En Argentina, tenemos un ordenamiento jurídico del siglo XIX, en materia civil. Algo atrasa, algo tira para atrás, la insondable pesadez de la Iglesia.
Dalmacio Vélez Sársfield redactó el Código Civil de la República Argentina, y fue aprobado a libro cerrado (sin modificaciones) el 25 de septiembre de 1869, mediante la Ley 340. Entró en vigencia el 1 de enero de 1871. Con numerosas modificaciones desde ese entonces, sigue constituyendo la base del Derecho civil argentino.
El miércoles pasado, la comisión bicameral creada para analizar la reforma, actualización y unificación de los códigos Civil y Comercial dio dictamen al proyecto redactado por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, su colega Elena Highton de Nolasco y la ex jueza mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci. Pero en su primer tratamiento parlamentario la iniciativa sufrió alrededor de 180 cambios. Los más destacados en lo referente a la ampliación de derechos fueron impulsados por la Iglesia.
El próximo miércoles comenzará el debate en el recinto del Senado nacional para aprobar el proyecto de unificación y reforma de los códigos Civil y Comercial, luego de que esta semana la comisión bicameral le diera dictamen favorable. El oficialismo incorporó 180 modificaciones en la nueva reglamentación con respecto al texto original que había redactado el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, junto a su colega del tribunal Elena Highton de Nolasco y la ex jueza mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci.
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“Seguramente la discusión política y social del aborto se va a superponer con el artículo del código que defiende la vida desde la concepción. Esa tensión va a ser muy difícil de evitar”... “No sería la primera vez que se generaría un desacople entre la ley y la realidad”... “La incidencia de la Iglesia es un tema muy delicado. Un gobernante no puede olvidarse de que el Papa, al ser argentino, incide en nuestro país de una forma muy particular. Nuestra responsabilidad como fuerza de gobierno es tratar de coordinar una legislación laica pero sin dejar de tener en cuenta la influencia que tiene el papa Francisco en estos momentos”, opina el abogado y diputado por Nuevo Encuentro Carlos Raimundi.
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“Hay memorias, imaginarios, representaciones sobre el poder de la Iglesia que se ha construido en el largo plazo. Si bien la desinstitucionalización del catolicismo es reconocida por la gran mayoría de los actores político-sociales, la Curia sigue guardando un poder simbólico que le da una presencia casi única en la sociedad argentina”... “En 1968, durante el onganiato, la única institución religiosa que, sin tapujos, es considerada de derecho público es la Iglesia Católica”, dejando de lado a otros grupos y organizaciones religiosas no católicas. Esos grupos serán a partir de ese momento invisibilizados y perseguidos. “La única institución religiosa ‘verdadera’ que monopoliza, distribuye el bien común y defiende la ‘patria’, es ahora sólo la Iglesia Católica”, una circunstancia que se mantendrá por décadas. La última dictadura cívico-militar “no sólo siguió en la misma línea sino que agradeció el asesoramiento, participación y complicidad de la institución eclesial”, opina Fortunato Mallimaci, profesor universitario y especialista en temas de cultura y religión.
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“La Iglesia Católica es la única entidad que, en contra de normativas internacionales, considera al embrión humano como una persona antes de ser implantado. La reforma que la comisión bicameral plantea para el artículo 19 de la propuesta inicial del nuevo Código Civil obedece simplemente a la presión de la Iglesia Católica. Claro que la Iglesia no está en condiciones de prohibir taxativamente la fecundación in vitro, pero no la admite como método para lograr un embarazo. Y otorgar el status de persona a un embrión no implantado implica por ejemplo que no se puede congelar, porque no se puede congelar personas. En rigor, directamente no se podría hacer fecundación in vitro porque se crearían ‘personas’ de las cuales muchas no van a llegar a nacer”, opina Claudio Chillik, extitular de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer).
Dalmacio Vélez Sársfield redactó el Código Civil de la República Argentina, y fue aprobado a libro cerrado (sin modificaciones) el 25 de septiembre de 1869, mediante la Ley 340. Entró en vigencia el 1 de enero de 1871. Con numerosas modificaciones desde ese entonces, sigue constituyendo la base del Derecho civil argentino.
El miércoles pasado, la comisión bicameral creada para analizar la reforma, actualización y unificación de los códigos Civil y Comercial dio dictamen al proyecto redactado por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, su colega Elena Highton de Nolasco y la ex jueza mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci. Pero en su primer tratamiento parlamentario la iniciativa sufrió alrededor de 180 cambios. Los más destacados en lo referente a la ampliación de derechos fueron impulsados por la Iglesia.
