2012. Leemos con estupor que el director de cine
Juan José Campanella está enojado porque unos niños de Santa Fe hicieron una obrita de teatro crítica sobre el tema del
dólar y los
cacerolazos, en la escuela.
El primer comentario posible sería: ¿Y? ¿A quién le importa la indignación de Campanella?
Pero vamos a ser respetuosos del disenso y tratar de entender este acto macabro de hipocresía ciudadana, este comportamiento políticamente correcto, esta indignación tilingo progresista...
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Como era obvio, siempre que cualquier hecho sirva para enchastrar al gobierno nacional es aprovechado por el multimedios apropiador. El diario Clarín se sube al bondi y publica:
El video escolar que indignó a Campanella:
«La actuación de un grupo de chicos de 2° grado de una escuela santafesina despertó la ira del director de "El secreto de sus ojos", que reclamó "un repudio por parte del Gobierno de esta utilización de unos inocentes"»
«El video subido a YouTube muestra una representación de alumnos de segundo grado. Allí se puede ver a tres chicos, con todo el candor y la gracia que pueden tener los nenes de siete u ocho años, protagonizando una obra en la que uno de los personajes trama un plan para quedarse con el dinero de otro y así "comprar muchos dólares".
»Avisada de que la Presidenta "achicó la cantidad de dólares que se pueden comprar y vender", el personaje –Rosaura- habla con su abogado para "organizar un cacerolazo". El abogado le responde que es una medida lógica, pero la nena que interpreta a Rosaura se indigna: "¡Esta Presidenta sólo piensa en la gente pobre! ¿Y qué hay de los ricos?", exclama. Y luego, ya sobre el final, insiste: "Mi plan fracasó, me doy cuenta que vivo en un país donde sólo se piensa en la gente pobre. Reciben planes que lo único que hacen es fomentar la vagancia. Yo sólo quería ser más rica, tener dólares". En la obrita, termina mal, porque "la mató la ambición"...»
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Surgen innumerables preguntas:
¿No es indignante la utilización de los inocentes alumnos para inculcarles que en nombre de un señor que no sabemos si existió ─hace más de 2000 años─, unos señores muy malos masacraron, esclavizaron, explotaron, domesticaron y torturaron con complicidad de
Reyes, Papas y Obismos a millones de personas que vivían en América, desde finales del siglo XV?
Sin Embargo no hemos escuchado críticas a la gestión de
Cristobal Colón y sus secuaces al frente de la rapiña europea. Tampoco se escuchan críticas al desempeño de monjes y curas en los tribunales inquisitoriales, en las misiones, y otros sitios de dios.
¿No es indignante la utilización de los inocentes alumnos en parroquias conducidas por
curas pedófilos, que consagraron la Eucaristía a represores y torturadores dictatoriales, que confiesan a delincuentes de guante blanco, que bautizan y casan a tecnócratas, gerentes y empresarios responsables del hambre y la miseria de millones de siervos de dios?
¿No es indignante la utilización de los inocentes alumnos para inculcarles los valores del mercado neoliberal cuando en las escuelas se hacen rifas y desfiles de modas para recaudar fondos ─en lugar de festejar la vida y el encuentro social─, porque la cooperadora tiene que suplir la ausencia de presupuesto y recursos para el normal desenvolvimiento de la actividad educativa?
¿No es indignante la utilización de los inocentes alumnos para inculcarles los valores del odio y el resentimiento cuando van a un cacerolazo con sus padres y hermanos, el
8N, por ejemplo, y escuchan y repiten y aprenden consignas antidemocráticas, insultan a la Presidenta de la Nación, y le desean la muerte?
¿No es indignante la utilización de los inocentes alumnos para inculcarles ideas foráneas como el festejo de Halloween, sin recordar que existe el de la
Pachamama?
¿No es indignante que muchos papás y mamás de alumnos pequeños sean partícipes de
accidentes de tránsito que producen
la muerte de 22 argentinos por día, todos los días, todos los años, y que ese desprecio por la vida se transmite de padres a hijos, repitiendo la tragedia una y otra vez?
¿No es indignante la utilización de los inocentes alumnos para inculcarles la verdad a medias sobre nuestra historia, sobre
Sarmiento, Rivadavia,
Mitre,
Roca, entre otros; que no se hable de los bombardeos sobre la población civil inocente en Plaza de Mayo de
1955 y los fusilamientos de
1956?
¿Qué contenidos indignan y cuáles no indignan, por qué?
¿No es indignante que no se indignen por las reflexiones precedentes?
Y ahora sí, la pregunta final: ¿Qué te pasa Campanella?
POST SCRIPTUM...
2014. Leemos con estupor las palabras del director de cine
Juan José Campanella que enojado dijo en
El Diario de Mariana (programa insignia opositor de la tarde, emitido por el multimedios desestabilizador del Grupo Clarín) entre otras sandeces...
"El otro día miré la cadena nacional y no me pude dormir a la noche.
Trato de no verlas porque es frustrante. Porque el error se permite,
podemos decir que estos son problemas mundiales, un montón de cosas,
pero no podemos decir que no existen estos problemas, o 'a mí no me
pidan nada porque esto empezó hace 40 años'. Mis esperanzas y mi
optimismo es con el futuro, con el presente tengo cero esperanzas y he
dejado de pedirle nada y por lo tanto he dejado de opinar nada, porque
para mí no sé de qué hablan".
Para el director, las apariciones
de la presidente Cristina Kirchner frente a cámaras "es predicarle al coro que es cada vez más pequeño". "Negar la realidad no le hace bien a nadie. ¿Cómo me pueden decir que puedo comer con 8 pesos por día?", se preguntó y definió a la cadena nacional como "piantavotos".
La postura del Oficialismo contra parte de la prensa también se tocó en
El Diario de Mariana:
"Yo no creo que Clarín pueda voltear a un gobierno ni con uno, cinco o treinta titulares...Seguir
insistiendo en que la prensa es la que crea la realidad, sí puede
elegir el tema del que se puede hablar, pero nada puede contra mi
realidad. Mi realidad es cuando voy al mercado".