El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio es un hombre con problemas graves de salud. Tiene una memoria muy frágil y no recuerda su complicidad con los crímenes de la dictadura. Y tiene muchos privilegios. No paga impuesto a las ganancias, le bancamos el sueldo todos nosotros, y no va a declarar como cualquier mortal a los Tribunales (se ampara en una vieja legislación (privilegio procesal penal) que ofrece a los hombres de la Iglesia prebendas que no gozamos los hombres de a pie). ¿Hasta cuándo?
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En la nota CLARÍN, LOS OBISPOS Y EL DELIRIO contábamos las opiniones de Jorge sobre el matrimonio igualitario...
Tenemos que afirmar con toda claridad que según el designio creador de Dios no hay otra forma de ser humano que ser varón y mujer. Que el matrimonio no puede ser objeto de votación parlamentaria, en cuanto a su esencia, pues es una realidad que viene de la creación y no de un consenso...
En la nota CHE BERGOGLIO contábamos las declaraciones comunistas de Jorge, el hipócrita...
«...En Puerto Madero hay 36 restaurantes. No sé cuánto sale una cena allí (porque nunca metiste la mano en el bolsillo), pero ciertamente no debe costar 20 pesos. En la punta de Puerto Madero está la villa Rodrigo Bueno y, en el otro extremo, la villa 31. Esto es por falta de conciencia ...Pueden decir que uno es comunista, pero no es así. El Evangelio dice que seremos juzgados por esto. A los que no son solidarios Jesús les dirá: "Váyanse de acá porque tuve hambre y no me dieron de comer, estaban echándole la culpa al Gobierno" ».
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En su libro de 1986: Iglesia y dictadura, Emilio Mignone mencionó a Jorge Bergoglio como uno de “los pastores que entregaron sus ovejas al enemigo sin defenderlas ni rescatarlas”.
“En algunas ocasiones la luz verde fue dada por los mismos obispos. El 23 de mayo de 1976, la Infantería de Marina detuvo en el barrio del Bajo Flores al presbítero Orlando Yorio y lo mantuvo durante cinco meses en calidad de desaparecido. Una semana antes de la detención, el arzobispo Juan Carlos Aramburu le había retirado las licencias ministeriales, sin motivo ni explicación. Por distintas expresiones escuchadas por Yorio en su cautividad en la ESMA, resulta claro que la Armada interpretó tal decisión y, posiblemente, algunas manifestaciones críticas de su provincial jesuita, Jorge Bergoglio, como una autorización para proceder contra él”...
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En 1995, el jesuita Francisco Jalics publicó un libro, Ejercicios de meditación.
En el libro cuenta su secuestro: “mucha gente que sostenía convicciones políticas de extrema derecha veía con malos ojos nuestra presencia en las villas miseria. Interpretaban el hecho de que viviéramos allí como un apoyo a la guerrilla y se propusieron denunciarnos como terroristas. Nosotros sabíamos de dónde soplaba el viento y quién era responsable por estas calumnias. De modo que fui a hablar con la persona en cuestión y le expliqué que estaba jugando con nuestras vidas. El hombre me prometió que haría saber a los militares que no éramos terroristas. Por declaraciones posteriores de un oficial y 30 documentos a los que pude acceder más tarde pudimos comprobar sin lugar a dudas que este hombre no había cumplido su promesa sino que, por el contrario, había presentado una falsa denuncia ante los militares”.
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En una carta que Orlando Yorio escribió en Roma en noviembre de 1977, dirigida al asistente general de la Compañía de Jesús, padre Moura, la identidad de “esa persona” se revela. Ese texto permite conocer el resto de la historia, por testimonio directo de una de las víctimas. En esa recapitulación escrita 18 años antes que el libro de Jalics, Yorio cuenta lo mismo, pero en vez de “una persona” dice Jorge Mario Bergoglio.
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Ayer, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, declaró durante más de 4 horas en calidad de testigo por el secuestro de los sacerdotes jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio, ocurrido a comienzos de la última dictadura.
Bergoglio aseguró que, como superior de ellos en la Compañía de Jesús, les advirtió a los curas que corrían peligro de “caer en la paranoia militar” por desempeñar su trabajo religioso en una villa de emergencia.
El arzobispo Bergoglio declaró en la sede de la Curia Metropolitana, porque se negó a dar testimonio público en los Tribunales de Comodoro Py.
Durante su relato, el cardenal pareció tomarse el trabajo de no mencionar ningún dato que pudiera arrojar luz sobre lo que pasó con los jesuitas.
- “Cuando alguien es reticente está mintiendo, está ocultando parte de la verdad”, expresó al salir Luis Zamora, abogado de una de las querellas que impulsan el juicio por los crímenes cometidos en el centro clandestino de la ESMA. “En definitiva, no colaboró con la Justicia”.
El cardenal declaró en la sede del arzobispado apelando a una prerrogativa que tienen los dignatarios eclesiásticos. Lo hizo ante los miembros del Tribunal Oral federal 5, abogados de la defensa y representantes de la querella entre los que se encontraban las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el CELS.
Yorio y Jalics fueron secuestrados en marzo del ‘76, en la villa del Bajo Flores y liberados 6 meses después tras ser torturados.
Bergoglio dijo que, cuando éstos fueron secuestrados, efectuó una serie de gestiones para lograr su liberación, entre las que se contaron un encuentro con el presidente de facto Jorge Rafael Videla, y 2 veces con el comandante de la Marina, que ayer murió, Emilio Massera.
La declaración de Bergoglio fue solicitada el 23 de setiembre por el abogado Luis Zamora, quien lo hizo luego de que la catequista María Elena Funes declarara en el marco de la causa por crímenes de lesa humanidad en la ESMA que Bergoglio favoreció el secuestro de los sacerdotes al quitarles la protección de la Iglesia.
Para Zamora: “Bergoglio tuvo 34 años para declarar y no lo hizo; cuando se lo convocó pidió declarar por escrito, y ahora su declaración fue muy significativa en términos de lo que fue la Iglesia en la dictadura... mintió... se mostró reticente al declarar... Cuando alguien es reticente, está mintiendo, está ocultando parte de la verdad”.
Para nosotros también.
Si algun día vas a misa, y si el sacerdote que da la Eucaristía es el cardenal Jorge Bergoglio, tené cuidado al abrir la boca, no sea cosa que te meta una hostia envenenada...
1 comentario:
Hasta cuándo estos personajes seguirán gozando de estos privilegios y operando políticamente como lo hacen?
Hasta cuándo el Estado seguirá pagando su hipocresia, sus lujos y privilegios tan poco cristianos?
Este Judas que entrega a sus hermanos a los lobos, esa lacra como Grassi que lastima a quienes dice proteger, niños que esperaban de él el cuidado de un padre, cómo pueden sernos tolerables?
Como lo ha pedido el fiscal Crous, se deben reformar esas disposiciones que los protegen. El principio de igualdad ante la ley es básico para una verdadera democracia.
Excelente post
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