MINISTERIO DE VIVIENDA YA

En Argentina existe un déficit habitacional histórico de 3 millones de viviendas (casas más, casas menos) que se incrementa anualmente en alrededor de 120.000 casas.

Alrededor de un 12 % del total de la población de la CABA sufre problemas habitacionales, lo que representa algo más de 340.000 personas.

Además, sólo en el área metropolitana de Buenos Aires se genera una necesidad de 50.000 nuevos hogares anuales, los que se suman a la cifra de aquellos que se encuentran deficitarios u obsoletos.

En su página web (http://www.vivienda.gov.ar/), el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (Secretaría De Obras Públicas) dice...

• La activa política habitacional que se ejecuta mediante la construcción de viviendas, mejoramientos, infraestructura, obras complementarias y de equipamiento comunitario, permite una intervención a favor de la inclusión social y la consolidación del hogar como núcleo familiar, generando mayor equidad social y un apoyo a la expansión de la industria de la construcción. De ese modo la vivienda se constituye en una fuente intensiva de la creación de puestos de trabajo.

Estamos de acuerdo. Coincidimos en cada palabra, pero vamos por más. Cuando hablamos de profundizar el proyecto nacional en marcha, decimos que no alcanza con lo hecho, no alcanza con lo pensado. Hay que romper el molde, inundar de imaginación y trabajo (y casas) la patria.


Aun tomando como positivas las reflexiones de El Fusilado en su nota El kirchnerismo y la vivienda, es evidente que estamos por debajo de las posibilidades que el Estado nacional tiene para solucionar el acuciante tema de la vivienda.

La resolución del problema habitacional requiere del Estado, de la sociedad, del sistema bancario, de la comunidad científica y tecnológica, de las sociedades de Arquitectos e Ingenieros y de urbanistas.

Ni las políticas del sector público ni el mercado pueden solucionar el problema de la vivienda, y además, no poseen mecanismos que integren al total de los involucrados.

Uno de los actores fundamentales en la solución del problema, es el arquitecto. Es quien puede aportar las pericias, destrezas, habilidades, dotes, alto nivel de conocimiento, lo que los ingleses llaman el know how (saber cómo), "saber cómo hacer algo pronto y bien hecho". Esto tiene una directa relación con la experiencia, es decir la práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo. Los arquitectos a fuerza de remar y remar, en territorio hostil (el mercado) han adquirido la capacidad de encontrar soluciones sin dinero, se imaginan que pasaría si contaran con la financiación del Estado con una planificación acorde y responsable, con sentido social, popular e inclusivo?

• Miles de arquitectos con buenas intenciones se formaron en una facultad donde nunca vieron un ladrillo. Al salir a la calle se encuentran con una profesión que sigue siendo para pocos, para gente de guita. ¿Cuál es la salida? Si no quieren ser empleados dibujantes de un gran estudio, si quieren ser independientes y no trabajar para la construcción de un shopping o un barrio cerrado en Pilar o un edificio de departamentos (con portero visor, seguridad privada y pileta de natación), deben juntar una suma de dinero importante, comprar una casa vieja, demolerla y hacer 3 duplex, venderlos, y con ese dinero empezar de nuevo el círculo vicioso. La gente que vive en un duplex o un triplex cuenta con los ingresos y la disponibilidad de dinero para comprar su vivienda, no es la que necesita de la intervención del Estado para llegar a la vivienda propia.

¿Qué pasaría si tomáramos 10.000 millones de dólares de las reservas y junto a la creación de un ministerio de Vivienda hacemos un SHOCK HABITACIONAL?

¿Se imaginan lo que provocaría esa medida a nivel de trabajo e inversión, y las fervorosas expectativas de millones de argentinos sintiendo la posibilidad concreta del techo propio?

