Si queremos construir una verdadera democracia no debemos ser hipócritas. Quienes lo sean, están en contra de la voluntad popular.
Clarín y La Nación, los grandes articuladores de la desesabilización reaccionaria del siglo XXI, gritan "paz y democracia" en un lado y ponen la bomba en el lado contrario. Es un rebusque impune que practicaron durante años de dictaduras asesinas y gobiernos constitucionales domesticados.
Lo cierto es que la política connota conflictos de intereses. El Estado nacional defiende el interés general;
Clarín defiende sus intereses empresariales y corporativos. A la Presidenta la eligieron más de 12.000.000 de argentinos; a Héctor
Magnetto no lo eligió nadie y hace 40 años que está al frente del monopolio.
La justica y sus ejecutores, los jueces, responden a presiones e intereses, más que a ideologías. Son seres humanos falibles, corruptibles, temerosos del poder fáctico, y además no los elige el sufragio popular. Imaginemos una llamada telefónica, desde la redacción de la calle Tacuarí, a un juez de la Nación:
«Su señoría, queremos informarle que nos llegó una información anónima sobre su persona, con datos comprometedores, que no queremos publicar para no perjudicarlo... Tenga usted buenos días»
¿Cómo serán los fallos de ese juez luego de la amistosa llamada?
Lea detenidamente nuestro informe en
LA SAGA DEL 7D, O CÓMO BURLAR LAS LEYES
1
La Ley
26.522,
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, fue sancionada hace 3 años, pero mediante una cautelar del
juez de la dictadura Edmundo Carbone, Clarín logró desobeder la ley.
En 2009, cuando se votó la ley en el Congreso,
los diputados radicales votaron en contra, junto con los legisladores del PRO y de la Coalición Cívica. Estos diputados perdieron la votación democrática en el recinto frente a votos del oficialismo y de muchas otras fuerzas provinciales y de centroizquierda: en
Diputados:
147 votos a favor (3 abstenciones y 3 en contra); y
44 votos contra 24 en
Senadores.
Ahora, quisieron sortear la derrota en el congreso, desde el
Consejo de la Magistratura: los consejeros opositores, mediante una burda maniobra corporativa, intentaron instalar un
juez subrrogante subordinado donde debía estar un juez titular. Los jueces se nombran mediante los recaudos que dicta la Constitución (
artículo 114), y no a dedo, bajo presión mediática.
2
Como
Carbone se jubiló, el
juez de la Cámara Civil y Comercial Federal, presidente de la Asociación de Magistrados de la Nación, e integrante del Consejo de la Magistratura, RICARDO RECONDO, fue quien eligió a dedo al jubilado
Tettamanti, para seguir con la trampa dilatoria del multimedios.
Además, en la designación de Tettamanti había
4 irregularidades: 1) No es juez natural; 2) fue designado por la Cámara, pero no por todos sus miembros sino por sólo dos, uno de los cuales es Recondo (consejero del Consejo de la Magistratura, y debería haberse excusado); 3) el sorteo no fue por medios informáticos sino manual; y 4) el juez designado no puede tener como secretaria a la esposa de su hijo (la secretaria del Juzgado Civil 1,
Ana Bruno, es la nuera de Tettamanti, mientras que un artículo del reglamento de la Justicia impide ser secretario de un juzgado a quien tenga hasta el cuarto grado de consanguinidad con el juez.).
Si se hubiera quedado en su vergonzoso cargo manipulado, el juez jubilado
Raúl Tettamanti (designado como nuevo magistrado subrogante a cargo del tribunal en lo Civil y Comercial Federal N° 1), tendría entre sus expedientes la presentación del
Grupo Clarín por el artículo 161, conocido como la "cláusula de desinversión", de la ley de medios. Sería una burla al Congreso de la Nación, porque mediante una nueva cautelar haría que el monopolio ganase varios años para no tener que desinvertir. Y nuestra batalla está orientada a que todos sean iguales ante la ley.
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Daniel
Mancuso
1 comentario:
Qué se traerán entre manos???, pondrán a la bruja cachavacha en su lugar?, o será Carusso Lombardi???, yo no me fio...abrazo
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