¿Quién mató a Candela Rodríguez?
En estos días, en medio del dolor y la angustia, policías, investigadores, fiscales, abogados, periodistas, vecinos, familiares, compañeros, amigos, y desconocidos, intentan (intentamos) entender qué pasó, por qué lo hicieron, qué culpa tenía la nena, ¿QUIÉN? está detrás del crimen.
Mientras recobramos el aliento, intentemos separar a CANDELA y la TELEVISIÓN, ya que la caja boba se pasó las horas hostigando a la familia, a la madre, a los televidentes, a la pobre Candela. Y no amenaza dejar de hacerlo.
Realidad y ficción, en el mismo lodo, ambas manoseadas. La ficción quedó renga, hace tiempo, envuelta en la violencia humana que le cortó las piernas con los hechos del mundo prosaico y cruel. Cada noticiero, cada mañana, envenena un poco más, el alma de los consumidores, y echa en la alcantarilla del olvido al arte y la bonhomía. Las malas noticias nos empañan el desayuno y el resto del día. Hay que hacer un gran esfuerzzo para salir del laberinto, o apagar la tele.
Sin embargo, hay excepciones que rompen la regla de la vergüenza cotidiana. Muy pocas veces, una tira televisiva concita la identidad de un pueblo en una sintesis de arte, historia, humor, amor, sexo, denuncia y compromiso. El Elegido rompe el molde, más allá de los besos y los lugares comunes del culebrón.
Hay allí un agujero negro que todo lo chupa. Metidos en la vorágine de la trama, las criaturas van indefectiblemente hacia la rejilla central que conduce a las cloacas de la ignominia. Imparable, la injusticia avanza a contramano de las resistencias de los buenos. Centro de gravedad de la historia y los personajes, Lito Cruz se lleva todas las puteadas. Es el malo malo malo que no llega a ser tan malo como los de verdad que sabemos que existen, pero se parece bastante. Ese Oscar Nevares Sosa es la suma de todos los males. Colapso de la carne y la putrefacción. Una concertación de pesadillas y escarnios.
Abogado, despiadado, quiere tener a todo el mundo bajo su poder. Representa a la gula y su maldad no reconoce límites, dicen los autores. Se quedaron cortos. El monstruo se les fue de las manos. Creció al amparo de los referentes del mundo real en los que se retroalimenta. Ese Frankenstein es el poder insondable de Héctor Magnetto, la mirada turbia de Eduardo Duhalde, las manos sucias de Jorge Rafael Videla, los millones de Paolo Rocca, la versatilidad de Jorge Lanata, la abyecta lucidez de Mariano Grondona, la atrocidad de los asesinos de Candela Rodríguez...
Oscar Nevares Sosa existe, y mató a la pequeña, nos mata a todos un poco, a cada instante, mientras sigan sin resolverse las iniquidades y los desajustes que nos duelen. Se hace carne y camina a nuestro lado, nos toma de rehenes. Habrá que combatirlo, desarmarlo, desactivarlo, neutralizarlo, juzgarlo, encarcelarlo... hasta que se lo lleve el viento de la justicia social, y nos olvidemos de él. Mientras, seguirá dirigiendo multimedios, administrará fortunas, dará discursos en La Rural, intentará sojuzgar gobiernos y pueblos enteros, matará inocentes con hambre, con balas, o con mentiras.
En estos días, en medio del dolor y la angustia, policías, investigadores, fiscales, abogados, periodistas, vecinos, familiares, compañeros, amigos, y desconocidos, intentan (intentamos) entender qué pasó, por qué lo hicieron, qué culpa tenía la nena, ¿QUIÉN? está detrás del crimen.
Mientras recobramos el aliento, intentemos separar a CANDELA y la TELEVISIÓN, ya que la caja boba se pasó las horas hostigando a la familia, a la madre, a los televidentes, a la pobre Candela. Y no amenaza dejar de hacerlo.
Realidad y ficción, en el mismo lodo, ambas manoseadas. La ficción quedó renga, hace tiempo, envuelta en la violencia humana que le cortó las piernas con los hechos del mundo prosaico y cruel. Cada noticiero, cada mañana, envenena un poco más, el alma de los consumidores, y echa en la alcantarilla del olvido al arte y la bonhomía. Las malas noticias nos empañan el desayuno y el resto del día. Hay que hacer un gran esfuerzzo para salir del laberinto, o apagar la tele.
Sin embargo, hay excepciones que rompen la regla de la vergüenza cotidiana. Muy pocas veces, una tira televisiva concita la identidad de un pueblo en una sintesis de arte, historia, humor, amor, sexo, denuncia y compromiso. El Elegido rompe el molde, más allá de los besos y los lugares comunes del culebrón.
Hay allí un agujero negro que todo lo chupa. Metidos en la vorágine de la trama, las criaturas van indefectiblemente hacia la rejilla central que conduce a las cloacas de la ignominia. Imparable, la injusticia avanza a contramano de las resistencias de los buenos. Centro de gravedad de la historia y los personajes, Lito Cruz se lleva todas las puteadas. Es el malo malo malo que no llega a ser tan malo como los de verdad que sabemos que existen, pero se parece bastante. Ese Oscar Nevares Sosa es la suma de todos los males. Colapso de la carne y la putrefacción. Una concertación de pesadillas y escarnios.
Abogado, despiadado, quiere tener a todo el mundo bajo su poder. Representa a la gula y su maldad no reconoce límites, dicen los autores. Se quedaron cortos. El monstruo se les fue de las manos. Creció al amparo de los referentes del mundo real en los que se retroalimenta. Ese Frankenstein es el poder insondable de Héctor Magnetto, la mirada turbia de Eduardo Duhalde, las manos sucias de Jorge Rafael Videla, los millones de Paolo Rocca, la versatilidad de Jorge Lanata, la abyecta lucidez de Mariano Grondona, la atrocidad de los asesinos de Candela Rodríguez...
Oscar Nevares Sosa existe, y mató a la pequeña, nos mata a todos un poco, a cada instante, mientras sigan sin resolverse las iniquidades y los desajustes que nos duelen. Se hace carne y camina a nuestro lado, nos toma de rehenes. Habrá que combatirlo, desarmarlo, desactivarlo, neutralizarlo, juzgarlo, encarcelarlo... hasta que se lo lleve el viento de la justicia social, y nos olvidemos de él. Mientras, seguirá dirigiendo multimedios, administrará fortunas, dará discursos en La Rural, intentará sojuzgar gobiernos y pueblos enteros, matará inocentes con hambre, con balas, o con mentiras.
Daniel Mancuso
2 comentarios:
FISCAL GENERAL DE MORON NIEVA WOODGATE - UN FISCAL DE LA DICTADURA....
http://www.youtube.com/watch?v=rhuLl5t9qhY&feature=related.
Walter
Gracias Walter: http://youtu.be/rhuLl5t9qhY
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