y la inactividad de jueces, camaristas y fiscales llevó este último 6 de junio que pasó, a que David Mulford, al que nunca se pudo interrogar ni indagar, ni sé tampoco si alguien pidió que viniera al país o se insistió demasiado en que viniera al país fuera sobreseído y también otras personas que intervinieron en esa operación. Es curioso y digo esto porque es curiosa la velocidad de algunos jueces, de algunos camaristas y de algunos fiscales que tienen la velocidad del correcaminos, aquel personaje del Beep Beep, en algunas causas mediáticas y políticas, yo no puedo olvidarme aquel verano de las reservas cuando una jueza nos impidió, mediante una medida cautelar pagar con reservas del Banco Central la deuda que habíamos contraído los argentinos y no puedo dejar de cotejar esa velocidad y esas distintas velocidades con esta
inacción, durante años, por parte de fiscales, de jueces y de camaristas que permitieron prescribir una causa que le ocasionó al país un perjuicio de 55.000 millones de dólares...»