Casi en la mitad de mi vida, después de años y años de devaneos e incertidumbres, creo que por fin hice algo importante para la historia, para la humanidad, para el universo. Perdonenme la exageración pero la comparación entre lo anterior tan mediocre y este presente auspicioso hace la diferencia y me dibuja un arcoiris en la noche de mis tropiezos.
Tengo un hijo en el vientre de mi corazón, en el corazón de mis deseos, en los deseos de mi futuro, en el futuro de mi vida, en la vida de mi mujer. Será nena o será varón, todavía no lo sé. Pero imagino lo que quisiera regalarle. Aunque creo que voy a equivocarme. Todo lo que imagino seguramente no le será útil. Hasta podría decir que le va a perjudicar. ¿Para qué sirve ser sensible, amar la música y los colores, las nubes y las flores? ¿es importante ser solidario, respetuoso, honesto, sincero, laborioso, humilde y consecuente? ¿indignarse con el que no tiene, sentir fuego en el alma por un desconocido con frío, ayudar a un diferente, combatir a un enemigo?
No sé, a pesar de que al mundo le falta un tornillo y que los hijos de puta son siempre los ganadores, yo quisiera que no cruces de vereda, que pises el barro y tires piedras y rompas las vidrieras de los yopins porque ellos no reparten la torta. Yo quisiera que sientas que leas que pienses que seas libre y creativa. Yo deseo que llores que juegues que grites y rompas las pelotas porque no te escuchan. D. M.junio 2005
chuchi y melina
enero 2008
1 comentario:
Dani, me encanta tu blog. No aflojes. Lore
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