Mi viejo italiano se bajó del barco cuando estaba Perón. Y sin saber hablar, se hizo argentino, se fue a un conventillo y entró a laburar en un taller de los miles que vibraban de obreros felices. Se casó con mi vieja, también italiana, también obrera.
Nació mi hermano, Antonio, con una estrella de suerte, porque llegó al hospital Evita de Lanús. El tano aprendió el mate cocido, conoció la fábrica, disfrutó el pleno empleo y el 50 y 50.
Los domingos, puso ladrillos con el nono Francisco y tuvimos la casa que covijó nuestros sueños.
Sobraba el laburo. Una mañana, Benito discutió con el capataz. El tano de pocas pulgas agarró sus cosas y se fue. Al mediodía, estaba laburando en otro lado, pero no le gustaba mucho su tarea. Estuvo un par de horas y dijo, disculpen, gracias, me voy. A las 4 de la tarde, encontró un taller cerca de casa (caminando, sin clasificados) y se quedó un tiempo.
Al tiempo, papá entró al Ferrocarril, fue soldador aunque nunca había visto un soplete, aprendió a soldar y reparar los frenos de los vagones... Después vine yo, con el viejo general exiliado y su nombre prohibido...
- Papá, ¿qué fue el peronismo?
- Trabajo, hijo, trabajo. Yo vine a esta tierra con una valija vacía y un piloto en la mano. Y pude armar una familia, criarlos a ustedes, tener nuestra casa, ¿te parece poco?
No lo leí en ningún lado, lo dijo mi viejo: Los mejores días fueron y serán peronistas.
Son.
Daniel Mancuso
2 comentarios:
Si Mancuso el peronismo fue eso que contas y tambien me lo contó mi papá que nació y se crió en el monte de Santiago del Estero, Departamento Salavina, que solo fue hasta 2° grado de la primaria (nació en 1928) que cuando era chico la madre les hacia una especie de pantalones con las telas de las bolsas de harina, que cuando comenzó a crecer acompañaba al padre a trabajar como trabajadores golondrinas a Santa Fe y tambien me cuenta algo que a mi me pones los pelos de punta, y es que se subian al tren en movimiento y viajaban en el techo y bajaban con el tren andando todo esto hasta que llegó Perón, que puso vagones especiales para ellos y después no hizo falta porque se podian pagar el boleto y porque muchos, como él se fueron a las grandes ciudades a emplearse en fabricas y así tener mejor vida para ellos y sus hijos. Imaginate que en el monte en esa época casi nadie tenía radio y el nombre de Perón comenzó a escucharse casi como un rumor y él dice que alguien escucho que Peron dijo, que el andaba a pie iba a andar a caballo y el que andaba a caballo lo haría en sulky y el que tuviera un sulky tambien podría andar en camioneta, si eso no era movilidad social ...
Como lo dijo tu papá y como lo dice el mio, los mejores días fueron peronistas, y ahora tambien que nosotros tenemos esta especie de revancha de vivir un tiempo en que algunas cosas están cambiando. Un abrazo peronista para todos y todas.
Muy bueno Daniel. A mí los recuerdos de la infancia de mi viejo, vivida durante el primer y el segundo gobierno del Pocho, me llenan el corazón de orgullo y de felicidad.
Peliemos por construir una Argentina como la que existió a mediados del siglo XX, esa Argentina grande con la que San Martín soñó.
Feliz día a todos los laburantes,
JP
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