Cada movida en el presente ajedrez político desenmascara a los jugadores del frente opositor, esos que estudian de memoria los libretos de Clarín y La Nación para interpretarlos en TN, esos que denuncian "el autoritarismo gubernamental" porque no pueden ganar una votación en el Congreso, esos que recitan la cantinela del "fin de ciclo" aunque cientos de miles de ciudadanos llenamos la Plaza de Mayo amorosamente el 25 de Mayo.
Son jugadores varipintos: los hay cautelosos, los hay agresivos, los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, los hay retardatarios, los hay apresurados, los hay contemplativos. Pero son todos malos muchachos...
Pero hay algo que los identifica, los unifica, los iguala: son deshonestos intelectualmente. Saben que mienten y no tienen empacho en continuar con sus acciones y dichos antidemocráticos.
Son jugadores varipintos: los hay cautelosos, los hay agresivos, los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, los hay retardatarios, los hay apresurados, los hay contemplativos. Pero son todos malos muchachos...
Pero hay algo que los identifica, los unifica, los iguala: son deshonestos intelectualmente. Saben que mienten y no tienen empacho en continuar con sus acciones y dichos antidemocráticos.
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Hoy en día, el eje del mal le ha declarado la guerra a la democracia argentina.
Las 2 potencias de la corporación beligerante tienen distintos modalidades de ataque. Clarín bombardea todos los días, hostigando duramente para profundizar "el ablande". La Nación se toma su tiempo, y cada tanto, tira una bomba de Hiroshima con la excusa de querer detener la guerra. Más allá de las tácticas desestabilizadoras, ninguno de los 2 se detiene en su desesperada campaña golpista.
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La tribuna de doctrina que fue cómplice de los crímenes de la dictadura genocida (y de todos los golpes de Estado desde 1930) intenta golpear al gobierno nacional comparándolo con el régimen genocida nazi. La editorial se titula 1933...
«Hace 80 años el mundo fue testigo, silencioso y tolerante, de la gradual desaparición de una república y, en pocos meses, de la instalación de una dictadura con el apoyo entusiasta de la población y sus fuerzas vivas. La República de Weimar fue reemplazada por un régimen totalitario que concentró en una persona los tres poderes del Estado, eliminó los derechos individuales, controló la justicia, suprimió la prensa independiente y, finalmente, ejecutó el terrible Holocausto.
»Salvando enormes distancias, hay ciertos paralelismos entre aquella realidad y la actualidad argentina que nos obligan a mantenernos alerta...»
»Salvando enormes distancias, hay ciertos paralelismos entre aquella realidad y la actualidad argentina que nos obligan a mantenernos alerta...»
- El burdo intento de comparar a Hitler con Cristina es luminoso. Muestra que hay una infinita libertad de expresión. Denota la enorme impotencia de quienes derribaron gobiernos y fueron socios en el latrocinio privatizador del reino del mercado neoliberal. Connota el fracaso de la partidocracia opositora por articular una idea verosimil para justificar su existencia y el sueldo que les pagamos con nuestros impuestos. Pone en evidencia que son inescrupulosos francotiradores que no respetan la voluntad popular y le temen a las políticas de Estado inclusivas, anticíclicas, populares, soberanas.
Y La Nación termina diciendo...
«... Salvando, como decíamos, las enormes distancias, los argentinos deberíamos reparar en los rasgos autoritarios que, cada vez con mayor frecuencia, pone de manifiesto el Gobierno, y cobrar conciencia de que es imposible prever cómo puede terminar un proceso que comienza cercenando las libertades y la independencia de los tres poderes del Estado, al tiempo que distorsiona los valores esenciales de la República y promueve enfrentamientos dentro de la sociedad».
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Hasta los Trabajadores de La Nación repudiaron el editorial 1933...
«En ejercicio de la libre expresión hoy vigente en la Argentina, el Diario LA NACIÓN publicó el lunes 28 de mayo una editorial titulada: 1933. En ella se traza un oscuro paralelismo entre el Gobierno Nacional y prácticas de la Alemania Nazi. Si bien en el texto de la citada editorial se intenta morigerar la comparación entre un régimen que exterminó a 6 millones de seres humanos y el Gobierno Nacional actual con la cita: “Salvando las enormes distancias”, los trabajadores del Diario LA NACIÓN sentimos la necesidad de expresar públicamente nuestro más enérgico RECHAZO a este tipo de comparaciones impropias que no hacen más que exacerbar el odio, en momentos en que justamente desde el Diario LA NACIÓN, entre otros medios, se critica el Poder Ejecutivo por incentivar un “Estado de Crispación” en la sociedad...»
Y aunque con cauta tibieza, también la DAIA repudió el editorial de La Nación...
«Con referencia al editorial del diario La Nación del día de la fecha, que bajo el título de `1933` analiza aspectos históricos vinculados a la caída de la República de Weimar y el posterior régimen nazi, la entidad representativa de la comunidad judía argentina expresa su malestar respecto a la comparación con la actualidad política de nuestro país...»
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Nosotros, los que nos emocionamos en la Plaza, porque creemos en este Proyecto nacional y popular, confiamos en nuestra Presidenta, apostamos a un futuro con justicia social, tenemos fe en la democracia que estamos construyendo, y sabemos con certeza que no hay otro camino, trabajamos y estudiamos todos los días para corregir los errores, parir las soluciones, y tratar de ser felices con todos los que habiten nuestra patria.
1 comentario:
El solo hecho de hacer público ese editorial, está hablando de la LIBERTAD que existe en mi país...
Ven peligrar sus beneficios mal adquiridos.... El que se sabe sin razones, grita, patalea, insulta...
La comparación es un insulto a TODOS los que apoyamos este gobierno y votamos para que esta realidad sea posible... y... VAMOS POR MÁS!! apoyando las medidas para lograr una Patria Justa, Libre y Soberana.
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