Siempre la quise. Su ternura me acompaña desde mi más tierna memoria. Su bajo perfil es un ejemplo en medio de tanto ombligo mediático mostrando su desmesura. ¿Dónde andará?
Cuando era la nena con Osvaldo Miranda, la quería como a una hermana (en blanco y negro) que no tuve.
En cosa juzgada dio cátedra de actuación en una tele que no tenía a tinelli ni a ricardo fort, y me rompió la cabeza.
Cuando fue la Raulito la amé como a una compañera de correrías y supervivencias que emocionó cada ladrillo de mi ser.
Ella también sufrió la dictadura y tuvo que exiliarse. Fue víctima de la intolerancia. Fue una más que aterrizó en España, por aquellos años.
Su música me acompaña desde siempre. La quiero entrañablemente como a Piero, como a Leonardo Favio, como a Rita Pavone, como a Nicola di Bari... (qué viejo estoy)
No sé por qué me acorde de ella, será que vi la marcha naranja en el Congreso y me puse triste. Y todos sabemos que en momentos difíciles, agrios, buscamos el refugio de lo amado. Vino a mí su carita inocente, será eso, seguro...
Daniel Mancuso
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