Eduardo Fidanza es un tipo serio. Dirige una consultora importante llamada Poliarquía, y publica sus opiniones en la Tribuna de Doctrina asiduamente. Entonces, ¿qué le pasó? ¿por qué desvaría en un texto obnubilado por las alucinaciones? Quizás, no debería escribir cuando está fumado o bajo el efecto de estupefacientes, a riesgo de sufrir alteraciones profundas en la percepción de la realidad. El uso de los sicotrópicos nubla la razón y a veces, hace estragos en la capacidad de entendimiento.
Fidanza empezó su prosa onírica con los espejos, el populismo, Freud, espejos, Shakespeare, espejos... y llegó a la marcha anti K del 13/9, acercándose peligrosamente al estilo barroco de Jorge Fontevecchia, quien cita alegremente a personajes ilustres en cada una de sus notas (dando una imagen de texto académico), pero que en sustancia son pobres, con análisis falaces, y fácilmente olvidables.
«...Sin embargo, bien mirado, existe un inquietante parecido de familia entre el modo de construcción política del Gobierno y el que exhibieron los caceroleros. Según los teóricos del nuevo populismo, el movimiento surge cuando las demandas sociales devienen en reclamos políticos. Si el sistema institucional no puede responder solicitudes aisladas -por ejemplo, vivienda, salud, educación-, se dan las condiciones para convertir lo diferente en equivalente bajo consignas generales, como justicia, libertad, igualdad. Un anhelo compartido de cambio y reivindicación enlaza las angustias particulares y las canaliza en una manifestación unificada. Los demandantes se constituyen entonces en "pueblo"; el pueblo encuentra a sus líderes y éstos dibujan una línea que divide a la sociedad entre "ellos" y "nosotros". Ellos, los culpables de la desgracia social; nosotros, sus víctimas. No hay transacción posible.
Simbólicamente, si ellos prevalecen, nosotros moriremos; para sobrevivir hay que destruirlos. »Este libreto, con variaciones, es el que siguió Néstor Kirchner a partir de 2003, luego de la trágica crisis de principio de siglo. Ahora, del otro lado de la línea parece estar conformándose otro "pueblo". El de los humillados y ofendidos por el desprecio, la inflación, el delito, la corrupción, el descuido de los bienes públicos, las trabas a la libertad de comerciar y expresarse. No alcanza con desecharlos recordando su procedencia social. Disimulado con recursos infantiles, el pánico que lleva a descalificarlos proviene de la fuerza movilizadora que demostraron. Pueden sumar con el mismo método que usó el kirchnerismo hace una década: unificando bajo lemas sencillos múltiples demandas, hasta cercar con reclamos a un modelo que ya no les ofrece respuestas. El populismo encuentra su espejo. Y con él, la acechanza...»
Simbólicamente, si ellos prevalecen, nosotros moriremos; para sobrevivir hay que destruirlos. »Este libreto, con variaciones, es el que siguió Néstor Kirchner a partir de 2003, luego de la trágica crisis de principio de siglo. Ahora, del otro lado de la línea parece estar conformándose otro "pueblo". El de los humillados y ofendidos por el desprecio, la inflación, el delito, la corrupción, el descuido de los bienes públicos, las trabas a la libertad de comerciar y expresarse. No alcanza con desecharlos recordando su procedencia social. Disimulado con recursos infantiles, el pánico que lleva a descalificarlos proviene de la fuerza movilizadora que demostraron. Pueden sumar con el mismo método que usó el kirchnerismo hace una década: unificando bajo lemas sencillos múltiples demandas, hasta cercar con reclamos a un modelo que ya no les ofrece respuestas. El populismo encuentra su espejo. Y con él, la acechanza...»
Además, Fidanza debería tener más cuidado con las compañias que frecuenta. Carlos Pagni que comparte la redacción con él, está siendo investigado por integrar una banda de una compleja organización clandestina de espionaje que hackeó cientos de correos electrónicos de los más altos funcionarios de Gobierno, desde secretarios y ministros hasta la propia presidenta Cristina Kirchner. Pagni era uno de quienes consumían y difundían el contenido hackeado a sabiendas de su “origen espurio”, y fue procesado por encubrimiento y revelación de secretos, por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.
