MUERTES Y LUCHA DE CLASES

«Si se muere un pobre, salvo su familia ¿quién lo recuerda?»

«Los pobres mueren de a montones (porque son muchos) y uno no puede acordarse de ellos»

Entonces, ¿Hay muertes importantes y muertes insignificantes? ¿Causa mayor preocupación el asesinato de una chica de San Isidro que la de un pibito de La Matanza?

Evidentemente, hay diferencias. Los medios masivos de información no le dan igual tratamiento a las muertes pobres que a las muertes de "gente como uno".

No es igual el tratamiento que hacen los medios del crimen de una chica de clase media posiblemente efectuado por su compañera de cuarto; o el asesinato en la bañera del country con 5 balazos en la cabeza; o la mujer en el country cordobés con su marido de viaje...

Los crímenes y muertes de cierto nivel tienen nombre y apellido, tienen nombre de pila, tienen un seguimiento diario, infografías, fotos, videos, declaraciones, reportajes, idas y venidas, acusaciones cruzadas, clamores de inocencia y hasta programas exclusivos, investiaciones del FBI y de Scotland Yard... todo lo que sea cuando vale la pena (y el rating) si el público intenta saber de qué se trata.


La Nación y Clarín por ejemplo:

Un adolescente que había entrado por la noche en un aserradero en el partido bonaerense de Pilar, aparentemente para robar leña, murió esta madrugada tras recibir un tiro en la cabeza por parte del dueño del establecimiento.

Ocurrió ayer, en el aserradero ubicado en Las Magnolias y Los Jazmines de ese partido bonaerense tras cortar el alambrado.

El comisario Jorge Aguilar, jefe de la Dirección Departamental de Investigaciones de Pilar, indicó que el presunto autor del crimen tiene 65 años y fue detenido. El oficial de la Policía Bonaerense informó además que en el lugar fueron secuestradas cinco armas cortas, y que se investiga si alguna de ellas fue utilizada en el disparo que mató al chico de 16 años...



¡Qué raro! El muerto no tiene nombre, el asesino tampoco. Lo primero no debe ser porque el occiso sea menor de edad, ya que una vez muerto, uno no es ni joven ni viejo, es eterno, asi que por ahí no es la cosa. Lo segundo, seguramente, es para proteger la integridad del matador no profesional. El tipo quería resguardar su leña para el crudo invierno que arrecia su comarca, y tuvo, muy a su pesar, que gastar una bala para detener el atraco.

Daniel Mancuso