jueves, 16 de septiembre de 2010

REVOLUCIÓN FUSILADORA



16 DE SEPTIEMBRE DE 1955...

Yo no había nacido, pero mi viejo me contó. Los gorilas y la oligarquía habían derrocado a Perón y creyeron que habían matado al peronismo. La larga garra de censura y odio traspasó los tiempos. Años después, aun en el secundario no podía nombrar a Perón, era mala palabra...

¿Cuándo empezó la violencia? No empezó en los 70, no fueron los Montoneros... Pero no vayamos muy lejos, sólo 15 años atrás: 1955.

3 meses antes del golpe, el 16 de junio del 55, aviones de la marina de guerra mataron a cientos de civiles inocentes en el BOMBARDEO A PLAZA DE MAYO. Uno de los hechos más escandalosamente olvidados, ocultados, de la historia argentina.

Después vinieron LOS FUSILADOS DEL 56...

El historiador Fermín Chávez, en la Revista Primera Plana Nº 507, del 13 de septiembre de 1973 escribió: Revolución Libertadora. La cuarta invasión inglesa.

    La contrarrevolución de 1955 no fue gestada en 1954. No nació con el negocio petrolero iniciado con la Standard Oil, ni en el conflicto con la Iglesia argentina. La confabulación venía tomando cuerpo desde la segunda mitad de 1950 y principios de 1951, a través de los trabajos que realizaban en el ejército Pedro Eugenio Aramburu, Luis Leguizamón Martínez, Benjamín Menéndez, Eduardo Lonardi y José F. Suárez.

    Si el movimiento peronista y su gobierno tuvieron fuertes enemigos internos, no es menos cierto que los hubo mayores en el exterior. El principal, entre éstos, era un imperio en decadencia, pero un imperio al fin. Inglaterra, puesto que de ella hablamos, iba a jugar sus cartas con maestría y sin esos movimientos bruscos que delatan a los carteristas novicios. En este sentido, la Argentina de 1955 fue la carpeta de juego en que los legos debieron enfrentar, con desventaja, a los fulleros.

    La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas y a la burguesía del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses británicos, que a la postre se unirían con quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha. Si es verdad que sancionó a los Bemberg, es cierto también que lesionó duramente la esfera de influencia de los británicos.En un olvidado artículo periodístico, de 1957, Juan Perón señaló que la llamada “revolución libertadora” trajo la cuarta invasión inglesa. “Ante la incredulidad de propios y extraños –escribía-, nacionalizamos, comprando y pagándoles, los transportes, puertos, teléfonos, silos y elevadores, frigoríficos, servicios de gas y energía, el Banco Central, creamos la Flota Mercante, que llegó a ser la cuarta del mundo, y dimos al país transportes aéreos.

    Industrializamos la Nación facilitando la instalación de industrias pesadas. Asimismo, fabricamos gran cantidad de maquinarias y automotores. Así logramos la independencia económica, arrojando por tercera vez al invasor británico”. En otro párrafo del texto que estamos rememorando decía Perón: “Nuestra economía justicialista les resultó desastrosa. Sirva un ejemplo: en textiles y afines importábamos de Inglaterra por un valor de 100 millones de dólares anuales. En 1954, esa cifra se redujo a medio millón anuales. Como último bastión, le quedaba nuestro mercado comprador de petróleo. Inglaterra nos vende combustible por valor de 350 millones de dólares por año. Nuestro gobierno había firmado ad referéndum del Congreso de la Nación, un “contrato de locación de servicios” con la Standard Oil de California. Por éste, la compañía norteamericana se comprometía a explorar parte de nuestro subsuelo y extraer el petróleo que hubiera, el que debía ser entregado en su totalidad a YPF para su comercialización”.

