Quedate acá... quedate acá y no te muevas...
le dijo su madre y corrió la cortina del baño para protegerla. La patota de Pinochet venía a buscarlos y se los llevó a los dos, dejándola huérfana por vía dictatorial...
¿Cuántas madres habrán dicho quedate acá antes de la tragedia?
Ella no puede hablar. Es un angel caído que vaga por las calles frías de Santiago de Chile. Él es un pícaro ex presidiario estrenando libertad. El destino y el hambre los junta con unos panchos llenos de menjunjes picantes.
Música. Una casona llena de pobres bailarinas rescatadas de las cloacas.
Cárcel, amenazas, robos, planes, sueños. Intrigas, todos intrigan. Pinochet está presente como si estuviera vivo. Cada cosa en ese lado del planeta se toca con ese hijo de mil putas. La escuela municipal.
El famoso ladrón de cajas fuertes también está libre. El pícaro de sonrisa contagiosa se le pega como chicle y le ofrece el robo del siglo: dinero sucio de los sucios hombres del dictador.
Un caballo. Amor. Idas y vueltas al trote corto o al galope.
¿El atraco? El final no lo puedo contar. Sólo diré que la película de Fernando Trueba es HERMOSA. No te la pierdas. Además tiene un sólido grupo de actores con Ricardo Darín a la cabeza...
Poesía, mucha poesía. Y donde hay poesía hay emoción, hay vida.
¡Ay! Qué sería la vida sin Poesía.
Daniel Mancuso
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