¿Qué piensan algunos sectores retrógrados de la sociedad luego de 35 años?
¿Cómo ven aquella irrupción de la dictadura en la vida social de nuestro país?
¿Han hecho un mea culpa por su pasividad y condescendencia para con los militares quienes se enriquecieron a costa de la sangre y el hambre de millones?
¿Han reconocido su participación activa en las tareas de represión los colaboracionistas y buchones como Ford, Ingenio Ledesma, la familia Blaquier y tantos otros empresarios?
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Los comunicadores que justificaban la tragedia y ocultaban los crímenes aberrantes son los que ahora desobedecen las leyes de la democracia y se disfrazan de víctimas del "autoritarismo".
Cinismo en estado puro para analizar el pasado y para enfrentar el presente.
Niegan los 30.000, "son mucho menos", dicen. Distorsionan la historia. No van al fondo de la compleja problemática de 1976, y sólo se detienen en las anécdotas de época, tantas veces reiteradas. Hablan de Isabel Perón y López Rega. Pasan por alto los miles de millones de dólares de deuda privada que le transfirieron al Estado nacional, la apropiación de empresas y patrimonios, la destrucción de la industria nativa y del movimiento obrero, la consolidación de un modelo de país dependiente del capital trasnacional a sangre y muerte.
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La desmesura como lección, ayer y hoy, de Carlos Pagni, en el diario La Nación, es una visión gastada de la historia, con la repetición de lugares comunes, frases hechas, y la instalación de falacias inventadas por el establishment para lavar sus culpas, con la Teoría de los 2 Demonios mediante.
Carlos Pagni no inventa nada nuevo, no analiza, sólo repite la visión alfonsinista de la historia negra argentina, que es como decir un grupo de loquitos y unos militares irresponsables se pelearon entre ellos involucrando a toda una sociedad inocente en un conflicto ajeno a su voluntad.
¿Y los empresarios, el capital finaciero, Martinez de Hoz, la embajada de Estados Unidos, Henry Kissinger, etc... etc...? Eso no cuenta para la intelligentzia cipaya.
Durante todo el desarrollo de su propaganda, Carlos Pagni no explica la verdadera trama de violencia política que impusieron los militares (y los civiles cómplices) a través del Terrorismo de Estado. Tampoco analiza el plan continental diseñado desde Estados Unidos que llevó a tener más de 20 dictaduras en los paises sudamericanos para garantizar que las corporaciones empresariales consolidaran el neoliberalismo en América latina.
Y finaliza su pobre prosa, instalando temores empresariales (Carlos Pagni trabaja en La Nación acusada junto a Clarín de complicidad con la dictadura y apropiación de la empresa Papel Prensa)
acerca del rol de la justicia de la democracia...
- ... Pero la dictadura que, bajo el nombre de Proceso de Reorganización Nacional, se inició el 24 de marzo de 1976 es uno de esos acontecimientos en los cuales, como enseña Hannah Arendt, los métodos desbordan a los objetivos. La restauración de la democracia de 1983 iba a ser el resultado de su fracaso, no de su éxito. Con su calamitoso derrumbe, terminó ajustando a las Fuerzas Armadas a su rol constitucional.
El golpe podría ser recordado, hoy, como el Apocalipsis que, sangriento y definitivo, clausuró un largo ciclo autoritario. Pero esta evocación pecaría por su exceso de optimismo.
El brutal atropello a derechos elementales y la exposición abierta de la violencia física impiden observar algunas continuidades entre aquella experiencia militar y este presente democrático. La Argentina eliminó de su batería de "soluciones" la opción castrense. Pero una parte de ella sigue confiando, como en 1976, en que la política puede ser redimida de sus lacras por un agente ajeno a ella. No desde los cuarteles, pero sí desde las empresas, los deportes o la farándula. Hoy los partidos no están condenados a proscripción alguna. Pero esa habilitación no implica su existencia.
Este país, como aquel otro, carece de una organización estable para tramitar las disputas de poder. La acción directa y el bloqueo corporativo se han vuelto incruentos, pero están disponibles 35 años después. A nadie se le ocurriría en la Argentina de hoy emitir un dictamen como aquel Comunicado Nº 19 que establecía la censura. Pero los gobiernos siguen condenando a la sociedad a la presión sobre la prensa y a la manipulación informativa. El respeto a los derechos humanos ha tenido una gran evolución, pero por momentos quedan convertidos en una bandera sectaria, en un procedimiento capcioso al cual someter al adversario.
