Quizá Cristoforo Colombo no estaba tan errado al creer que había llegado a un nuevo mundo. El adjetivo nuevo se utilizó para distinguirlo del Viejo Mundo que ya era conocido por la civilización occidental. Los europeos pensaban que el mundo se componía solamente de las tierras por ellos conocidas: Europa, Asia y África. Así, se justificaba el empleo de un término nuevo para designar al continente recién descubierto. Medio siglo después, en 1552, decía Fray Bartolomé de las Casas en su “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”…
…La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas.
Pasaron 500 años, los del norte siguen pensando que son el ombligo del mundo. Desde el principio, vieron en el continente americano las posibilidades de grandes usufructos, fáciles de conseguir a pesar de esos individuos oscuros, casi humanos, que habitaban esas tierras. Durante 5 siglos se llevaron todo lo que pudieron: riquezas naturales, manufacturas, vidas y haciendas, hacia las diversas metrópolis, según los tiempos.
El control de las aduanas, las mercancías que iban y venían, constituyeron el primer agujero negro de la dependencia. Vinieron los empréstitos, como el de la banca Baring Brothers que negoció el gran cipayo Bernardino de la Trinidad González Rivadavia y Rivadavia, y a partir de allí, la deuda externa fue una herramienta de sujeción de nuestros países y un verdadero escollo para la independencia definitiva.
La búsqueda de aliados internos, socios oligárquicos, gobiernos subordinados y vendepatria de ocasión, canallas varios e ideólogos de buena prosa justificadores de las sangrientas peleas y divisiones del siglo XIX, dejaron paso a los golpes militares del siglo XX. Siempre el poder imperial manejaba los hilos de los títeres vernáculos.
Casi todo el siglo pasado se vio atravesado por el mundo bipolar. La guerra fría intentaba subordinar la vida de los países a sus propios intereses. No obstante, terminada la II Guerra, la historia mundial se sorprendió con el talento argentino que generó la Tercera posición para bienestar y felicidad de su pueblo. Nació el Peronismo. El movimiento nacional se ponía en marcha después de décadas de infamia. Fueron años de gloria, antes del bombardeo artero y todo el infierno gorila que vino después…
Los malos se recuperaron. Tras la caída de la URSS, nació el gran invento de la Globalización, la nube tóxica que impuso el capitalismo a escala planetaria. También quisieron imponer el "pensamiento único" pero no lo lograron. Las conciencias nacionales resistieron el embate homogenizador del capitalismo global.
A pesar de tanta adversidad, en medio de infinitos estímulos estupidizadores, desde las experiencias más dolorosas a las exclusiones históricamente dilatadas, surge un rayo de luz; algo está cambiando.
Hoy, las crisis que viven Grecia, España, Portugal, Irlanda... son iguales a las que vivimos a finales del siglo XX aquí, subproductos de la rapiña financiera y de los grandes capitales especulativos que nunca como ahora han ganado tanto dinero. La corporaciones embolsan enormes ganancias y sus ejecutivos se divierten en bacanales de poder y placer; mientras los trabajadores de sus países sufren penurias e intentan resistir el ajuste salvaje. Barack Obama inyectó miles de millones de dólares para salvar… a los bancos.
¡No es la Economía, es la política estúpido! Hay una decisión política unánime del poder transnacional, empezando por Estados Unidos y siguiendo por Europa de que la crisis la paguen los pobres, los laburantes, los viejos jubilados, los niños. Ya no hay comunismo a quien temerle. El poder financiero goza de impunidad absoluta.
Acá en Argentina, la oposición al gobierno nacional quiere lo mismo que sus mandantes foráneos: Repetir fórmulas fracasadas, desmantelar el Estado, proteger los negocios privados. No lo consiguen debido a la férrea decisión política de los 2 grandes conductores peronistas de este Proyecto nacional iniciado en 2003, hacia la liberación: Néstor Kirchner primero, y Cristina Fernández después.
