Es la más bella de todas las ideas que atravezaron la historia de padecimientos del pueblo argentino. En una frase se resume la epopeya nacional, 66 duros años de camino, ora bombardeado, ora reconstruído; 2 siglos de sueños.
"Volveré y seré millones", dijo. Y la vida se levanta formidable frente a la muerte indolente. Son las ganas de trascender lo imposible, peleándole al cáncer, ganándole al dolor, venciendo al tiempo. Sólo el amor, el amor, el amor, es capaz de entender la maravillosa prefiguración histórica de Evita, llena de amor.
El Peronismo, como correlato histórico de esa gesta que comenzó, más o menos, en las invasiones inglesas en 1806, y tuvo una larga peregrinación a la felicidad colectiva, independiente, soberana, sigue sembrando alegrías en la larga marcha a la justicia social.
La flaca, que nunca fue peronista y que hasta lo detestó con cierto prejuicio desinformado, con cierto gorilismo contagiado, llegó a entender, a sentir, que Perón no era tan malo como le contaron, que Eva y él, eran un duo interactivo, una comunión indestructible entre la teoría y la práctica, entre la razón y los sentimientos, entre la fuerza viril y la sensibilidad femenina, entre la política y el amor.
No lo aprendió leyendo sino viviendo la tranformación fabulosa iniciada en 2003, en carne y hueso. A partir de entender al binomio Néstor y Cristina, de ver cómo se completaban y se potenciaban uno a la otra, y viceversa, la flaca, como miles de compatriotas, vio la luz. Se le iluminó el horizonte y descubrió el amanecer en sociedad, en libertad, en democracia, en justicia, hoy, acá, ahora.
¡Oh! al final de cuentas, la política es hermosa. Y juntó los cabos sueltos, las piezas del rompecabezas que habían escondido los tramposos, y sacó conclusiones junto a sus iguales en las marchas, en la plaza, en el bondi, en el laburo... Perón, Evita, Néstor, Cristina... y pudo hacer la V en la calle, entre banderas y cantos, sin culpas, y pudo emocionarse sin miedo, y se sintió peronista, kirchnerista, argentina, patriota, suramericana...
Las razones del triunfo de ayer son muchas, y una sola: los logros de la gestión, los errores de la Oposición, la verdad libre sin la capucha multimediática, la militancia consecuente, la democracia rebasando derechos, las esperanzas floreciendo en certezas, los jubilados, los pibes, los científicos, los obreros, la ley de medios, bla bla bla...
La única verdad es la realidad.
"Volveré y seré millones", dijo. Y la vida se levanta formidable frente a la muerte indolente. Son las ganas de trascender lo imposible, peleándole al cáncer, ganándole al dolor, venciendo al tiempo. Sólo el amor, el amor, el amor, es capaz de entender la maravillosa prefiguración histórica de Evita, llena de amor.
El Peronismo, como correlato histórico de esa gesta que comenzó, más o menos, en las invasiones inglesas en 1806, y tuvo una larga peregrinación a la felicidad colectiva, independiente, soberana, sigue sembrando alegrías en la larga marcha a la justicia social.
La flaca, que nunca fue peronista y que hasta lo detestó con cierto prejuicio desinformado, con cierto gorilismo contagiado, llegó a entender, a sentir, que Perón no era tan malo como le contaron, que Eva y él, eran un duo interactivo, una comunión indestructible entre la teoría y la práctica, entre la razón y los sentimientos, entre la fuerza viril y la sensibilidad femenina, entre la política y el amor.
No lo aprendió leyendo sino viviendo la tranformación fabulosa iniciada en 2003, en carne y hueso. A partir de entender al binomio Néstor y Cristina, de ver cómo se completaban y se potenciaban uno a la otra, y viceversa, la flaca, como miles de compatriotas, vio la luz. Se le iluminó el horizonte y descubrió el amanecer en sociedad, en libertad, en democracia, en justicia, hoy, acá, ahora.
¡Oh! al final de cuentas, la política es hermosa. Y juntó los cabos sueltos, las piezas del rompecabezas que habían escondido los tramposos, y sacó conclusiones junto a sus iguales en las marchas, en la plaza, en el bondi, en el laburo... Perón, Evita, Néstor, Cristina... y pudo hacer la V en la calle, entre banderas y cantos, sin culpas, y pudo emocionarse sin miedo, y se sintió peronista, kirchnerista, argentina, patriota, suramericana...
Las razones del triunfo de ayer son muchas, y una sola: los logros de la gestión, los errores de la Oposición, la verdad libre sin la capucha multimediática, la militancia consecuente, la democracia rebasando derechos, las esperanzas floreciendo en certezas, los jubilados, los pibes, los científicos, los obreros, la ley de medios, bla bla bla...
La única verdad es la realidad.
El amor multiplicado.
"Volveré y seré millones", dijo, decimos, diremos.
4 comentarios:
Con yá casi 65 (en diciembre) soy un Peronista casi viejo, hijo de uno de los peronistas que metieron las "patas" en la fuente. Digo esto para poder expresar cuanta ALEGRÍA tengo dentro, cuanta EMOCIÓN, cuanto DISFRUTE. También tengo una flaca que viene de clase media gorila, y que aprendió que la habían engañado. Tengo dos hijas casadas, de modo que ayer contribuimos con seis votos (no siete,porque el nieto es chico). ¡¡ VAMOS ARGENTINA...NUNCA MENOS !!. Abrazo.-
Ayer, después de mediodía, fuimos - mi esposa y yo, ambos jubilados y mayores de 70 años - a manifestar nuestra voluntad de ciudadanos a los respectivos lugares de votación. Caminando despacio, agradeciendo que no haya llovido, con una temperatura agradable, habíamos memorizado los números de mesa y orden en el listado del padrón para ahorrarles molestias a los que estaban cumpliendo con su obligación cívica.
Sencilla y rápidamente emitimos nuestros votos y volvimos a casa caminando, felices por estar viviendo, a nuestra edad, una época maravillosa de fe, alegría y esperanza.
Sin rabia ni odio. Eso sólo sirve para destruir.
Y estamos en una era de CONSTRUCCION.
Saludos
Tilo, 70 años
Querido Daniel.
Comparto todo lo que decís.
Un Abrazo Feliz
Carlos, Tilo, Sujeto, comparto alegrías y esperanzas, abrazo grande
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