    Es posible que los ingleses hayan hecho el cálculo de la pérdida que el cambio de política petrolera significaba para ellos, y que decidieran intervenir, contando como contaban con fuertes aliados en la marina de guerra argentina. Los hechos parecen dar entera razón a estos asertos. El viaje de Milton Eisenhower a la Argentina, registrado en el invierno de 1953, indicó el principio del cambio en cuanto a relaciones internacionales. En menos de dos años el cuadro varió visiblemente. El 26 de mayo de 1955 el profesor Silenzi de Stagni dio su famosa clase contra el proyecto de contrato petrolero, que tanto impresionó a los jefes de las Fuerzas Armadas. El 31 de agosto la comentó el periódico Die Welt, de Hamburgo, sobre la base de una síntesis enviada por su corresponsal.

    El grupo Bemberg, símbolo de toda una época de la Argentina librada al apetito de los consorcios internaciones, se convirtió en el enemigo más enconado e intrigante de Perón. Los misteriosos “accionistas franceses” de la Cervecería Quilmes no se quedaron quietos y acrecentaron la propaganda antiargentina en el exterior. Al grupo Bemberg se agregó en 1951 el grupo Gainza Paz, estrechamente ligado a la UP y a la SIP, cuando el movimiento expropió La Prensa y lastimó a la oligarquía en dos de sus mucosas más sensibles: el bolsillo y el orgullo de clase. Finalmente en la consolidación “moral” del frente antiperonista interno jugaron un papel importante las logias masónicas y otras agrupaciones típicas de la burguesía antinacional.

Hoy, los gorilas añoran la presencia militar amenazante. Los contreras no dudarían un minuto en ir a golpear los cuarteles para desalojar del gobierno a los representantes del pueblo. Como en aquel entonces, no por los errores sino por los aciertos.

A pesar del encono monopólico, y de la violencia verbal inaudita de parte de sus adláteres y siervos intelectuales, el peronismo, esta vez, le pese a quien le pese, levantará el nombre de Evita bien alto y lo llevará como bandera a la victoria...



Daniel Mancuso




En el país de
y di tres pasos
hacia los libertadores











y eran los
des-libertadores y matan y persiguen y rondan
y secuestran

sollozando al occidente
sollozando al occidente
y bailan alrededor
de un cadáver que no muere

Aquí corren y corren
los adictos perseguidos
por los perseguidores
que son los des-
libertadores

y estoy con la cabeza
metida en la cabeza
del adicto cabeza
y qué tiene
el adicto cabeza
en la cabeza
tiene económicamente libres
y socialmente justos
tiene y tiene
políticamente soberanos
tiene el adicto
cabeza en la cabeza



- ¡Y ése es un adicto cabeza!
dicen los libertadores
que son los
des-libertadores

y los adictos
buscaban la salida
en el callejón
sin
forzando la salida
adictos a

y la mujer
que va al frente está
gritando
¡Todos unidos
hagamos antorchas compañeros!
Y ella lleva un birrete
en la cabeza
con la marca CONINTES
“y yo estaba
embarazada – dijo –
y me patearon el vientre
y mi hijo desde adentro
aparta
furioso mis entrañas
y los patea a ellos con furia”
dice alegremente .

y había allí
manando sangre de muñones
“somos los destrozados
los mutilados
la vida por
la vida por
cruzando la Gran Plaza”














cuando desde el cielo
la vida por
llovió la muerte
cuando cruzaron
la vida por

y a otros más vi
en ese callejón
“y estábamos escuchando
tus noches Atenas en la radio
mientras jugamos a las cartas”

“y entonces vienen
golpean los libertadores”
sencillamente me contaron

“y aquí ya estaba ese camión
y allí nos meten
sencillamente y nos llevan
no sabemos hacia dónde”.












“o sí
sólo sabemos que es la noche
pero ahora ya sabemos que aquella
fue la NOCHE
pero no la de Atenas
y fuimos llevados”

y caímos adentro
en el basural
y también ahora sí
sabemos
que alguno se salvó
para contarlo
--tus noches Atenas tus noches Atenas
sencillamente
me contaron.

LEÓNIDAS LAMBORGHINI
(Fragmentos de
"EL SOLICITANTE DECOLOCADO")





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