En Argentina, debemos impulsar el crédito hipotecario que potencie al mercado inmobiliario. Hay que bajar las tasas y aumentar los plazos (tenemos el marco de seguridad jurídica y previsibilidad politico- económica). Poseemos la posibilidad de un fondeo genuino a largo plazo para crear líneas de crédito acordes a la realidad particular de nuestra patria.

También, la flexibilización de los requisitos exigidos por los bancos para la calificación de tomadores de crédito hipotecario es una acción que debería ser estudiada y aplicada, sobre todo en cuanto a la comprobación de ingresos del solicitante, acomodándolo más a la realidad de nuestro mercado laboral, con importantes índices de informalidad, todavía.



Si miramos la infomación de los cuadros adjuntos (haga clic sobre las imágenes para agrandar) que proporciona la Subsecretaría de DESARROLLO URBANO y VIVIENDA, veremos que el total de viviendas construídas entre 2003 y 2010 es de 310.865 viviendas. Un montón, sin dudas. Sin embargo, a este ritmo, si 300.000 viviendas se hicieron en 7 años, las 3.000.000 de viviendas faltantes necesitarían 70 años para ser realizadas. Mucho tiempo para esperar, ¿no le parece?

En la Argentina de Juan Domingo Perón y Evita, entre 1945 y 1955, en esos gloriosos 10 años del primer peronismo, se construyeron 500.000 viviendas. Ese número duplicó el parque habitacional de entonces. Fue una revolución justicialista de verdad.

En 2011, una vez que aseguremos el triunfo de octubre, con Cristina Presidenta por 4 años más, debemos profundizar la huella peronista, construír miles de viviendas. Hay cientos y cientos de arquitectos que podrían colaborar con sus conocimientos en la elaboración de infraestructura, equipamiento urbano, plazas, clubes, hospitales, casas, centros recreativos, escuelas, etcétera...

Debemos utilizar la mano de obra de los miles de beneficiarios que trabajarían para construir sus propias casas, asesorados por profesionales responsables. A su vez, las viviendas serían personalizadas. No es lo mismo construir 100 viviendas todas iguales con 60 metros cuadrados (dos dormitorios y dos baños), que construir 100 viviendas, algunas con 4 dormitorios y otras con 3, y otras con 2, según la constitución de la familia. No es lo mismo un livin para 4 personas que para ocho. También deben contar con un posibilidad de crecimiento, cuando la familia se agrande. Eso es posible y se diseña, se prevé.

La estandarización no siempre es conveniente. El hacer un número grande de viviendas todas iguales, iguales, iguales, como chorizos, suma a la estadística pero no siempre soluciona los problemas de las familias. Los casos construídos que son criticables (Barrio Illía, bajo Flores, CABA, por ejemplo) demuestran que pasado poco tiempo, las familias se disgregan, las casas colapsan, y se transforman en amuchamientos de personas a veces, cuasi villas otras veces.



Como ejemplo de los que puede hacer el Estado en sus distintos niveles, en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, el intendente Francisco "barba" Gutierrez cuenta La experiencia de Quilmes, donde unas 1500 familias viven en terrenos tomados en el municipio y la intención es regularizar su situación y construir viviendas en lugar de desalojar.

“Tenemos un proyecto de construcción de 4000 viviendas de las cuales 2000 ya están en ejecución”, dicen desde la secretaría de Obra Pública de la municipalidad.

En un reportaje en el programa "Palabras + palabras -", en TN, el Barba Gutiérrez, junto al padre Luís Farinello, afirmó que es necesaria la creación de un Ministerio de Vivienda y mapeo social de tierras (ver minuto 15 en adelante).

Mientras, cualquier trabajador, cualquier desocupado, sueña con tener su techo...

• Ramón, un joven parrillero de 25 años que junto con su compañera y sus dos hijos se instalaron en una casa hecha de cartón y madera dice: “Estamos juntando plata para cuando podamos empezar a pagar alguna cuota, aunque sea a 30 años. Acá nadie gastó plata en cuetes para las fiestas, estamos todos ahorrando...”

Daniel Mancuso