El futuro maestro vino al mundo a emocionar. Llegó en 1931, a Trevico Avellino, en la Campania italiana y mamó todo lo bueno y lo malo de su tierra hermosa, lo mezcló con sensibilidad sagrada y lo transformó en arte. Es uno de los más exquisitos directores que he conocido (por sus películas, claro). Quizás, por mi origen italiano y mi animadversión juvenil a todo lo yanqui, lo amé desde que lo conocí en las tardes de la Cinemateca Argentina, allá por los 80, cuando esperaba sentado en las gradas de la calle sarmiento a que abrieran las puertas del cine. Como un padre que destila sabidurías de la vida, este tipo se me pegó al alma desde aquel entonces.
C'eravamo tanto amati
Acá van sus obras como director cinematográfico:
La congiuntura (1964), Se permettete parliamo di donne (1964), Thrilling (1965), L'arcidiavolo (1966), Riusciranno i nostri eroi a ritrovare l’amico misteriosamente scomparso in Africa? (1968), El comisario y la proxeneta (Il commissario Pepe) (1969).
Brutti, sporchi e cattivi
El demonio de los celos (Dramma della gelosia: tutti i particolari in cronaca) (1970), (1971), Permette? Rocco Papaleo La più bella serata della mia vita (1972), Trevico-Torino... Viaggio nel Fiat-Nam (1973), Una mujer y tres hombres (C'eravamo tanto amati) (1974), Feos, sucios y malos (Brutti, sporchi e cattivi) (1976), Buenas noches, señoras y señores (Signore e signori, buonanotte) (1976), Un día particular (Una giornata particolare) (1977), ¡Que viva Italia! (I nuovi mostri) (1977).
La terraza (La terrazza) (1980), Entre el amor y la muerte (Passione d'amore) (1981), La noche de Varennes (Il mondo nuovo) (1982), El baile (Ballando ballando) (1983), Maccheroni (1985), La familia (La famiglia) (1986), Splendor (1988), Che ora è (1989).
Il viaggio di Capitan Fracassa (1990), Mario, Maria e Mario (1993), Historia de un pobre hombre (Romanzo di un giovane povero) (1995), La cena (1998).
... y Competencia desleal (Concorrenza sleale) (2001) con: Diego Abatantuono, Sergio Castellitto... Acabo de verla, su última película, una maravillosa historia que habla de nosotros. Sí, de nosotros, porque cuenta las idas y venidas de la intoleracia a la solidaridad, del amor y la amistad a los sueños truncados, de la risa al llanto en la misma escena y del llanto a la risa en plano secuencia. Un monstruo que dibuja sencillamente el relato de unos pibes que atraviezan la película con ternura y futuro, aunque el nene se quede al final mirando la injusticia que se aleja en una camioneta, la tristeza que quedó en la calle. ¿Y el futuro? El futuro tiene rostro de niño sonriendo, esperanzas postergadas que quieren levantar vuelo... No te la pierdas si tenés sentimientos de justicia en el corazón.
Daniel Mancuso
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