Este jueves 11 de diciembre hay que movilizarse. Los que no lo votaron (porque sabían de sus intenciones) irán a repudiarlo. Los que lo votaron (deberían haberse dado cuenta que Mauricio no cumplió nada de lo que prometió hace un año en la campaña) pueden hacer un mea culpa público y en voz alta decir a los 4 vientos: "soy un boludo, me engañó como a un perejil".
Es una buena oportunidad para decirle a Macri que no nos gusta su gestión, que no sirve, que el afán de lucro que tienen las empresas privadas, en este mundo capitalista y salvaje, no se corresponde con las acciones de un gobierno para todos los ciudadanos. Hay que decirle que se equivocó, que vuelva a las empresas y negocios de su papá, Franco, y que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires necesita, debe, cuidar la educación y la salud de todos los ciudadanos. No alcanza con romper todas las calles (aun las que estaban sanas) para que mi suegra diga: "¿viste como están arreglando la ciudad?". No alcanza con llenar todo los lugares con carteles amarillos con una "H" negra, eso es contaminación visual y está contra las leyes y contra el sentido común.
NO es una buena idea: desabastecer de insumos a los hospitales, no hacer ni una mísera cuadra de alargue de los subterráneos, lavarse las manos con la gestión urbana de la villa 31, ir en contramano de la sensibilidad social y castigar a los más pobres, quitándoles becas para que puedan estudiar, no arreglando las escuelas, EMPOBRECER LA DIETA DE LOS COMEDORES.
SÍ está gastando plata en publicidad, SÍ va a los programas de televisión a sonreírle a doña Rosa, a decirle que arregló los parques, plantó pastito, puso algunos bancos y carteles enormes con las cifras de inversión en ellos, escandalosamente enormes, como para hacer Disneylandia cuatro veces, un afano rotundo a la vista de todos nosotros...
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