Y mientras los comunicadores de la prensa independiente (de los intereses populares) insisten preocupados con que «Cristina tiene la suma del poder público, y nos vamos acercando al precipicio porque Cristina no escucha, y porque Cristina no ve, perdida como está en la autocracia», y nos quieren hacer creer que el poder está en la casa de Gobierno para «hacer caja y corromper a la República», asistimos a la cruda realidad oculta...
- «Las distintas exenciones al Impuesto a las Ganancias contabilizarán este año 8.900 millones de pesos. Los tratamientos preferenciales que reciben la renta financiera, jueces y ganancias de capital representan el 6,8 por ciento de la recaudación anual del tributo proyectada en el Presupuesto 2012 (131.000 millones de pesos). Si se suman los distintos regímenes de promoción, como los beneficios al sector minero, el gasto tributario asciende hasta 10.500 millones de pesos, el ocho por ciento de los recursos que generará este año el impuesto...»
(...)
«Así, las exenciones al Impuesto a las Ganancias, explican los especialistas, atentan contra la progresividad del impuesto y el sistema fiscal al reducir la base imponible del tributo. En un artículo publicado en la revista Voces en el Fénix, el prestigioso tributarista cordobés Salvador Treber ofrece una explicación para la preservación de esas exenciones y tratamientos fiscales privilegiados: “La orientación y las normas básicas que definen los sistemas fiscales en cada país reflejan y armonizan los intereses de quienes detentan el poder económico”...»
¿Qué significa esto? Que el poder, el verdadero poder está, todavía, en las corporaciones que insistentemente ponen en jaque a la democracia. Ricardo Forster reflexiona...
- «Se trata, en definitiva, de atacar a los procesos democrático populares desde el interior de la misma democracia aprovechando los resquicios legales o, simplemente, apropiándose de algunas instituciones significativas (por ejemplo el Senado en Paraguay, el poder judicial en Honduras o el travestismo de legisladores como lo experimentamos en la Argentina durante la famosa votación en la que el vicepresidente de la Nación acabó desempatando a favor de la corporación agromediática). La perversión de las derechas se disfraza de institucionalismo republicano y en abanderada de la democracia amenazada...»
Las cosas nos son como las venden por televisión, sino un poco más complejas. La construcción de una democracia inclusiva, en tránsito hacia la justicia social, a pesar de todo lo hecho desde 2003, es un camino difícil, pero no imposible.
1 comentario:
Muy bueno Mancuso, muy claro. Nos corren siempre con la ideología y los lugares comunes, total, ellos tienen la palabra y odian que se las dispute. La "verdad", ma fanculo. No existe más que la nuestra, piensan.
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