martes, 28 de junio de 2011

FILOSOFIA BARATA Y PERFIL FATALISTA





Todo concluye al fin,
nada puede escapar...
todo tiene un final,
todo termina...




Mientras escucha el long play de Vox Dei, Tomás Abraham escribe su nota "El fin de la política", para la cloaca mediática Perfil, del empresario colaborador de la dictadura cívico-militar, Jorge Fontevecchia.

Aplicando todos sus conocimientos filosóficos y las horas de lecturas y análisis de Michel Foucault u otros maestros, nuestro intelectual de pelo ensortijado nos regala los prolegómenos de la Tragedia Argenta, una tesis que viene pergeñando junto a otros intelectuales amigos, como la veterana Beatriz Sarlo o el novel Marcos Novaro...


    ... El relato oficial habla del retorno de la política. Sin embargo, lo que volvió no es la política, sino el dinero al Estado. Lamentablemente, las fases históricas tienen fecha de vencimiento. No hay Bien que dure cien años. Por más que algunos hablen de “conflictos” y “hegemonías”, y otras palabras de una sociología escolar, en realidad, la política así entendida termina cuando aparece nuevamente la fatalidad. Y de hecho, se pueden percibir nuevamente sus alas negras. Nuestro país sigue siendo favorecido o condenado por la especulación internacional. Ayer eran bonos; hoy, granos. Un cambio de política, una nueva orientación de los grandes apostadores globales pueden provocar la caída de los precios de las materias primas o nuevas motivaciones para los capitales. Sería el derrumbe del Modelo. Quedará una tierra arrasada por la siembra intensiva de la soja, el desmonte y la tala de bosques, una ganadería en ruina y el “nunca menos”, convertido en una realidad esta vez sin candombe.

    Mientras tanto, los indicadores positivos de los primeros años del Gobierno tienden a ser neutros, con perspectivas de ser negativos. Los próximos años plantearán los mismos dilemas para cualquier gobierno que gane las elecciones. En los tres ámbitos estratégicos decisivos: la economía, la seguridad y el Estado, las políticas posibles tienen un mínimo margen de maniobra. Bajar la inflación, destinar menos fondos a los subsidios, controlar el gasto, diseñar una política más eficaz contra el narcotráfico, ubicar a cientos de miles de adolescentes en el circuito laboral y educativo son capítulos insoslayables de los programas de todos los partidos de la oposición, y también del oficialismo. Por eso se parecen, y sólo el encanto de sus dirigentes puede alterar las cifras electorales.

    Nada de lo que se necesita se logrará sin ajustes. La consecuencia de esta verdad amarga es que los políticos deben mentir. ¿Quién lo pagará? Pagar, pagan todos, pero donde más duele es en el que no tiene o tiene poco. Muchos rezan para que la soja se venda cada día más cara y que los apostadores a futuro sigan soñando con el Imperio Celeste. Los cambios en la economía que todos consideran imprescindibles sólo pueden ser graduales, consensuados, o imposibles. Pero ningún sujeto a merced de la codicia de conseguir votantes se anticipa a las catástrofes. Nuestro país no tiene política porque combina dos atributos demoledores: voracidad y megalomanía. Por eso la política ni se fue ni volvió. Está a merced de los vientos de la especulación financiera. Los presidentes exitosos son los que aprovechan los favores externos. Se legitiman con la memoria hábilmente construida y con el recuerdo fresco de la inmediata crisis anterior. Hasta que sobreviene una nueva.


2
Nosotros creemos todo lo contrario de lo que pregona Tomás Abraham.

Estamos viviendo El RETORNO de lo POLÍTICO con miles de nuevas voces, nuevas cabezas, nuevos corazones. Los jóvenes toman las riendas de la vida pública sin prejuicios y meten las patas en el barro porque quieren cambiar la injusticia por inclusión y más democracia.

Los DEBATES y COMBATES pugnan por sacar a flote lo mejor de nosotros y quitar la mierda vieja fuera de circulación.

Para los que tenemos varias décadas de vida, sabemos de qué se trata. Durante años, las mismas caras prometiendo soluciones, poniendo en práctica las recetas sugeridas por los organismos internacionales de crédito, las mismas víctimas: nosotros. Desde 2003, de la mano de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, un cambio de paradigma comenzó a tomar forma. Dejamos de lado los cantos de sirenas neoliberales y comenzamos a transitar un camino propio, donde nosotros decidimos para dónde vamos.


3
El compatriota psicoanalista Jorge Alemán le pasa el trapito a las ideas berretas de nuestro filósofo mediático, que se pone los ruleros mientra lee el Clarín, los domingos...





4
Quizás, si Tomás Abraham dejara de perder el tiempo yendo al programa de TN baum y Sloto, en TN; si dejara de copiarse de Carrió y escribir sandeces para Perfil; si leyera o escuchara a intelectuales de la talla de Ernesto Laclau, Gianni Vattimo, Jorge Alemán, entre otros... podría entender de qué hablamos cuando hablamos de lo político, del retorno de la política, de la militancia y esas cosas...



Daniel Mancuso

8 comentarios:

Sujeto dijo...

Hola Compañero Daniel

En mi nuevo experimento de ponerme a estudiar filosofía cuando debería estar más cerca del PAMI, estoy haciendo el CBC, la materia "Filosofía". Y tuve la suerte de caer (por azar) en la otra cátedra, y tener de profesor al titular de la cátedra: un SEÑOR que se llama Alberto Merlo, tipo de un saber profundo y generoso.
Si me hubiera tocado el personaje que mencionás,titular de la otra cátedra, mal escribidor de folletines de márketing clasemediero, lo más probable es que nunca terminara el CBC.
Abrazo Grande

DESOCUPADO MENTAL dijo...

Es la típica pelotudez de confundir PODER con Estado. Qué se ió... está medio lanatizado.

daniel mancuso dijo...

Bien Sujeto, marche un filosófo inteligente, carajo...

Desocupado Mental, creo que Abraham y Lanata están algo más que confundidos...

Biblioteca Peronista dijo...

Yo no tuve la cátedra Merlo, sino la de este señor a manos del profesor Dante Palma que es K, si una mezcla bárbara.
"Nada de lo que se necesita se logrará sin ajustes." este tipo no puede ser tomado en serio, es cháchara, como Rozitchner hijo que es mucho peor, vergüenza ajena.
Abrazo

Larabi dijo...

Muy bueno Mancu. Saludos

daniel mancuso dijo...

Biblioteca, Larabi, los abrazo en las nubes de Ubeda...

Anónimo dijo...

Yo cursé filosofía del CBC en la cátedra de Abraham y con Ernesto D'amico. Buen profesor, el material bueno, Abraham no aportó nunca. Cada vez que escucho las cosas que dice se me ponen los pelos de punta. Será la edad que tiene? Me pasa lo mismo con la Sarlo: Será que de viejo uno se pone más idiota? Es una cuestión que me preocupa bastante, porque no soy un pibe y no rejuvenezco con cada año que pasa.

daniel mancuso dijo...

No te preocupes por la edad, lo único que hace es desenmascararnos...

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