Abel Posse, ¿Te acordás? Parece que hubiera pasado mucho tiempo, años, desde que fue el ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Pero fue acá nomás, hace poco. Lo que pasa es que Macri hizo y hace tantos despelotes en la CABA que uno no sabe cuántos quilombos se sucedieron durante su nefasta administración.
Abel Posse came back. Empezó el año con una nota en Perfil. Nada cambió. Sus alusiones sarmientinas de la Argentina para pocos, y su búsqueda del paraíso perdido en la Argentina agroexportadora del primer Centenario, lo muestran tan reaccionario como de costumbre. Un hombre de la Intelligentzia que reune lo peor de cada casa: el fascismo de Eduardo Duhalde, el neoliberalismo de Mauricio Macri, la tribuna de doctrina en La Nación, las manipulaciones de = Clarín, las operaciones de Perfil, su adscripción a la Prensa reaccionaria, su defensa de los negocios Agrogarcas... todos son parte de su "civilización", de su universo corporativo que se enfrenta a la barbarie populista...
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Ya no es un problema de ineptitud ni de lógicas erradas. Estamos más allá, en el absurdo.
Primero se dejaron de respetar las instituciones: la Iglesia, las Fuerzas Armadas, las fuerzas policiales y judiciales, garantes del orden público.
Enseguida sobrevino la suicida demolición de la fuerza productora más eficaz en esta crisis mundial, que es la del campo, con toda la vasta red de intereses colaterales, esa trama de vitalidad y existencia que va mucho más allá del esquema exclusivamente económico.
Y ahora está en jaque el poder industrial, con la invasión de empresas a partir de los fondos tomados a las AFJP...
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En diciembre de 2009, fue nombrado ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires por Mauricio Macri, en reemplazo del saliente Mariano Narodowski.
Ocupó el cargo sólo 11 días. La movilización popular frente al escándalo de sus escritos, conceptos, declaraciones e ideas sobre la vida y la política, la Cultura y la Educación, logró que el clamor popular se aunara en un solo grito...
ABEL POSSE y a la MIERDA la EDUCACIÓN
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Gracias a Dios y a la virgen, y la lucha de los docentes, y la movilización popular, Papa Noel nos regaló su renuncia y pasamos la Navidad 2009 sin Abel Posse como ministro de Educación porteño...
"Lo que pasó conmigo fue una especie de explosión, un problema nacional, no fue algo normal. Pensé que tendría la solidaridad de los partidos políticos, aunque sea de los vencedores del 28 de junio, pero me equivoqué"...
"Mauricio (Macri, jefe de Gobierno porteño, representante dilecto de la derecha reaccionaria y gorila) no me pidió la renuncia de ninguna manera, decidí irme yo ante el inédito escándalo nacional que se produjo con mi llegada al cargo. Lamentablemente esta es la realidad que vivimos, con la prepotencia disfrazada de democracia"...
"Me fui a los 10 días de asumir, porque no quiero irme muerto a los 40. No voy a esperar que Tito Nenna (Francisco Tito Nenna, legislador porteño y dirigente gremial docente) me pegue en la puerta de un colegio, no tengo porqué ser un héroe solitario"...
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¿Pero quién es este tipo? Abel Posse fue designado en el Consulado de Venecia por la dictadura de Agustín Alejandro Lanusse, y en 1976 consiguió ser confirmado en el cargo. Durante el menemismo fue designado embajador en Perú, en donde recibió un llamado de atención por su defensa del gobierno de Alberto Fujimori. Hasta el día de hoy, piensa que Fujimori “era muy popular”, pese a que fue condenado por delitos de lesa humanidad. Como embajador en España, cuestionó al juez Baltasar Garzón por los juicios que abrió contra los represores argentinos.
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Abel Posse came back. Empezó el año con una nota en Perfil. Nada cambió. Sus alusiones sarmientinas de la Argentina para pocos, y su búsqueda del paraíso perdido en la Argentina agroexportadora del primer Centenario, lo muestran tan reaccionario como de costumbre.
Para que te entretengas, tomá un poco de veneno marca Posse (te aviso que es más de lo mismo, si querés cortala acá y andate directo al video de abajo) leyendo su última invectiva:
«CONTRADICCION ARGENTINA
Nuestra recurrente barbarie»...
De repente, en una tarde de 40 grados, estalla de nuevo la barbarie. Alguien, 20 o treinta subsindicalistas cortan las vías que llevarán a miles de personas al alivio de sus casas suburbanas, al beso de los hijos, al cantero que alguien regará a la nochecita. Llamas, gritería. Arde Constitución otra vez, saquean negocios, violentan las boleterías. No alcanzan a quemar vagones.
Algún mobilero repite que en la Argentina no se “judicializa” la protesta, pero todos los días aparece alguien que violenta la Constitución y las leyes. Argentina creó una nueva visión del desorden y las penas. Los policías van a cartuchera vacía, no vaya a ser que hieran a alguien que hiere, quema o roba. El que quiere ver a sus hijos, regar el cantero y tomar una copa de vino no sabe cómo comunicar el retardo a los suyos: despedazaron los teléfonos públicos. Ojalá pueda llegar a medianoche… Si el otro no existe, todo está permitido. La protesta que no se puede judicializar va inexorablemente en contra del que quiere estudiar y encuentra el colegio tomado, del que pierde la cita con el dentista, de la madre angustiada que empieza a ver que no llega a tiempo para retirar a la hija en la puerta de la escuela.
La estupidez argentina creó un infierno horizontal. Lo que debería ser expresión legalmente amparada se transforma en agresión contra los otros. Ni el Gobierno ni los políticos se dan por aludidos. Todos callan. Se ha ido creando una contraconstitucionalidad fragante.
(...) ¿Cómo es en realidad nuestra Argentina? Hay una contradicción patológica entre nuestra voluntad de progreso y de ser el país que alcanzó la más alta calidad de vida de nuestra América, y este extraño pacto de autodestrucción en tiempos de extraordinarias perspectivas económicas para nuestras producciones y capacidades. Vivimos un tiempo tal que un susurro no dócil en una votación pasa a ser un liderazgo presidencial. Un velorio logrado origina un renacimiento inesperado…
Somos desparejos e inconsecuentes. Asombramos al mundo y nos asombramos. Creamos en décadas una clase media admirable, sostenida por el esquema educativo sarmientino. Y periódicamente cedemos a la barbarie como el chico que después de haber construido en la playa laboriosamente un castillo de arena, de repente se aleja, toma carrera y lo pisotea.
(...) Silencio de jueces, atonía de fiscales, policías inmovilizados, como si la defensa de la vida y la propiedad del inocente fuese una ocurrencia disparatada, una antesala del crimen. La ministra de Seguridad se contradice: denuncia la creación de grupos de choque, pero insiste en las cartucheras vacías. Y busca aprovechar, sin que nadie le crea, que las dos mayores figuras electorales, por ahora, Duhalde y Macri, los alientan. Tiene harta experiencia personal para reconocer los ejercicios de subversión callejera de muchos sectores nada democráticos...
Daniel Mancuso
1 comentario:
uyyy cuántos recuerdos!!! Un esperpento , un peligro, exactamente: UN HOMBRE DE LA INTELIGENTZIA 'la contraconstitucionalidad flagrante' , qué quiere inventar?
gracias, Muy bueno!!
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