Malas compañías y drogas, un cóctel venenoso. Los alucinógenos producen sus efectos nocivos interrumpiendo la interacción de las células nerviosas y el neurotransmisor serotonina. Distribuido por el cerebro y la médula espinal, el sistema de serotonina está involucrado en el control de los sistemas de conducta, percepción y regulación, incluyendo el estado de ánimo, el hambre, la temperatura corporal, el comportamiento sexual, el control muscular y la percepción sensorial.
Para finalizar, parafrasearemos a Fidanza: «El análisis de Clarín y La Nación sobre las cacerolas sigue el canon del psicoanálisis freudiano: negación y conversión en lo contrario. Un mecanismo de defensa clásico, propio del yo infantil. Para negar es preciso alucinar: la protesta no es un complot de los grandes medios de comunicación para destituir al Gobierno; los que se lanzaron a la calle no responden a oligarquías enemigas del interés general; no es verdad que nada los unifica, sus demandas no están dispersas y no responden a fines egoístas... ellos son el pueblo»
3 comentarios:
Tengo la leve sospecha de que habla de "malas compañías" que son malas para usted y unos cuantos - digamos 12 - millones de argentinos que votamos a cierta señora.
Entre cómplices, son "buenas compañías", hasta que alguno abra el pico y ahí se les pudra todo. En una de ésas no falte mucho para ese día.
Según el punto de análisis de Fidanza, todo lo que sea un conglomerado de demandas heterogéneas se lo puede calificar de "Pueblo". ¿Cómo puede considerar que en el día del cacerolazo apareció "otro Pueblo"?
Lo leí, es una especie de trabajo militante que me autoimpuse, leer todos los días La Nación. Fidanza es intelectualmente hablando, un bruto, si ha leído a Laclau, como dice, no lo ha entendido, Es muy posible que sea a la vez bruto y mal intencionado. Cuando describe al populismo lo hace como si se tratase de un mecanismo extremadamente simple, claro, para él no tiene la entidad del elaborado pensamiento liberal, jeje.
Su "sociedad" pensada como objeto teórico tiene la complejidad de mi familia con mis dos hijos transitando su adolescencia, más mi legítima, anche io, manifestando nuestros particulares reclamos. O sea, pa que se entienda, da igual que se trate de reclamar por el derecho a comprar dólares al precio oficial para hacer con ellos lo que quieras, aunque sea un reclamo a todas luces irracional, o que lo sea reclamar por el derecho a tener un trabajo, incluso aunque no sea digno. El cartonaje, recordemos, era una forma de dar una respuesta original y precaria a una demanda insatisfecha y sin ninguna posibilidad de que los políticos o "la política" que aparecían en el horizonte del 2001 hasta, diría, el 2005 parecían siquiera querer satisfacer. Cuando Néstor toma la trascendental decisión de dehacerse de Lavagna y someter la economía a la dirección política aparece, por primera vez en muchas décadas, un dirigente que realmente las atiende. Aún así entoavía no hemos alcanzado la categoría social de Pueblo, estamos trabajando en ello y vamos en buen camino, cuando eso se alcance, para cambiar una coma del Proyecto van a necesitar a toda la armada yanqui. Son unos miserables, hoy leía en El País una encendida defensa de Vargas LLosa a Esperanza Aguirre, no aparecía el término populismo, en Europa no se consigue y además es mercadería prohibida, deliberadamente confundida con el Fascismo, también de puro miserables que son. Abrazo Cumpas. Estoy feliz, por Cristina y por estos energúmenos que se quedan sin argumentos y con sus impudicias expuestas. Me da la impresión que esa clase media, baluarte de la democracia que salió a cacerolear decidió masivamente tomarse el finde largo ¿o no sería la misma? ¡la realidad será más compleja de como la imaginan los grandes teóricos de La Nación?. Es muy posible que no advertir esas sutilezas los predisponga a sufrir indecibles frustraciones como la de ocutubre del año pasado. No va a ser la última, las mayores están por venir. Me gusta, tanto esfuerzo que le ponen para lograr tan poco. Lo peor que podemos hacer es temerles como de pibes al cuco, Cristina enseña el camino. Hay que seguirla. A cada insulto, a cada descarga de miseria y odio, una o diez obras u otro clavo más en su ataúd. Algunos piensan que nos falta estrategia, may be, pero es malo cuando el bosque te impide ver el árbol con el que vas a chocar. El camino, caminante, se hace al andar. Me salió largo, pido disculpas si ha alguien he molestado.
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