Mi hija está en la edad del huevo o la gallina. Si venimos de los monos, quien fue el papá y la mamá del primer mono, de dónde salieron, pregunta. No sé, gorda, no estuve allí, fue hace mucho mucho. (Pasemos a otro tema) ¿querés un caramelo, un vaso de jugo?, dale que hace calor...
En la ciudad grande donde atiende dios, los adultos tenemos el mismo dilema con otros nombres: el huevo o la gallina se transforma en Mauricio Macri o los votantes del PRO. ¿Quién apareció primero, quién es tributario de quien? ¿por qué los grandes desastres de la pésima gestión PRO son ocultados, ninguneados, inadvertidos, justificados, olvidados por gran parte de los ciudadanos porteños?
Derrumbes, inundaciones, escuchas ilegales, mentiras, promezas incumplidas, rejas en los parques, subtes, tarifazos, represión, negociados. Muertos, muertos, muertos. Parecen muertos vivos que van y vienen en sus autos, en la calle, en el yopin, hipnotizados, idiotas, hipócritas. Sólo hicieron un poco de ruido cacerola en mano para denostar y odiar a voz en cuello. Y volvieron a sus covachas con aire acondicionado, miedo y pensamientos prestados. Ellos y ellas se retroalimentan con él. Él quiere ser Presidente de la Nación. Va a contramano de la historia, queriendo volver al pasado neoliberal, gestionando para atrás, o sea, haciendo negocios a espaldas de la ciudadanía. No es posible creer que sólo los medios masivos de confusión logren el cerco mediático que protege al intendente Macri del descrédito y la indignación de los argentinos que viven trabajan viajan estudian y padecen la ciudad basura en que se convirtió Buenos Aires.
Mientras escribo, suena el teléfono. Atiendo. Hola, soy Horacio Rodriguez Larreta, esta semana voy a estar en tu barrio, quiero saber tus preocupaciones, si queres participar del encuentro llamá al 4331 - 4408 , y no dudes en invitar a todos los que quieras... Corté. Las casualidades no existen, che. O un caso de sincronicidad al mejor estilo Carl Gustav Jung. Quién sabe...
Vuelvo a mis lucubraciones PRO metafísicas. A veces siento que no alcanza con denunciar, criticar, develar, movilizarse, judicializar, proponer, votar, militar... Hay una pared amarilla en la mente de un montón de vecinos que conviven con uno. La nena me vuelve a la realidad. Hay que redoblar esfuerzos, papi, no quieras que te pregunte dentro de unos años: ¿y vos que hiciste cuando se hundía Buenos Aires, pa?
Es cierto, los hijos viene a enseñarnos, son un milagro de la vida.
En la ciudad grande donde atiende dios, los adultos tenemos el mismo dilema con otros nombres: el huevo o la gallina se transforma en Mauricio Macri o los votantes del PRO. ¿Quién apareció primero, quién es tributario de quien? ¿por qué los grandes desastres de la pésima gestión PRO son ocultados, ninguneados, inadvertidos, justificados, olvidados por gran parte de los ciudadanos porteños?
Derrumbes, inundaciones, escuchas ilegales, mentiras, promezas incumplidas, rejas en los parques, subtes, tarifazos, represión, negociados. Muertos, muertos, muertos. Parecen muertos vivos que van y vienen en sus autos, en la calle, en el yopin, hipnotizados, idiotas, hipócritas. Sólo hicieron un poco de ruido cacerola en mano para denostar y odiar a voz en cuello. Y volvieron a sus covachas con aire acondicionado, miedo y pensamientos prestados. Ellos y ellas se retroalimentan con él. Él quiere ser Presidente de la Nación. Va a contramano de la historia, queriendo volver al pasado neoliberal, gestionando para atrás, o sea, haciendo negocios a espaldas de la ciudadanía. No es posible creer que sólo los medios masivos de confusión logren el cerco mediático que protege al intendente Macri del descrédito y la indignación de los argentinos que viven trabajan viajan estudian y padecen la ciudad basura en que se convirtió Buenos Aires.
Mientras escribo, suena el teléfono. Atiendo. Hola, soy Horacio Rodriguez Larreta, esta semana voy a estar en tu barrio, quiero saber tus preocupaciones, si queres participar del encuentro llamá al 4331 - 4408 , y no dudes en invitar a todos los que quieras... Corté. Las casualidades no existen, che. O un caso de sincronicidad al mejor estilo Carl Gustav Jung. Quién sabe...
Vuelvo a mis lucubraciones PRO metafísicas. A veces siento que no alcanza con denunciar, criticar, develar, movilizarse, judicializar, proponer, votar, militar... Hay una pared amarilla en la mente de un montón de vecinos que conviven con uno. La nena me vuelve a la realidad. Hay que redoblar esfuerzos, papi, no quieras que te pregunte dentro de unos años: ¿y vos que hiciste cuando se hundía Buenos Aires, pa?
Es cierto, los hijos viene a enseñarnos, son un milagro de la vida.
1 comentario:
Esas y otras muchas respuestas estan en el monumental "El hombre unidimensional" de Herbert Marcuse, un libro esencial. Despues leer la revista Caras.
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