lunes, 19 de abril de 2021

Y TODxS MIRAMOS ASOMBRADxS

 

 
    Y un día apareció el bicho. La irrupción de la Covid 19 nos cambió la vida dramáticamente. Hay una inmensa mayoría silenciosa. Hay una intensa presencia de terraplanistas y libertarios, odiadores, gorilas desaforados, estúpidos. Todo un poco más exacerbado. Para algunxs el 2020 fue un redescubrimiento de actos sencillos: leer, mirar la tele, escuchar la radio... y para muchos la angustia de salir a la calle a buscar qué comer...
     
    Ahora hay barbijos en las caras, y miedo al contacto. Casi todxs esperan las vacunas. Y unos pocos pergeñan cómo jodernos la vida. El tiempo pasó uniforme, chato, rapidísimo. Tuvimos que dejar de juntarnos con nuestra gente, dejar de tocarnos, aislarnos del peligro ubicuo. Un enorme tapabocas nos cubrió el sol, los proyectos, puso distancia entre el mundo y nosotrxs. Quedamos metidos en una cápsula invisible repletos de miedos e incertidumbre. 
     
    La naturaleza no se detiene, la vida tampoco. Brotó  alcohol en gel entre los dedos. Brotaron tapabocas de colores, de tela, de nylon, transparentes. Brotaron aplicaciones ad hoc, motitos de envíos a domicilio, cartoneros y carritos diversos, pantallas protectoras en la caja del super chino, colas para todo, distanciamientos, aglomeraciones, marchas anticuarentena, cacerolazos, protestas sociales por la injusticia de siempre.      
 
    Cerraron los teatros, los cines, las canchas. Abrieron los bares, los restaurantes, los gimnasios. Brotaron terraplanistas furiosxs reclamando libertades extremas, negacionistas, las burbujas en las escuelas, los pagos electrónicos, los conversatorios, los zoom, meet, etcétera. Brotaron contagios y muertos. Hay quienes niegan la situación con dos preguntas: "¿Pandemia? ¿Qué pandemia?". 
 
    No sé, casi todxs padecimos compañerxs, familiares o conocidxs en Terapia Intensiva, en coma, intubadxs. Tuvimos amigxs que se fueron solxs, muy solxs, sin velorio siquiera, y los deudos recibían condolencias por guasap. Las largas esperas en los hospitales colapsados... Una cagada.
 
    Brotó la miseria en los barrios. Sabemos porqué. El sistema perverso se encarga de frustar nuestras posibilidades de justicia social. Sin decisión política y movilización popular, sin organización y conciencia de clase, sin patriotas valientes, será dificil salir de este infierno manipulado desde Washington.
 
    Todo sigue igual que antes pero distinto. Algunos se enriquecieron con las compras y ventas por internet, otros tuvieron el boliche cerrado, otros se quedaron sin laburo, otros son más y más pobres. Los inmorales siguieron depredando el ambiente para sus negocios millonarios. Los dirigentes políticos, sindicales, empresariales, miran para otro lado.
 
    Y la Política que debiera ser la herramienta articuladora de la vida democrática se enfermó. Tose, escupe, tiene fiebre, moquea, respira con dificultad. La antipolítica recidiva.    
 
    El poder judicial quemó todos los libros y hace lo que se le canta a los poderosos. Persigue a exfuncionarixs, opositores al neoliberalismo, mapuches, indigentes, laburantes, militantes. Acusa sin pruebas, inventa causas, encarcela a inocentes... y todos miramos asombrados.  

    Los diarios, los noticieros, los periodistas, los funcionarios, legisladores, magistrados, fiscales, abogados, médicos, investigadores, opinadores, señoras en el Obelisco, señores en Cabildo y Juramento, jóvenes frente a la Quinta de Olivos, mienten, tergiversan, desinforman, confunden, se contradicen, repiten frases hechas, hablan pavadas... y todos miramos asombrados.  
 
    El virus es peligroso, los sátrapas también.

