Conmemorar es "HACER MEMORIA CON". La memoria activa ejercida por el pueblo es la que une pasado y presente en una síntesis dialéctica que supera lo viejo y presenta una fuerza nueva. El cambio de nombre de la Escuela de Educación Técnica número 2 de Florencio Varela es un auspicioso ejercicio de conmemoración. Se llamaba Pedro Eugenio Aramburu. Se llamará Rodolfo Walsh. De un golpista fusilador a un militante revolucionario. Buen Cambio.
El acto se realizó a las 10, en la escuela ubicada en Parillo y Sallarés de Florencio Varela, en el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, dispuesto por las leyes nacionales N° 11782 y N° 25633, respectivamente.
El nombre "Pedro E. Aramburu", dispuesto durante la dictadura en homenaje al militar que encabezó el golpe de 1955 que derrocó al gobierno democrático de Juan Domingo Perón de su segunda presidencia, será cambiado por el de "Rodolfo Walsh", escritor y periodista asesinado durante la dictadura, quien antes de ser baleado había escrito la carta abierta a la junta militar.
El nombre designado: "Rodolfo Walsh", fue propuesto por la comunidad educativa, en consonancia con una resolución de la cartera educativa provincial, por la que ninguna escuela del territorio bonaerense "podrá llevar el nombre de hombres y mujeres que hayan integrado gobiernos dictatoriales -aun los beneficiados por indultos o conmutación de penas-, o que pesen sobre ellos condenas por delitos de lesa humanidad".
al General fusilador Pedro Eugenio Aramburu
del 12 de junio de 1956
ALMIRANTE ROJAS Y GENERAL ARAMBURU
El 12 de junio de 1956, en cumplimiento del decreto firmado por el presidente de facto, general golpista Pedro Eugenio Aramburu, fue fusilado el general Juan José Valle, líder del frustrado levantamiento cívico-militar producido el 9 de junio de ese mismo año, en defensa del gobierno democrático de Juan Domingo Perón. Antes de morir, el general Valle envió la carta que se transcribe.
« Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y de militares, movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido.
» Para liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y sacrificarnos luego fríamente. Nos faltó astucia o perversidad para adivinar la treta.
» Así se explica que nos esperaran en los cuarteles, apuntándonos con las ametralladoras, que avanzaran los tanques de ustedes aun antes de estallar el movimiento, que capitanearan tropas de represión algunos oficiales comprometidos en nuestra revolución.
» Con fusilarme a mí bastaba. Pero no, han querido ustedes, escarmentar al pueblo, cobrarse la impopularidad confesada por el mismo Rojas, vengarse de los sabotajes, cubrir el fracaso de las investigaciones, desvirtuadas al día siguiente en solicitadas de los diarios y desahogar una vez más su odio al pueblo. De aquí esta inconcebible y monstruosa ola de asesinatos.
» Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija, a través de sus lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo. Las mujeres de ustedes, hasta ellas, verán asomárseles por los ojos sus almas de asesinos. Y si les sonríen y los besan será para disimular el terror que les causan. Aunque vivan cien años sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan esconderse. Vivirán ustedes, sus mujeres y sus hijos, bajo el terror constante de ser asesinados. Porque ningún derecho, ni natural ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones.
» La palabra "monstruos" brota incontenida de cada argentino a cada paso que da.
» Conservo toda mi serenidad ante la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado. Dirán de nuestro movimiento que era totalitario o comunista y que programábamos matanzas en masa. Mienten. Nuestra proclama radial comenzó por exigir respeto a las instituciones y templos y personas. En las guarniciones tomadas no sacrificamos un solo hombre de ustedes. Y hubiéramos procedido con todo rigor contra quien atentara contra la vida de Rojas, de Bengoa, de quien fuera. Porque no tenemos alma de verdugos. Sólo buscábamos la justicia y la libertad del 95% de los argentinos, amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales, sin derecho obrero, sin nada. No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido.
» Es asombroso que ustedes, los más beneficiados por el régimen depuesto, y sus más fervorosos aduladores, hagan gala ahora de una crueldad como no hay memoria. Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría, y un liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones de nuestro país. Todo el mundo sabe que la crueldad en los castigos la dicta el odio, sólo el odio de clases o el miedo. Como tienen ustedes los días contados, para librarse del propio terror, siembran terror. Pero inútilmente. Por este método sólo han logrado hacerse aborrecer aquí y en el extranjero. Pero no taparán con mentiras la dramática realidad argentina por más que tengan toda la prensa del país alineada al servicio de ustedes.
GENERAL JUAN JOSE VALLE
» Como cristiano me presento ante Dios, que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino, derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos no sólo de minorías privilegiadas. Espero que el pueblo conozca un día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales en forma intergiversable. Así nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de mentiras contradictorias y ridículas con que el gobierno trata de cohonestar esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias en sangre. Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos. Viva la patria ».
Buenos Aires, 12 de junio de 1956.
1 comentario:
Gran homenaje el tuyo. Verdaderamente conmovedor.
Un abrazo!
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