La sociedad argentina tiene derecho a recordar el 24 de marzo como un indicador de la magnitud de sus conquistas, de la distancia civilizatoria entre aquel entonces y este ahora. Pero ese espejo puede ponerse al servicio de un objetivo más edificante. Se lo puede interrogar como a aquella sombra terrible de Facundo a la que interpeló Sarmiento. Puede, en su desmesura, ayudar a vigilar y revertir los componentes autoritarios que todavía se esconden en el seno de la democracia.
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No olvidemos que Carlos Pagni y sus amigos cambian asiduamente el significado de las palabras.
Hablan de libertad de expresión cuando se refieren a la libertad de empresa, por eso no acatan la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (ley 26.522).
Invisibilizan los logros de la democracia; multiplican magnifican o inventan inescrupulosamente los problemas; se presentan ante la tilinguería como perseguidos políticos y representantes del PERIODISMO INDEPENDIENTE, cuando en realidad son escribas subordinados al poder hegemónico comunicacional de grupos empresarios antidemocráticos.
La memoria popular no es nostalgia de lo que fue, ni sentimiento de revancha, es construcción de futuro con adoquines de verdad y justicia, un camino irrenunciable hacia adelante.
El pueblo movilizado, la gente en las calles, los pibes y pibas estudiando y militando, los trabajadores sindicalmente organizados, el Estado nacional proactivo, el gobierno ensanchando el sendero de conquistas sociales, son el reaseguro de una profundización democrática que connota la derrota definitiva de aquella dictadura cívico militar y sus fantasmas de hoy en día...
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El editorial de La Nación titulado "Vamos por todo" Una consigna kirchnerista descubre otra peligrosa metodología basada en persecuciones ideológicas no lleva firma, todo el diario se hace cargo del mismo, acompaña a Bartolomé Mitre en esta verborragia desesperada...
- Al cumplirse hoy un nuevo aniversario del golpe militar de 1976, es menester recordar y condenar aquel sombrío proceso autoritario, además de hacer votos para que renovemos nuestro compromiso con las instituciones republicanas y con la reconciliación de todos los argentinos.
Del mismo modo, es imprescindible recordar que cuando la memoria y las lecciones de nuestro trágico pasado no son asumidas con una visión integral, sólo se logra retroalimentar viejos odios y rencores. Si aquella memoria es empleada como una mera manera de obtener venganza y prolongar los conflictos, la necesaria reconciliación estará cada vez más lejos
Desde hace algunos meses comenzó a exteriorizarse una nueva y peligrosa iniciativa impulsada por ciertos sectores del oficialismo: la de ampliar caprichosamente el concepto de delitos aberrantes a situaciones absolutamente ajenas a las previstas en los tratados internacionales, para así crear una nueva categoría de delitos de lesa humanidad "económica". Para ello, han promovido varias causas judiciales y hasta se constituyó una Comisión Especial a la que nos referimos en nuestro editorial del 8 de enero pasado, con el fin de investigar una supuesta apropiación de empresas mediante la utilización de la represión militar...
La nota es una obra maestra del terror. Se miraron al espejo y empezaron a escribir. Saben que son culpables y se adelantan a lo que vendrá. Como no aceptan el peso de la justicia, aducen razones perversas en contra de sus Nobles emprendimientos empresariales. La complicidad civil con los crímenes dictatoriales ha empezado a quedar al descubierto y no hay nada que pueda detener la verdad en ciernes. Los delitos económicos son la punta del ovillo de una enmarañada madeja de negocios sucios. Tienen razón, se les viene la noche.
Pero no se equivocan, el título de esta falaz proclama de inocencia es certero, porque es cierto que...
VAMOS POR TODO
(pero lo dijimos hace un año, el que avisa no traiciona)
2 comentarios:
Excelente post! la teoría de los dos demonios, una podría decir: es la ideología estúpido! , es evidente que no pueden sustentar su postura con otra cosa, además esa ideología que intentan disfrazar y no pueden tiene que ver con barreras mentales, una especie de anteojeras. No les conviene llegar a la médula porque su teoría inmediatamente haría agua. Habla de los DDHH como bandera sectaria? Este tipo, Pagni, tiene una virtud : que cuando leés te hace poner verde!
Daniel , con tu permiso transcribo esto: "La sociedad argentina como colectivo social no ha asumido su responsabilidad ante la historia. La división entre los que buscan refugio en el olvido amparándose en leyes antihumanas y los que exigen ejercer el continuismo, la no toma de conciencia y "las manos sucias" versus el discurso de la memoria, el juicio y castigo, el ejercicio de un humanismo esencial"
Te mando un fuerte abrazo en este, un día muy especial. Angeles
¡¡¡un fuerte abrazo M. Angeles!!!
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