Las elecciones del 28 de junio son importantes, se presentan dos modelos que se disputan el protagonismo de la coyuntura política de este presente polarizado, pero no se termina nada, la lucha sigue. Hay una parte de la población que no entiende la diferencia entre uno y otro modelo. Y muchos de los que apoyan el modelo Neoliberal de los 90 (que muere en el mundo y aquí quiere volver) no lo hacen convencidos sino que están contra el gobierno y punto. Los gorilas de hoy abrevan en los de la unión democrática del 45, aunque no lo sepan. Nada nuevo, todo sigue, la disputa continúa...
La lucha por la liberación nacional y social de nuestra patria empezó hace muchos años y va durar muchos más. Somos continuidad histórica de todos los patriotas que nos antecedieron y dieron sangre y vida por un destino de felicidad colectiva. El largo camino por lograr Justicia, Libertad y Soberanía para todos los argentinos tiene todavía kilómetros para ser recorridos.
Leyendo Tirando al Medio, veo que Gerardo plantea inteligentemente un análisis del comportamiento de los medios, de decidida postura reaccionaria y con la intención de perjudicar a las listas del oficialismo. Manipulan y esconden la información de acuerdo a sus intereses político empresariales. No es novedad, pero ahora lo hacen a cara descubierta y con ilícitas intenciones, desvergonzada e impunemente. Ya no respetan las formas y ponen en práctica la máxima de Maquiavelo: el fin justifica los medios de los Medios de desinformación. ¿Nosotros tenemos que hacer lo mismo?
Cuando digo nosotros digo los que apoyamos en modelo iniciado en 2003, de distribución de la riqueza y generación de trabajo e industrias, de fortalecimiento del Estado...
¿"Las formalidades han sido definitivamente sepultadas"?
Creo que la forma y el contenido son una sola cosa, en cuanto relación dialéctica que se retroalimenta y evoluciona. La política que queremos para nuestro pueblo es, debe ser, fondo y figura unívocamente unidos. Seguir acumulando políticamente con viejos métodos reñidos con la ética y de difícil justificación, a pesar de que los objetivos son loables, nos equipara con ellos. Y ya es hora de diferenciarnos, de ser diferentes a ellos, de no tener "candidatos testimoniales" ni personajes impresentables. No es ingenuidad política sino firme convicción revolucionaria que hay que empezar a poner sobre la mesa, en la tierra y en el aire. Los símbolos son grandes transformadores de energía y nosotros, los militantes y dirigentes de la nueva Argentina por venir (algún día) debemos dar el ejemplo y ser símbolos de una política que le hace bien a la patria, que deja la mentira y la confusión, que va siempre para adelante y no genera desengaños. Es malo que seamos parte de esta manera de hacer política. Lo que sirve, sirve si es legítimo si no es más excremento en la mierda generalizada.
Daniel Mancuso
3 comentarios:
Daniel:bien ahí....
te dejo un abrazo.
muy bueno, basta de roscas...
hace años que estamos en la rosca, ¿para cuándo otra forma de acumulación, de construír poder con las bases, los cuadros y la militancia?
buena nota,
Emanuel.
Publicar un comentario