    El gobierno al que votamos para que nos saque del desastre heredado NO cumple sus promesas a pesar de los reclamos. NO encarcela a los corruptos de traje y corbata, NO repudia la deuda que nos condenó a un siglo de desventuras por venir, NO hace la reforma judicial, NO expropia Vicentín... La inflación nos carcome las tripas. Los malos hacen lo que se les canta y se nos ríen en la cara.

    Quienes tenemos años gastados y los sueños intactos recordamos a los patriotas que ilustraban nuestros cuadernos de escuela (y a los que estaban prohibidos también): Belgrano, Moreno, Castelli, Güemes, Juana Azurduy, Dorrego, el Chacho Peñaloza, San Martín, Rosas, Evita y Perón, el Che... Y sentimos el fervor revolucionario que nos quema, que una nueva independencia está al alcance de la mano, que podemos ser libres y lo demás no importa nada, que no es verdad que la pata gringa imperialista es imposible de vencer, que un traidor no vale más que mil valientes... Pero se escapa. 
 
    Nos tienen agarrados de las bolas. Las multinacionales le tuercen la mano al Presidente y le escriben los Decretos para seguir usando, explotando, robando, contrabandeando en nuestros puertos y ríos, nuestro mar y nuestra tierra a como dé lugar. Se llevan los minerales, la soja, el oro. Se apropian de Lago Escondido, la Patagonia... las vaquitas son ajenas. Nos queman los bosques, envenenan la tierra, nos matan de cáncer glifosateado.

    Ay, Discepolín, tenías motivos para estar tan triste, pero no sabés la tristeza que hay ahora. 
 
    Estamos tan aturdidxs que nadie se pregunta cómo apareció la pandemia. ¡Y es tan fácil la respuesta! El capitalismo ha roto todos los equilibrios entre los seres humanos y los animales y las plantas. La sobreexplotación, la deforestación, los incendios. Con la proliferación de los feedlots el ganado se amontona en espacios reducidos generando gran contaminación ambiental y problemas sanitarios. Las frutas y verduras están llenas de herbicidas. Comemos veneno. Respiramos toxinas. Pero lo peor es que naturalizamos el desastre y convivimos con la tragedia ecocida que no se detiene. Si esto es lo que nos toca, por lo menos sepamos quienes son los verdugos para poder enfrentarlos. La abulia mata dos veces.
 
    Sostiene Enrique Aurelli: «Los problemas de la Argentina no se reducen a quién draga el Río Paraná por el que sale el 85% de las exportaciones argentinas, y un porcentaje nada despreciable de las economías de Bolivia, Paraguay y Brasil; sino quien controla los puertos; el agua del acuífero Guaraní; la logística; el comercio exterior; los alimentos; el precio de los alimentos para consumo interno; la moneda; la minería; la energía; el territorio bicontinental; nuestros ríos y mares y quién produce con qué trabajo e industria, propia o extranjera, en beneficio de quién. Se trata de geopolítica y geoeconomía...»
 
     Enrique usa la memoria, analiza y propone, transmite posibilidades para salir del laberinto. Y reflexiona: «Es imposible que los extranjeros nos roben sin ayuda de los cipayos propios»
 
    Mempo recita una frase horriblemente cierta: «Entregar el Paraná es como entregar las Malvinas».
 
    Sí, tiene razón pero marche preso. Parece que el Presidente renovará la concesión a las multinacionales. El río Paraná seguirá privatizado. (Lee el  Decreto 949/20 y no te infartes).
 
    Los patriotas iluminan, nos gritan desde el infinito, se indignan con nosotrxs y reclaman medidas para Recuperar la Soberanía nacional, para que dejemos de ser Colonia, además de torcer el rumbo antes de encaminarnos hacia una irremediable Factoria. 
 
    Hay mucho ruido acá. ¿Seremos escuchadxs? 
 
Daniel Mancuso







    El Decreto 949/20 es una imposición extranjera. No es una decisión soberana, ni busca independencia económica, ni justicia soci...
 



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