viernes, 16 de septiembre de 2011

BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA







Voy a hacerme un regalo caro ─en italiano, caro significa querido─, algo que no se consiga en cualquier lado, que tenga un valor inconmensurable, como una piedra con miles de años testimoniando vidas y soles, como un árbol que bebió lluvias de distintos sabores, como un arcoiris inalcanzable y tan bello como inasible, o como un pájaro que viaja entre los humanos y los mira con ternura, por su infinita infelicidad. Voy a regalarme palabras prestadas que traen luces de otras latitudes, otros cielos, tan parecidos a los nuestros. Descifraré emociones viejas pero no tanto, las guadaré en la memoria, que es el único lugar seguro donde no hay traiciones, y les dedicaré 5 minutos de tiempo, al fin y al cabo, las emociones son un bien escaso en estos días y no es cuestión de hacerse el presumido con el patrimonio intangible.


No la conocía a la polaca Wislawa Szymborska, pero leyendo el faisbuc de Rosa Ataide descubrí Bajo una pequeña estrella, que había publicado Nanin Puente, el jueves, 15 de septiembre de 2011, a las 17:59...



Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.

Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.

Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.

Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.

Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.

Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.

Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.

Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.

Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.

Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.

Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.

Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.

Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.

Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.

Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.

Verdad, no me prestes demasiada atención.

Solemnidad, sé magnánima conmigo.

Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.

No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.

Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.

Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.

Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.

Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce
después para que parezcan ligeras.


Wislawa Szymborska
(Polonia, 1923)







Cuánta belleza en medio de tanta orfandad, tanta simpleza, tanta carencia y desamparo, parece mentira, sorprenden tan elevadas cuotas de noble humanidad en medio de la selva.


Daniel Mancuso

2 comentarios:

María de los Ángeles del Hoyo dijo...

es preciosaaaa!! feliz cumpleaños Daniel!

daniel mancuso dijo...

gracias Ángeles, es verdad, es preciosaaaa, ABRAZO

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