La Revolución de la Alegría es un fracaso. O, quizás, entendimos mal y la alegría era sólo para ellos. Quienes votaron por "Cambiemos", se desayunan con sapos todos los días. Y al mediodía sapos. Y en la cena también. Pero el menú se extendió a toda la población, de prepo. En casi 5 meses, no hemos visto más que desastres en la toma de decisiones del gobierno de Mauricio Macri. Megadevaluación, despidos masivos, aumentos de tarifas, inflación indiscriminada... Y no es una pesadilla de la que podemos salir apenas abramos los ojos, es una hipoteca que ya nos amenaza por varias generaciones. Mientras se les concede el perdón a los agroexportadores y a las mineras, exentos de pagar retenciones, avanza el nuevo endeudamiento con los piratas finacieros, via sometimiento con los Buitres, en una sodomización de la que muchos no se han enterado todavía, pero más temprano que tarde, sangrará en nuestras vidas cotidianas.
Y sí, hay alegría en los sectores más concentrados de la economía y las finanzas. Hacen enormes negocios con bonos y precios al consumidor, amparados en que los medios masivos de confusión continúan formateando las conciencias débiles de los culos que se rompen trabajando, analfabetos políticos a los que nadie les regaló nada porque odian los planes descansar y las cadenas de la yegua. La tele bombardea con la pesada herencia de la corrupción que fue bastante desprolija y soberbia, es cierto, sacando de la escena la ignominiosa lista de atrocidades macristas: los Papeles de Panama con las sociedades secretas al por mayor, la obra pública con sobreprecios, el gran negocio del dólar futuro, y la tragedia de Time Warp en Costa Salguero, entre otras. Todas tienen un denominador común: hay funcionarios amarillos, con el virrey ingeniero a la cabeza.
En medio del descontento popular, y la lenta reorganización en ciernes, durante 36 horas, la gobernadora María Eugenia Vidal se recluyó en un lujoso Polo Hotel Resort & SPA 5 estrellas, en Luján, junto a sus 19 ministros, y el psicólogo “experto en felicidad”, Daniel Cerezo, recientemente incorporado por Mauricio Macri al gobierno nacional. Allí realizan “Tean Building”, una serie de charlas motivacionales para “energizarse políticamente” y jugar al focus group, para ensayar como gobernar, en momentos donde se dispara la inflación, la pobreza y la desocupación. Todo muy PRO.
La batalla es desigual. Todos somos Quijotes contra los molinos de viento, en esta maquinaria absurda del Capitalismo rapaz, y es muy posible que nos hagamos mierda en el intento, pero vale la pena aunar esfuerzos, vencer al tiempo como decía el General, y no perder las esperanzas.
En medio de la bronca, la bandera celeste y blanca se puso de pie e hizo tronar el escarmiento. Según el gran Carl Jung, los símbolos son máquinas transformadoras de energía... a por ellos.
Y sí, hay alegría en los sectores más concentrados de la economía y las finanzas. Hacen enormes negocios con bonos y precios al consumidor, amparados en que los medios masivos de confusión continúan formateando las conciencias débiles de los culos que se rompen trabajando, analfabetos políticos a los que nadie les regaló nada porque odian los planes descansar y las cadenas de la yegua. La tele bombardea con la pesada herencia de la corrupción que fue bastante desprolija y soberbia, es cierto, sacando de la escena la ignominiosa lista de atrocidades macristas: los Papeles de Panama con las sociedades secretas al por mayor, la obra pública con sobreprecios, el gran negocio del dólar futuro, y la tragedia de Time Warp en Costa Salguero, entre otras. Todas tienen un denominador común: hay funcionarios amarillos, con el virrey ingeniero a la cabeza.
En medio del descontento popular, y la lenta reorganización en ciernes, durante 36 horas, la gobernadora María Eugenia Vidal se recluyó en un lujoso Polo Hotel Resort & SPA 5 estrellas, en Luján, junto a sus 19 ministros, y el psicólogo “experto en felicidad”, Daniel Cerezo, recientemente incorporado por Mauricio Macri al gobierno nacional. Allí realizan “Tean Building”, una serie de charlas motivacionales para “energizarse políticamente” y jugar al focus group, para ensayar como gobernar, en momentos donde se dispara la inflación, la pobreza y la desocupación. Todo muy PRO.
La batalla es desigual. Todos somos Quijotes contra los molinos de viento, en esta maquinaria absurda del Capitalismo rapaz, y es muy posible que nos hagamos mierda en el intento, pero vale la pena aunar esfuerzos, vencer al tiempo como decía el General, y no perder las esperanzas.
En medio de la bronca, la bandera celeste y blanca se puso de pie e hizo tronar el escarmiento. Según el gran Carl Jung, los símbolos son máquinas transformadoras de energía... a por ellos.
3 comentarios:
No, Daniel. No es un fracaso.
La Revolución de la Alegría es un éxito hiper-recontra-absoluto.
Además del desbarajuste ipso-facto que en tan breve lapso ha puesto patas arriba al país y a gran parte de quienes lo habitamos, ha clausurado abruptamente un período durante el cual se había revalorizado ese casi perdido principio de SOBERANÍA.
Siendo - como él mismo lo reconoció en su "brochure" en inglés para convencer a posibles inversores de EEHH - uno de los países con menor incidencia porcentual de deuda externa con relación a su PBI, de un plumazo concretó el más rápido endeudamiento en décadas ... a cambio de NADA. Ha conseguido, en connivencia con el resto del poder y sus medios, ocultar gravísimas circunstancias que como no se comentan o publicitan, NO EXISTEN para una gran porción de la ciudadanía que se alimenta con titulares de diarios y zócalos de noticieros. En cambio, se le da una suprema manija a cualquier "trascendido" o afirmación en potencial que pudiera enchastrar a las autoridades anteriores y a reforzar constantemente la ley natural de la PESADA HERENCIA, de la CORRUPCIÓN INSOPORTABLE, del AUTORITARISMO DICTATORIAL y tantas otras falacias que la gran porción de ciudadanía a la que aludí, consume, asume y desparama con indignación mientras apaga las luces porque no podrá pagar la factura.
Pero, canalladas más, canalladas menos, la emergencia inocultable de desempleo, miseria, precarización, apagón comunicacional, inopia, corrupción inherente a la derecha cada día con mayor desparpajo, irán dejando su ácida marca en muchas cabecitas que clamaban por un CAMBIO. Pues el CAMBIO ES ESTE. Acéptenlo o bánquenselo. A menos que quieran convertirse en revolucionarios y estén dispuestos a hacer saltar por el aire a más de uno de los que prometieron Disneylandia para luego introducirnos en Obras Maestras del Terror.
También hemos dejado de lado al mundo real del desarrollo científico y tecnológico, la educación pública y las políticas sociales para ingresar a ese mágico y virtual mundo de la meditación, la introspección para ser felices "para adentro", la limpieza de energías negativas y tantas otras pelotudeces de autoayuda que se ponen en marcha cuando el ESTADO te hace pito catalán para que te las arregles como puedas.
Lo lamento especialmente por todos los que, sin haber votado esta porquería de mierda, no tienen más remedio que sufrir las consecuencias de tanta basura.
Saludos
Daniel, estan repartiendo la torta??
Daniel, estan repartiendo la torta??
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