Se fue hace 25 años. Un cuarto de siglo, un montón, o casi nada. Se fue por la mañana, a los 52, aunque parecía más viejo, como de cien. Los golpes de la tristeza repetida le arañaron el alma. Aquel 17 de enero de 1989, nadie pudo contener la bronca y la sorpresa por la peritonitis y el infarto arteros.
En Perú, y sin darse cuenta, debutó profesionalmente como cantor en 1964. Fue el día 20 de febrero, en un programa que se emitía por el Canal 13, Panamericana de Televisión, y nunca más paró...
«No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de televisión, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos»
Alfredo grabó, aproximadamente, 40 discos larga duración, desde 1965 hasta 1988 en diferentes países, fundamentalmente en Uruguay y Argentina. Recibió innumerables distinciones y premios, aparte de la permantente venta discográfica.
Lo prohibieron en su país debido a su militancia política. Su canción fue prohibida en Uruguay a partir de las elecciones de 1971 (prohibición que se consolida con el establecimiento de la dictadura cívico-militar el 27 de junio de 1973). Con el recrudecimiento de la represión, se exilia en 1976, primero rumbo a Buenos Aires, hasta el comienzo de la dictadura cívico militar argentina, y debe partir a España donde residió hasta abril de 1979. Luego, vivió en México, donde aparte de cantar, fue periodista en el diario “Excelsior” y en “Radio Educación” con su programa “Casi en privado”.
A pesar del dolor por el desarraigo, grabó y editó varios discos en España, México y Venezuela. Participó activamente de diversos festivales internacionales, como abanderado de la lucha a favor de la libertad del pueblo uruguayo y de otras naciones oprimidas por gobiernos fascistas, y como referente ineludible del canto popular uruguayo y latinoamericano.
Levantada la prohibición de su canto en Argentina, en 1983, tuvo una memorable actuación en el estadio de Obras Sanitarias, pasando a residir en Buenos Aires, hasta el momento que fuera posible su regreso al Uruguay. El 31 de marzo de 1984, fue recibido por una multitud, desde el aeropuerto, por todo Montevideo: “fue la experiencia más importante de mi vida”, dijo Alfredo lleno de alegría por el regreso a su amado país.
En Perú, y sin darse cuenta, debutó profesionalmente como cantor en 1964. Fue el día 20 de febrero, en un programa que se emitía por el Canal 13, Panamericana de Televisión, y nunca más paró...
«No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de televisión, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos»
Alfredo grabó, aproximadamente, 40 discos larga duración, desde 1965 hasta 1988 en diferentes países, fundamentalmente en Uruguay y Argentina. Recibió innumerables distinciones y premios, aparte de la permantente venta discográfica.
Lo prohibieron en su país debido a su militancia política. Su canción fue prohibida en Uruguay a partir de las elecciones de 1971 (prohibición que se consolida con el establecimiento de la dictadura cívico-militar el 27 de junio de 1973). Con el recrudecimiento de la represión, se exilia en 1976, primero rumbo a Buenos Aires, hasta el comienzo de la dictadura cívico militar argentina, y debe partir a España donde residió hasta abril de 1979. Luego, vivió en México, donde aparte de cantar, fue periodista en el diario “Excelsior” y en “Radio Educación” con su programa “Casi en privado”.
A pesar del dolor por el desarraigo, grabó y editó varios discos en España, México y Venezuela. Participó activamente de diversos festivales internacionales, como abanderado de la lucha a favor de la libertad del pueblo uruguayo y de otras naciones oprimidas por gobiernos fascistas, y como referente ineludible del canto popular uruguayo y latinoamericano.
Levantada la prohibición de su canto en Argentina, en 1983, tuvo una memorable actuación en el estadio de Obras Sanitarias, pasando a residir en Buenos Aires, hasta el momento que fuera posible su regreso al Uruguay. El 31 de marzo de 1984, fue recibido por una multitud, desde el aeropuerto, por todo Montevideo: “fue la experiencia más importante de mi vida”, dijo Alfredo lleno de alegría por el regreso a su amado país.
Adagio en mi país
(Alfredo Zitarrosa)
En mi país, qué tristeza,
la pobreza y el rencor.
Dice mi padre que ya llegará
desde el fondo del tiempo otro tiempo
y me dice que el sol brillará
sobre un pueblo que él sueña
labrando su verde solar.
En mi país, qué tristeza,
la pobreza y el rencor.
Tú no pediste la guerra,
madre tierra, yo lo sé.
Dice mi padre que un solo traidor
puede con mil valientes;
él siente que el pueblo en su inmenso dolor
hoy se niega a beber en la fuente
clara del honor.
Tú no pediste la guerra,
madre tierra, yo lo sé.
En mi país somos duros,
el futuro lo dirá.
Canta mi pueblo una canción de paz.
Detrás de cada puerta
está alerta mi pueblo,
y ya nadie podrá
silenciar su canción
y mañana también cantará.
En mi país somos duros,
el futuro lo dirá.
En mi país, qué tibieza
cuando empieza a amanecer.
Dice mi pueblo que puede leer
en su mano de obrero el destino
y que no hay adivino ni rey
que le pueda marcar el camino
que va a recorrer.
En mi país, qué tibieza
cuando empieza a amanecer.
Coro
En mi país somos miles y miles
de lágrimas y de fusiles,
un puño y un canto vibrante,
una llama encendida, un gigante
que grita: ¡Adelante... adelante...!
Solo
En mi país brillará,
yo lo sé,
el sol del pueblo arderá
nuevamente, alumbrando mi tierra.
(1972-1973)
El flaco sonríe desde aquellos lados y su poesía late más que nunca, aunque alguna vez, tuvimos que enterrar o tirar o quemar uno de sus discos por temor a que los milicos nos secuestraran...
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