Si tenés 40 años, en 1976 tenías 6 cuando el triunvirato de Videla, Agosti Massera se apoderó de la vida y la muerte de todos nosotros. Si tenés 30, cuando llegaste a la Argentina, hacía 4 años que la dictadura venía secuestrando, torturando, asesinando, desapareciendo compatriotas. Si tenés 20 años, naciste en democracia. Mientras aprendías a decir "mamá" y "papá", los gobernantes de aquel entonces inventaron el punto final y la obediencia debida para perdonar los crímenes aberrantes de Emilio Eduardo Massera y sus secuaces. Carlos Saúl Menem lo indulto para que viva tranquilo durante su mandato neoliberal.
En Wikipedia, dice: Emilio Eduardo Massera (Paraná, 19 de octubre de 1925 - Buenos Aires, 8 de noviembre de 2010) fue un militar argentino. Entre 1976 y 1978 formó parte, junto con Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti, de la junta militar que depuso a la presidenta María Estela Martínez de Perón y gobernó de facto la Argentina durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
Una presentación demasiado LIGHT para un perverso secuestrador, apropiador de vidas y haciendas, ladrón de bebes, violador y asesino consuetudinario. Quería ser el nuevo Perón y armó un comité de campaña en la ESMA (que no era un centro cultural en aquel entonces) para que militantes secuestrados y sobrevivientes esclavos, le hicieran análisis político, campañas de Prensa para poder postularse como Presidente.
Mucho Juicio Histórico, mucha complicidad de la democracia neoliberal, mucha protección de la familia judicial, lo cierto es que Massera (el mal) murió impune, se cagó de risa de todos nosotros. Otrá rémora de la Justicia que heredamos de la dictadura...
Tal vez, la Real Academia Española, en homenaje a este prohombre de la Argentina de Bernardo Neustadt y Mariano Grondona lo incorpore en uno de los nuevos vocablos del diccionario. Un neologismo indispensable para la lengua de Cervantes. Una derrota al ingles precario y limitado en vocablos. Y se use su nombre como sinónimo del mal absoluto corporizado en un ser humano.
Daniel Mancuso
POST SCRIPTUM
3 comentarios:
Yo tenía 18 cuando arribaron estos hijos de puta.
Y el momento en que me enteré del golpe me quedó grabado a fuego. Me dije a mi mismo sentado en un bar: "Cagamos".
Y después de las atrocidades verlo a este tipo queriendo hacerse como bien decís el nuevo Perón. Yo laburaba ahí en el centro y tenía que pasar por donde había abierto un comité. No lo podía creer... en fin; un gran hijo de puta menos.
Yo ya tenía 36 años entonces. Y ese día me asusté mucho. Y el tiempo me dio la razón.
Eddie
Hola Daniel
Tanto en los blogs Calando la Piedra y El Fusilado dejé un comentario que decía que durante años había fantaseado con este día, y que ahora que llegó lo recibo con un indiferente desprecio, valga el oxímoron; solamente, la pena que no haya dejado datos para encontrar los restos que faltan de los 30.000.
Me la pasé escribiendo sobre los odiadores, y por suerte, constato que no me convertí en uno de ellos, sino en algo más peligroso para tipos como el que se murió: memorioso.
Se habrá muerto su decrépito cuerpo, pero no olvidamos su espantoso crimen. Ese es nuestro reaseguro, porque lo nuestro no es la muerte, es la vida.
Te mando un Abrazo
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