El próximo miércoles comenzará el debate en el recinto del Senado nacional para aprobar el proyecto de unificación y reforma de los códigos Civil y Comercial, luego de que esta semana la comisión bicameral le diera dictamen favorable. El oficialismo incorporó 180 modificaciones en la nueva reglamentación con respecto al texto original que había redactado el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, junto a su colega del tribunal Elena Highton de Nolasco y la ex jueza mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci.
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“Seguramente la discusión política y social del aborto se va a superponer con el artículo del código que defiende la vida desde la concepción. Esa tensión va a ser muy difícil de evitar”... “No sería la primera vez que se generaría un desacople entre la ley y la realidad”... “La incidencia de la Iglesia es un tema muy delicado. Un gobernante no puede olvidarse de que el Papa, al ser argentino, incide en nuestro país de una forma muy particular. Nuestra responsabilidad como fuerza de gobierno es tratar de coordinar una legislación laica pero sin dejar de tener en cuenta la influencia que tiene el papa Francisco en estos momentos”, opina el abogado y diputado por Nuevo Encuentro Carlos Raimundi.
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“Hay memorias, imaginarios, representaciones sobre el poder de la Iglesia que se ha construido en el largo plazo. Si bien la desinstitucionalización del catolicismo es reconocida por la gran mayoría de los actores político-sociales, la Curia sigue guardando un poder simbólico que le da una presencia casi única en la sociedad argentina”... “En 1968, durante el onganiato, la única institución religiosa que, sin tapujos, es considerada de derecho público es la Iglesia Católica”, dejando de lado a otros grupos y organizaciones religiosas no católicas. Esos grupos serán a partir de ese momento invisibilizados y perseguidos. “La única institución religiosa ‘verdadera’ que monopoliza, distribuye el bien común y defiende la ‘patria’, es ahora sólo la Iglesia Católica”, una circunstancia que se mantendrá por décadas. La última dictadura cívico-militar “no sólo siguió en la misma línea sino que agradeció el asesoramiento, participación y complicidad de la institución eclesial”, opina Fortunato Mallimaci, profesor universitario y especialista en temas de cultura y religión.
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“La Iglesia Católica es la única entidad que, en contra de normativas internacionales, considera al embrión humano como una persona antes de ser implantado. La reforma que la comisión bicameral plantea para el artículo 19 de la propuesta inicial del nuevo Código Civil obedece simplemente a la presión de la Iglesia Católica. Claro que la Iglesia no está en condiciones de prohibir taxativamente la fecundación in vitro, pero no la admite como método para lograr un embarazo. Y otorgar el status de persona a un embrión no implantado implica por ejemplo que no se puede congelar, porque no se puede congelar personas. En rigor, directamente no se podría hacer fecundación in vitro porque se crearían ‘personas’ de las cuales muchas no van a llegar a nacer”, opina Claudio Chillik, extitular de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer).
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Excelente informe e investigación de Víctor Hugo Morales...
6 comentarios:
Es la politica Daniel, se negocia, se quita, se da. No hay nada gratis, todo tiene un precio y el nuestro es el papa argentino.
Con Cristina debemos descartar el aborto, se lo tenemos que permitir y se lo merece. En codigo civil como cualquier ley se podra modificar con el tiempo.
No es la muerte de nadie
Bueno, sí es la muerte, la muerte de miles de mujeres pobres, por eso es "aborto" y no "interrupción voluntaria del embarazo", batalla cultural en ciernes...
No es una ley màs, es el còdigo que se modifica cada 100 años. Estoy de acuerdo con los del palo que salen a protestar. Lola.
Preguntas..con el cambio que hicieron sobre el texto de lorenzetti..Se podrà seguir usando la pastilla del dìa despuès? Se podrà congelar embriones?
Las mamàs que pueden iràn a buscar sus hijos en vientres alquilados en el extranjero, como ahora, y las que no lo miraran por la tele?
Votè en CABA boleta completa del FPV, espero ser representada por mis diputados (no tengo senador lamentablemente)- Lola
Hola, "Bueno, sí es la muerte, la muerte de miles de mujeres pobres, por eso es "aborto"",¿?; la reforma de ninguna manera incluía el aborto, o me equivoco? lo que se empezó a discutir en los blogs es el tema de los embrione sy los frascos de embriones rotos, algo de la priedad como bien social. Hay varias opiniones a favor y encontra al igual que la del anon, 12:40, en saber derecho blogpot aclara bastante, especialmente el temadel embrión implantado. Lo de la santa madre por un lado y lo de la daia, quienes también se hacen oir en algún otro tema, es cuestion de que tengan seguidores y ambos colectivos los tienen. No son sólo nuestros legisladores
De acuerdo en denunciar el tema comentado por el prof Mallimaci, hay que discutir mucho la separación del estado de cualquier confesión religiosa, tema en debate en occidente, medio oriente y no se donde más.
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