Tenía 6 meses cuando mataron a sus padres. Eran 2 militantes montoneros que luchaban contra la dictadura. Fueron bombardeados desde las 10 de la noche del viernes hasta la madrugada del sábado (en la casa estaban ella, su papá, su mamá, y sus dos hermanitos). Murieron casi todos.
Ella se salvó y fue apropiada.
El 3 septiembre de 1976, el Comando Zona IV Campo de Mayo juntamente con refuerzos del Batallón 601 de Boulogne y Policía de la Provincia de Buenos Aires, atacó la casa de la familia Lanuscou, en la localidad de Acassuso. La historia oficial dijo:
- ... Finalizada la acción, se comprobó que en el interior del edificio existían 5 delincuentes muertos que aún no han sido identificados, gran cantidad de armas cortas y largas, y ganadas de mano, especialmente de origen extrangero, y material quirúrgico de todo tipo. Los efectivos militares intervinientes no sufrieron bajas.
Cientos de balas, una ametralladora antiaerea, un mortero, y la salvaje patota de el Campito (el chupadero de Campo de Mayo) derribaron la casa de la esquina de Asunción y Catamarca.
Dijeron que habían muerto 5 subversivos.
Luego se supo la verdad: Hubo más de 5 horas de intenso bombardeo. Allí, fueron asesinados: Roberto Francisco Lanuscou, su esposa Amelia Bárbara Miranda, y sus hijos Robertito de 6, y Barbarita de 4 años.
La hija menor del matrimonio, de 5 meses, Matildita, aún sigue siendo buscada.
Hace años que se viene discutiendo el tema.
La historia de la familia Lanuscou se conoció en 1984. En principio, se dijo que los 5 miembros de la familia habían muerto. Pero cuando en 1984 empezaron a exhumarse los cadáveres de las víctimas de la represión ilegal, se descubrió que en la tumba donde fueron enterrados los Lanuscou faltaba el cuerpo de la beba Matilde, de sólo 5 meses en el momento de su desaparición.
La historia es extremadamente compleja. Hace algunos años, Abuelas de Plaza de Mayo, la familia Lanuscou-Miranda y la familia García Gualdero reclamaron judicialmente conocer el origen de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, la dueña del diario Clarín. La querellante María Amelia Herrera de Miranda sospechaba que Marcela podría ser su nieta. Y otra querellante, Estela Gualdero, reclamaba a Felipe como posible miembro de la familia García-Gualdero.
Existen presunciones de que Marcela Noble sea Matilde Lanuscou.
«Si Matildita no es Marcela Noble, en algún lado está Matilde. Si no hay huesos hay apropiación...» (pag. 108 de EL CASO LANUSCOU)
Además, la búsqueda de Matilde Lanuscou junto al caso de Floreal Avellaneda, reactivaron la Megacausa Riveros ─que es Campo de Mayo, el peor pozo de la dictadura─ que estuvo paralizada durante 30 años...
Hoy, Tiempo Argentino publica la nota: Marcela Noble y la historia de Matilde...
- ...Sin embargo, aquel falso enfrentamiento formaba parte de una historia mucho más macabra. En enero de 1984, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) encontró las tumbas de los cinco miembros de la familia Lanuscou-Miranda, los supuestos extremistas que habían sido enterrados como NN en el cementerio de Boulogne.
Tras la exhumación de los cadáveres, el EAAF, “comprobó que todos los cráneos encontrados tenían perforaciones de bala”, lo que indicaba que habían sido rematados, pero además, el jefe del equipo, el estadounidense Clyde Snow, denunció que “en el ataúd de Matilde, la beba de 6 meses supuestamente abatida, no había restos óseos; sólo un chupete, un osito de peluche y unas ropitas”.
El certificado de defunción lo firmó el doctor Roberto Bettale, pero hay razones para sospechar que la muerte de Matilde fue simulada, y desde ese momento los familiares del matrimonio Lanuscou-Miranda sospechan que la beba puede haber sido apropiada y que podría tratarse de Marcela Noble Herrera.
En su casa de Villa Devoto, el ingeniero Carlos Miranda revuelve en las cajas de fotos familiares buscando un buen retrato de su hermana Bárbara, a quien encuentra singularmente parecida a Marcela Noble. “La forma de la cara, los ojos y las cejas. El parecido es impresionante... pero resulta absurdo que nos tengamos que guiar por las fotos de las revistas cuando esto se debe resolver de manera tajante con un simple pinchazo en el dedo”, dice Miranda, que es uno de los querellantes en la causa contra Ernestina Herrera de Noble.
“Mi cuñado y los dos chicos murieron al instante, pero a mi hermana que protegió a Matilde con su cuerpo, la remataron y se llevaron a la bebita”, rememora Carlos Miranda, mientras espera el cotejo de las muestras de ADN ordenados por la jueza Sandra Arroyo Salgado.
En el libro EL CASO LANUSCOU se investiga pacientemente la compleja trama de silencio, miedo y muerte que envuelve los años de la dictadura genocida (1976-1983).
Y a su vez, se devela la macabra operatoria de apropiación de bienes y vidas de los militantes populares detenidos desaparecidos. El robo de bebes muestra crudamente, en su punto máximo, la perversa impunidad de los represores.
Los medios de confusión como Clarín y La Nación fueron un gran aporte civil en la ocultación de las matanzas, y además fueron socios en los negociados de la rapiña más canalla jamás conocida por estas tierras.
Daniel Mancuso
1 comentario:
Que lo parió chamigo! Todo bicho que camina va a parar al asador.
Un abrazo. Grande
Claudio
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