WELTANSCHAUUNG OPOSITOR

No quiero que gasten el dinero de mis impuestos en eso...

Mirá lo que hacen con la plata de todos...

Por qué no ponen esa guita en comida que hay tanta gente pobre por ahí...


Nunca dijeron nada hasta que les metieron la mano en sus propios bolsillos. Fue Domingo Felipe Cavallo quien les había prometido 60 años de Convertibilidad, "1 a 1" y "deme 2"; pero el Corralito les tiro los sueños a la mierda. Jamás se habíanquejado del Megacanje, o el Plan Brady, o emprestitos multimillonarios, mientras pudieran viajar a Miami, cambiar el auto o comprarse pavadas en los shoppings. Subían los números de la deuda externa argentina, subían los humos de los amigos del primer mundo, y bajaban las condiciones de vida de millones de compatriotas, bajo el lema tácito: "sodomizame que me gusta" que rezaba una sociedad dormida en las ilusiones del neoliberalismo.


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Hoy, tilingos y gorilas, contreras y opositores, idiotas y papagayos, demuestran que el consenso nacional es posible. En unas cuantas palabras ─una docena tal vez─ concentran su cosmovisión de la Argentina, que en cada acto, cada conversación, se desparrama entre las fuerzas vivas de la comunidad. Aprenden las nociones comunes que se aplican a todos los campos de la vida (la política, la economía, la religión, la ciencia, la moral, la filosofía), mirando la televisión.

El Weltanschauung reaccionario es un territorio simbólico que abreva en las aguas de las ideologías dominantes, en los medios masivos de desinformación masiva y en los corazones colonizados. Es un cultivo perenne que se nutre de cuanta paparruchada ande por ahí; obstinado y resistente, no le hace asco a nada.


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Todo Weltanschauung reaccionario que se precie de serio tiene sus adjetivos para calificar a sus enemigos más odiados. Sus adeptos tomaron la letra K para condensar todos los males de este mundo (quizás como reminiscencia infantil, cuando estudiábamos las unidades de longitud o de peso en la escuela, y le poníamos la K a las más grandes). Pero quienes reconocen los logros de este proyecto nacional iniciado en 2003, se enorgullecen del presunto insulto y lo exhiben con orgullo militante.

Así las cosas, tendremos: literatura K, televisión K, periodistas K, futbol K, actores y actrices K, historia K, relatos K, imaginario K... todo lo que no se encuadre en el mainstream, la corriente principal de los pensamientos, gustos o preferencias aceptados ¿mayoritariamente? por los adjetivadores de gesto adusto.

¿Por qué le dan casas a los pobres, computadoras, asignaciones y subsidios, y a mí que me rompo el alma trabajando no me dan nada...

A una pregunta le contestamos con otra...

¿Será posible que algún día se pierda en el camino de la historia la insensibilidad social, la mirada fría e individualista, los sentimientos insolidarios que tanto daño nos hicieron?


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La famosa conductora Susana Giménez, una vez le preguntó a Antonio Gasalla en su programa:

¿Por qué tengo que pagar la jubilación si yo no me voy a jubilar? ¿Adónde van mis impuestos, tanta plata que pago y no sé que se hace con ella?

Su interlocutor no le explicó que ella y él viven en una sociedad, donde hay calles, plazas, diques, aeropuertos, hoteles, agua que sale de la canilla, electricidad que fluye por los cables, teléfonos que suenan, alimentos que van y vienen, turistas que viajan, televisores que se encienden, obreros que los fabricaron, camioneros que los transportaron... en suma, que los que tienen más colaboran con los que tienen menos, que pagan impuestos proporcionalmente, y que el Estado es el encargado de velar por la felicidad de todos.

Pero si quiere, puede comprarse una isla e irse a vivir solita y segura, allá ella...

Daniel Mancuso