Se supone que evolucionamos, vamos para adelante con nuestras experiencias y nuestras emociones, amasando presente a cada rato. Cargamos contradicciones y prejuicios. Acarreamos estupidez y desidia. Somos hipócritas, pero a pesar de todo, la memoria nos desvela, y la madre naturaleza devela lo que queremos tapar con el "progreso" capitalista, muy a nuestro pesar.
Hoy es el día de la Pachamama, el día de la tierra.
Los que vivimos en la ciudad más rica y neoliberal de la Argentina (y por lo tanto, la más injusta y desigual) sabemos que algo estamos haciendo mal.
Cada uno tiene diferentes responsabilidades. Desde el desprecio por los más desposeídos, por los diferentes, por las mujeres, por lo público, hasta el individualismo extremo, las reglas del mercado, el poder del dinero, las corporaciones rapaces, las políticas irracionales de especulación inmobiliaria, la desidia y los negociados en el tratamiento de la basura urbana, y otros menesteres de acción pública.
Si no nos importa un pibe en la calle revolviendo los tachos, por qué habría de conmovernos lo que no se ve debajo el asfalto que acaricia nuestros autos. Si subimos el vidrio ante un pibe que pide una moneda como podríamos inquietarnos por los venenos que manchan las aguas, los cultivos, los extraños que viven lejos.
La vida en sociedad del siglo XXI agrede al planeta, sin dudas. El asunto es hacerlo lo más lentamente posible, si no seguiremos inundados, intoxicados, alienados y muertos en cuotas, como hasta ahora...
Habrá que desinflar algunas pesadas cargas, desactivar insensibilidades, escepticismos, indiferencias varias, odios y afines. Habrá que poner en práctica tanto discurso verde, tanta intensión progre, tanta caridad, tanto sentimiento solidario que se escuchan por ahí. Habrá que recomponer, reconstruír, redistribuir, para que los que no tienen tengan y los que acaparan repartan, y así todos tengan un poco de lo que les corresponde, y nos cuidemos entre sí. Habrá que dejar de mentir y regalar sandeces sin ton ni son.
Habrá que sentir que la patria es el otro y el ombligo mi enemigo.
¡Perdonanos madre tierra!
¡Felicidades, Pachamama!
Hoy es el día de la Pachamama, el día de la tierra.
Los que vivimos en la ciudad más rica y neoliberal de la Argentina (y por lo tanto, la más injusta y desigual) sabemos que algo estamos haciendo mal.
Cada uno tiene diferentes responsabilidades. Desde el desprecio por los más desposeídos, por los diferentes, por las mujeres, por lo público, hasta el individualismo extremo, las reglas del mercado, el poder del dinero, las corporaciones rapaces, las políticas irracionales de especulación inmobiliaria, la desidia y los negociados en el tratamiento de la basura urbana, y otros menesteres de acción pública.
Si no nos importa un pibe en la calle revolviendo los tachos, por qué habría de conmovernos lo que no se ve debajo el asfalto que acaricia nuestros autos. Si subimos el vidrio ante un pibe que pide una moneda como podríamos inquietarnos por los venenos que manchan las aguas, los cultivos, los extraños que viven lejos.
La vida en sociedad del siglo XXI agrede al planeta, sin dudas. El asunto es hacerlo lo más lentamente posible, si no seguiremos inundados, intoxicados, alienados y muertos en cuotas, como hasta ahora...
Habrá que desinflar algunas pesadas cargas, desactivar insensibilidades, escepticismos, indiferencias varias, odios y afines. Habrá que poner en práctica tanto discurso verde, tanta intensión progre, tanta caridad, tanto sentimiento solidario que se escuchan por ahí. Habrá que recomponer, reconstruír, redistribuir, para que los que no tienen tengan y los que acaparan repartan, y así todos tengan un poco de lo que les corresponde, y nos cuidemos entre sí. Habrá que dejar de mentir y regalar sandeces sin ton ni son.
Habrá que sentir que la patria es el otro y el ombligo mi enemigo.
¡Perdonanos madre tierra!
¡Felicidades, Pachamama!
4 comentarios:
Buenísimo Mancu.
Brillante!!! Felicidades Pachamama!!
Comparto y como porteña me averguenzo
Abrazo Daniel
Marta
Que gran verdad, mi ombligo es mi enemigo.
Mancu, te quiero mucho
Regina
Publicar un comentario