Perón y el Che miraban con mucha atención la escena. Sin embargo, el anuncio de la Presidenta de que va a presentarse a la reelección tapó la muy buena noticia previa.
Todos se quedaron con la foto de los opositores desmayados, y los CEOs masticando bronca.
La Ley de Medios sigue democratizando los contenidos, las voces, las ideas de la sociedad que durante muchos años estuvo cautiva del pensamiento único corporativo.
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Recordemos que ayer, en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de Casa de Gobierno, Cristina inauguró sendas estaciones de TV digital en Jujuy y Entre Ríos a través de una videoconferencia, y dijo que...
En el día de hoy, estamos poniendo en marcha el verdadero espíritu de la Ley de Servicios y Medios Audiovisuales.
¿Y por qué digo esto? Porque, entre la multiplicidad de medidas, estamos agregando el eje central que buscó esa ley que fue la pluralidad, la democracia, la apertura, que hubiera más voces.
La televisión argentina tuvo en su primera transmisión el discurso de Eva Perón, 17 de octubre de 1951. Ahí Evita pronunció aquella famosa frase “aunque deje jirones de mi vida en el camino...” y también allí confirmó lo que le había dicho al país un 31 de agosto cuando ratificó que no iba a acompañar al general Perón en la fórmula para las elecciones del año ’52.
Mucho tiempo transcurrió, la televisión creció, llegó la noche de la dictadura y con la incipiente democracia, el decreto que firmaba el gobierno democrático del doctor Alfonsín suspendiendo la licitación de canales abiertos por una razón muy sencilla: porque había muchas críticas contra esa ley de la dictadura y contra las condiciones que exigía para ser concesionario y, además, la necesidad de reformar esa ley para poder, precisamente, modificar todo lo que estaba mal.
Estos son los considerandos del decreto que firmó Alfonsín y que también lo acompañó el doctor Trócoli y el doctor Carranza.
Veinticinco años tardó la democracia para derogar esa ley de la dictadura y, finalmente, en el año 2009, pudimos sancionar este instrumento que hoy nos permite dar un paso fundamental como es el de llamar a concurso público para 220 señales de televisión abierta en todo el territorio de la República Argentina.
Pero además, con el espíritu que marcó la Ley de Medios también, porque el 50 por ciento de esas señales van a ser para el sector comercial, para el sector privado, con fines de lucro obviamente, y el otro 50 por ciento va a ser sin fines de lucro en las que, obviamente, están comprendidas todas nuestras provincias argentinas, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y todas las universidades nacionales públicas de nuestro país que, a partir de ahora, ya se les asigna directamente una señal de televisión abierta.
Fíjense ustedes, les doy algunos números: solamente 2 universidades contaban hasta ahora con televisión abierta, Tucumán y Córdoba. Ninguna de las otras universidades tenía televisión abierta y hoy, a último momento, solucionamos el problema de 13 universidades más, las del Conurbano, por una cuestión de espectro compartido con órganos de seguridad, también nuestras universidades del Conurbano bonaerense, cada una va a tener su televisión abierta digital. Tecnología de punta para todos los argentinos...
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El presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Gabriel Mariotto, consideró que "el llamado a concurso para 220 nuevas señales de televisión es un hecho revolucionario que garantiza la pluralidad y la diversidad".
Durante la conferencia "Ley de Medios de la democracia: la batalla cultural", que fue organizada por la Cámara de Diputados bonaerense y la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, dijo que "el anuncio de ayer es muy importante... estamos en el umbral de un cambio cultural".
Mariotto relató que "en 1951, surgió Canal 7, y, en 1958, una ley de la dictadura generó la condición para que surjan los medios privados"... "Hasta este momento, hay solamente 29 emisoras privadas, 10 de gobiernos provinciales, dos de obispados y dos universitarias. Ese es todo el desarrollo de la televisión argentina, en un esquema que atrasa 50 años".
- "El hecho de que emitieran unos pocos era funcional al sistema, por ello es que Cristina Fernández anunció el llamado a concurso para señales de televisión, 110 asignadas al sector privado y otras 110 a las asociaciones sin fines de lucro, es un hecho revolucionario".
- "La digitalización, el sistema que va a instalarse en el mundo y que llegó a la Argentina a partir de la decisión de la Presidenta, nos pone a la vanguardia de la democratización, de la pluralidad y la diversidad"... "si no hubiese llegado este sistema técnico, habría más concentración y el ciudadano tendría que pagar el codificado para tener alta definición".
- "Con el Estado a la vanguardia, la Presidenta impulsa que receptemos en nuestros televisores señales para organizaciones sociales, sindicales, clubes, cooperativas, para Gimnasia o Estudiantes, para las Madres de Plaza de Mayo o para la Sociedad Rural".
Mariotto expresó que "es mejor que haya múltiples emisores y que todos sepan quién emite, y no que nadie sepa quién es el dueño del medio... El anuncio de Cristina de ir por la reelección nos llenó de emoción... la Presidenta será reelecta. Su triunfo dará el potencial que tiene la aplicación de aquellos artículos de la Ley de Medios que están trabados. Los candidatos de las colectoras de Magnetto prometen que derogarían la Ley de Medios, pero el pueblo, que está contento con Cristina y le dará el triunfo electoral, no lo permitirá".
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Dicen que el árbol no debe tapar el bosque.
Del mismo modo, la televisión monopolizada no debe tapar las voces que surgen: los nuevos contenidos que miles de argentinos, artistas y pensadores crean día a día, sin tener oportunidad de socializar su producción porque las leyes del mercado, el rating, las pautas comerciales, los intereses empresariales, el capital concentrado, la censura encubierta, el desprecio por la calidad... se encargan de obstruír el nacimiento y procreación de productos culturales de excelencia, que fundamentalmente, ponen nuestra identidad sobre la mesa para que todos alimenten sus corazones.
Por eso, la Ley de Medios de la democracia es mucho más que la pelea contra las arbitrariedades del Grupo Clarín y sus acólitos. Es una verdadera batalla cultural que lleva 200 años, y que recién ahora, a fuerza de coraje y decisión política podemos sentir la brisa de la victoria en cada una de las escaramuzas cotidianas.
Daniel Mancuso
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