América latina camina senderos de unidad. Podrímos afirmar, sin temor a equivocarnos, que José Gabriel Condorcanqui Noguera, "Túpac Amaru" dejó descendencia, y hoy son miles los luchadores populares que retoman las banderas de liberación continental, nacional y social. Encabezan esta epopeya latinoamericana los presidentes de la UNASUR, herederos de la continuidad histórica que abarca desde los patriotas libertadores a nuestros días. La mayor rebelión indígena anticolonial que se dio en América durante el siglo XVIII recorrió la historia de luchas y devino en políticas y procesos de liberación que navegan las aguas del siglo XXI, con almirantes de firmes convicciones nacionales, antiimperialistas y con una genuina búsqueda de la Justicia Social y la Soberanía de sus pueblos.
América latina nunca dejó de ser el nuevo mundo. A pesar de las matanzas, las sangrías interminables y las tempestades recurrentes, América no perdió su condición de paraíso, no sólo por sus riquezas naturales, sino por su potencial humano, sus talentos y su infinita cantera de luchadores populares, ejemplos en la resistencia a la opresión y la injusticia.
Hoy, 1 de enero de 2011 asume a primeira mulher Presidenta del Brasil; Dilma y Cristina serán tan compañeras y hermanas como Néstor y Lula.
Hoy, 1 de enero de 2011, se cumplen 52 años de la caída del dictador Fulgencio Batista, que había transformado a Cuba en un prostíbulo para los yanquis. Dice Goliardo: La Revolución Cubana es más que una revolución socialista. Como diría Cooke, es también una lucha por la liberación nacional. Revolución social y liberación nacional representan un mismo ideal en una nación semicolonial.
En estos días, en Argentina estamos viviendo una esperanza inimaginable. Como el enfermo terminal que espera el final abandonado a la tristeza, nuestra gente creyó que el futuro y los sueños habían muerto, como nuestros pibes reprimidos en la Plaza de Mayo, en 2001. Veníamos de incontables derrotas. Sólo el último cuarto de siglo era un cúmulo de títulos catástrofe: la muerte de Perón, la dictadura genocida, la frustración radical, la traición neoliberal de Menem, otra vez la frustración radical, recargada... ¡Murió la política! pensaban cada vez que gritaban ¡que se vayan todos!, golpeando cacerolas.
Un flaco desalineado llegó del sur, vino como el Pampero a soplar la crisis hacia el norte, bien arriba. Que se queden ellos con los ajustes, las medidas neoliberales, las deudas externas, los recortes fiscales, los despidos, los consejos del FMI, los derrames del Mercado...
Se abrieron las ventanas, las puertas, y los corazones. Las alfombras y la mugre que había debajo terminaron amontonadas con los cuadros de los canallas, los decretos militares y los indultos; y cuando la pila de deshechos y miserias lo ameritaba, se hizo una gran fogata donde todos festejaron. Los muertos y los vivos rieron, augurando felicidades colectivas en constante crecimiento, para los que están y para los que todavía no nacieron.
Al fin, las capuchas y telarañas cayeron vencidas. La luz deslumbró la ignominia vieja que nos amordazaba el alma. Se fue limpiando el aire de inmundicias. Los pibes cargaron sus mochilas con amor incondicional y el bastón de mariscal que habían guardado sus viejos.
Él no estaba solo. Atrás, al costado, de la mano, en la intimidad y en el escenario, estaba ella también, siempre (qué sería de nosotros sin ellas). ¿Hay ejemplo mejor para nuestros hijos que un hombre y una mujer allá arriba, en los más grandes problemas y las más importantes decisiones, mostrándonos amor y coraje infinitos, juntos siempre juntos, para adelante, mostrando el camino? La memoria reluciente y el futuro en marcha.
Pasarán los años y contará la historia las andanzas de estos dos pingüinos: los nuevos Adán y Eva en el Paraíso argentino, los que se comieron la manzana de la Sabiduría y desobedecieron al Dios Mercado, progenitores de millones de felices argentinos movilizados para la Justicia social.
Daniel Mancuso
PARTE DE ESTA NOTA FUE PUBLICADA EN LA REVISTA CADA 17
1 comentario:
Muy buena Mancu.
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