LA LEY Y EL ORDEN (U.V.E.)

Tal vez, esas mujeres estén destinadas a caminar y caminar y caminar, hasta desfallecer, y cada paso sea una batalla dolorosa contra todas las adversidades.

Los grandes ejemplos de la historia no reniegan de los sacrificios sobrehumanos. Estas viejas son ejemplo de paciencia infinita. A poco de investigar, uno advierte que sólo el amor en grandes proporciones es capaz de generar un milagro semejante.

Uno de esos días, el paraguas se dio vuelta por el viento arremolinado y las dejó a la intemperie, de cara a la llovizna fría, y la Casa Rosada devenida en el castillo perverso donde moraba el mal de uniforme. Cada tanto, los caballos policiales las corrieron entre gritos y gases tóxicos. El beso del judas rubio las crucificó en aviones de la muerte. No todas descansan en paz; algunas se ahogan en las aguas de la impunidad, y claman memoria verdad y justicia desde el más allá.

Hubo palabras y loas estimulantes que no se correspondieron siempre con los resultados buscados; hubo más frustraciones que victorias. Los pasos cansados resonaron en las baldozas de los tribunales kafkianos una y otra vez, y se perdían en el eco de los tiempos.

Hubo alegrías y 103 festejos, pero aún quedan cientos de esperanzas por venir. Por eso siguen caminando, sin parar, atribulando expedientes dormidos, desenpolvando patrañas judiciales, y hasta dándole letra a los guionistas de las series yanquis que escriben para sus abogados de ficción, donde investigan crímenes indescifrables y llegan a la verdad en cada capítulo. Otra vez, la realidad supera a la ficción, porque aquí, en Argentina, las Abuelas han demostrado mejor que Law & Order, las verdades irrefutables, los crímenes de lesa humanidad que siguen vivitos y coleando, y las mentiras encajonadas en los juzgados.

¿Qué sucede entonces? Simplemente, sucede que el crimen paga bien, muy bien, y la verdad debe esperar, por ahora.

Mañana, a las 18, en las escalinatas del Palacio de Tribunales (Talcahuano entre Lavalle y Tucumán) seguiremos caminando, detrás de las huellas de la sangre, recordando a Felipe y Marcela y los 10 años de Injusticias, del ocultamiento del robo de 2 bebes durante la dictadura, y la posterior saga de complicidades abyectas.

Quizás, pisando fuerte, se levanten las baldosas en las cuevas de las cucarachas impunes y podamos filmar un nuevo capítulo nacional de La Ley y el Orden U.V.E. ("Unidad de Víctimas de Ernestina)" con final feliz...

Daniel Mancuso