Como no pudieron derrotar a Cristina en las elecciones de octubre 2011, la corporación mediática opositora se juega todo el arsenal en la batalla simbólica.
Utilizando la táctica de guerra de guerrillas, los medios hostigan al enemigo K en su propio terreno con fuerzas irregulares (políticos, exfuncionarios, constitucionalistas, opinadores, escribas a sueldo, chupamedias), mediante ataques rápidos y sorpresivos; explosión de casos escandalosos que luego son desmentidos pero que lastiman y ensucian la credibilidad de los acusados, instalación de carne podrida, investigaciones truchas, y análisis catastróficos. Este método de guerra se utiliza con frecuencia en situaciones de guerra asimétrica que, gracias a su movilidad, a su fácil dispersión en pequeños grupos y a su habilidad para desaparecer entre la población civil (al día siguiente los diarios se utilizan para envolver huevos o hacer el asado), resultan muy difíciles de neutralizar.
En la vanguardia kamikaze, los francotiradores hablan del “relato kirchnerista”. Según esta estrategia multimediática, todo lo que sucede en Argentina no existe, todo es ficción inventada por el gobierno nacional para convencer a millones de estúpidos, vagos e ignorantes que el país marcha viento en popa.
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¿Pero qué es EL RELATO? Escuchemos a gente que sabe...
Alejandro Horowicz sostiene que «el relato forma parte de la lucha por la representación hegemónica que existe en todos los períodos históricos. Un debate no es otra cosa que un contrapunto de relatos».
El filósofo Ricardo Forster opina que «el relato puede darle espesura y sentido a una etapa histórica y habilitar los complejos y muchas veces enigmáticos mecanismos capaces de promover la empatía entre un proyecto político y amplios sectores populares pero lo que no puede hacer es inventar aquello que no existe ni darle entidad verídica a lo que sale del sombrero del mago».
Para Horacio González, «el nivel peyorativo en que está colocado ahora el debate argentino es asombroso. Es así que la palabra relato, usada por todos, y con la que no se puede acusar al gobierno que encubrió realidades o hizo pasar gato por liebre, pasó a ser sinónimo de engaño, mistificación o teatralidad en falsete. No hay perforaciones del relato porque en verdad esta palabra ya no tiene circulación ni sentido, triturada por las fábricas peyorativas de los laboratorios políticos argentinos».
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Ahora, escuchemos a gente que no sabe nada, por ejemplo, a Nelson Castro, un especialista en enfermedades presidenciales, repetidor monopólico de zonzeras en terapia intensiva...
Fue un verdadero Aló presidente. Esa es la definición que mejor describe lo sucedido durante la inauguración del período de sesiones ordinarias del Congreso. La extensión del discurso de la Presidenta, sus reiterados comentarios al margen a modo de viñetas y los cantos “tribuneros” de los miembros de La Cámpora que coparon los palcos del recinto se conjugaron para configurar una puesta en escena que por momentos alcanzó niveles de realismo mágico. Durante su interminable alocución, Cristina Fernández de Kirchner hizo conocer su relato de la realidad. Es un relato donde se mezclan datos verdaderos con otros que no los son y que confluyen con el propósito de construir una visión del presente que termina dando por resultado algo parecido a Cristinalandia.
El “relato” del kirchnerismo es bien simple: todo lo bueno les pertenece y todo lo malo es culpa de otros. Pero no todo acaba allí. Las cosas buenas que hace el Gobierno tienen un aire épico, ya que se logra concretarlas a pesar de los palos que pone la oposición –que no existe y que da muestras de seguir vagando por Galimínides– o de las mentiras de Clarín, las perversiones de La Nación o las maldades de PERFIL...
El “relato” del kirchnerismo es bien simple: todo lo bueno les pertenece y todo lo malo es culpa de otros. Pero no todo acaba allí. Las cosas buenas que hace el Gobierno tienen un aire épico, ya que se logra concretarlas a pesar de los palos que pone la oposición –que no existe y que da muestras de seguir vagando por Galimínides– o de las mentiras de Clarín, las perversiones de La Nación o las maldades de PERFIL...
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Así seguirán, durante mucho tiempo más, golpeando y golpeando, con sus renovadas profesías autocumplidas rebotando en los muros de la realidad que estamos construyendo, con aciertos y errores, entre todos...
2 comentarios:
Hoy postee sobre el mismo tema desde otro ángulo, pero sobre lo mismo, hace tiempo que tenía ganas de hacerlo porque esta insistencia de los medios de la oposición en lo que llaman "el relato kirchnerista" ya merecía algún comentario y un análisis.
Muy bueno Daniel...
Estos "pájaro carpintero" terminan haciendo huequitos por sonde se filtra la duda... Sus "especialistas" son creíbles para gran cantidad de personas... Es ahí cuando uno sale una vez, dos, tres. Si uno tiene que seguir saliendo es porque prende!!!!
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