El grupo UNO, violentamente opuesto a la ley de Medios de la democracia, cuyos propietarios son Daniel Vila, Francisco de Narváez y José Luis Manzano, despidió a 26 trabajadores de sus empresas para "reducir costos".
Todos sabemos la postura reaccionaria y antidemocrática del Grupo Uno, que junto al Grupo Clarín, y otros socios menores, trabajan denodadamente contra la implementación de la nueva Ley de servicios de Comunicación Audiovisual.
El lunes 29 de marzo enviaron telegramas de despido a 26 trabajadores de las radios LT3 y LT8 de Rosario. Las radios LT8 y LT3 son 2 de las 3 radios AM (amplitud modulada) de la ciudad. De inmediato, se declaró un paro en ambas radios y un acto frente al diario La Capital.
El Ministerio de Trabajo de Santa Fe decretó la conciliación obligatoria, y los trabajadores levantaron las medidas de fuerza, pero la empresa no permitió el ingreso de ningún trabajador a las radios.
Los multimedios se resisten a la democratización de la palabra. Cuentan como aliados incondicionales a los jueces reaccionarios que vienen desde la dictadura. Además, reprimen a los empleados "díscolos", atemorizan y amenazan con represalias, o directamente despiden a trabajadores para disciplinar a los rebeldes que se oponen a las patoteadas patronales.
Los trabajadores en lucha ratificaron el compromiso con “un destino distinto para nuestro país en el que la democracia informativa y la pluralidad de voces sean a la vez conquista y realidad que ilumine una circulación más horizontal de la palabra en la que tengamos cabida todas y todos los argentinos”.
“La dura agresión del Grupo es también la revancha por la activa postura de nuestro gremio por la Ley de Medios, contra los trabajadores que no firmaron los comunicados empresariales contra la ley y en cambio militaron a favor de su sanción”.
El grupo UNO (de Vila, De Narváez y Manzano) solicitó la conciliación obligatoria para el diario pero no la aceptó para las radios. La audiencia duró 12 horas. El Grupo pretendía establecer que no se trata de una unidad de negocios sino de 3 empresas distintas. El ministerio negó esa falaz posibilidad.
La posición de los trabajadores fue apoyada por la CGT y la CTA, por medio de comunicaciones de Julio Piumato y Hugo Yasky. También, declararon su respaldo los sindicatos de prensa, del espectáculo y de repartidores de diarios, la asociación de trabajadores de la comunicación, la sociedad de locutores y la federación gráfica.
El secretario general del sindicato de prensa rosarino, Edgardo Carmona, explicó en la última asamblea a las organizaciones sociales, políticas, gremiales, sociales, estudiantiles y de derechos humanos que acompañan a los trabajadores que “los despidos no obedecen a dificultades económicas sino a la destrucción de las radios a las que las sometió una programación y medidas erráticas y a la desfinanciación de La Capital, la ‘vaca lechera’ de donde salen fondos para subsidiar otros medios del Grupo”.
El delegado José Maggi, declaró que “detrás de estos desplazamientos hay una maniobra oculta, la de fusionar en un mismo edificio las dos radios y el matutino para desprenderse de mano de obra, algo que ya ha sido experimentado en Mendoza, donde Vila y Manzano son señores feudales, y donde tienen lo que denominan un laboratorio multimedial, es decir un edificio en donde hay una página web, un diario de papel, radios AM y FM y tevé por cable”.
La edición del jueves de La Capital fue preparada con el aporte de redacciones del multimedios en Mendoza, Paraná y Santa Fe y se imprimió en Buenos Aires.
Sin embargo, los choferes de Rosario se negaron a distribuirla, entonces, el trío diabólico (Vila, De Narváez y Manzano) intentó regalarla a los cuidacoches. Ante la amenaza de despidos en La Capital los trabajadores decidieron continuar el paro.
La edición de emergencia del viernes se redactó e imprimió en Paraná, en lo que durante las asambleas y actos frente al diario se mencionó como “edición off shore” del diario fundado hace casi un siglo y medio. El Grupo recurrió a lugares alternativos de venta y al auxilio policial para llegar a los kioscos, donde ofreció el precio completo de tapa para seducir a los canillitas.
Un aviso que Vila, De Narváez y Manzano transmiten por televisión sostiene que el paro gremial pretende “silenciar y hostigar el derecho al libre acceso a la información que son garantías constitucionales y democráticas”. Una mentira cínica de parte de los dueños multimediáticos.
Edgardo Carmona reclamó al gobierno la suspensión de las licencias de LT8 y LT3 para el Grupo Uno y el inmediato cese del canje de publicidad oficial por deudas fiscales, un “privilegio” de las patronales de medios de comunicación en nuestro país. Después, el diputado nacional peronista Agustín Rossi se comprometió a impulsar ambas medidas en el Congreso Nacional.
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Masiva solidaridad con los trabajadores de prensa
EN http://gracianapetrone.blogspot.com/
Daniel Mancuso
1 comentario:
DAniel, gracias!!! La marcha en Rosario fue impresionante. No a los despidos y basta de forreo. Para colmo de males la gente sigue consumiendo los "medios de confusión". Ojalá que todo encuentre solución...
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