ISIDORO

Clarín le puso la guita sobre la mesa y él preguntó: ¿Qué tengo que decir?

« Nadie sintetiza mejor al neoliberal y, por añadidura, al individualista promedio: un chanta irresponsable, pero increíblemente carismático. Ladrón, pero sin sangre ni violencia. Estafador del ingenio ».

Aunque el objetivo inicial de un hermano es cuidar los intereses de su sangre, Isidoro siempre trató de sacar partido de la fortuna de David.

Isdoro siempre fue un irresponsable, timbero, interesado, vago, cobarde, corruptible y desvergonzado, o sea una antítesis de su hermano (ya que David fue un ejemplo de moral, valentía, honradez y rectitud, entre otras virtudes).

En aquella época, para zafar de los peligros genocidas se hizo amigo de un militar al que llamaba tío: el Coronel Urbano Cañones, amigo de Aramburu y de Videla.

Una de las razones del éxito de Isidoro es que tuvo una vida como la de muchos de los poderosos, en un mundo de tentaciones. Isodoro era afecto a las marcas y lugares de moda, un fiel representante del típico "chanta porteño", el prototipo del hombre de la noche. Sus andanzas fascinaban aun a aquellos que no comulgaban con su ética y sus métodos, y lograba que muchos anhelaran vivir la vida como él, una vida que, en sus comienzos, representaba a todo un sector del país, que, sin ser de la elite económica, vivía y conocía el Buenos Aires nocturno, y disfrutaba de las fiestas de la alta sociedad.

« Isidoro no está del lado de los buenos: está del lado de Isidoro. Si descubre las fallas del sistema, es en su propio beneficio y no para cambiar una situación injusta. La suya es una revolución frívola, que bien justifica las infames estafas de las que se vale con tal de obtener guita, revancha o prestigio ».

Isidoro, un día dice una cosa y otro día dice lo contrario. Hace un tiempo dijo:

“Clarín y La Nación nos humillaron, fue un afano”

pero, por 33 denarios vendieron a Jesús...

Daniel Mancuso