La vida te da sorpresas... Sorpresas te da la vida...
El Premio Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa, dejó por un momento de ser un cuadro de la derecha neoliberal internacional y declaró desde Madrid que el triunfo de Ollanta Humala sobre la derechista Keiko Fujimori en las elecciones de este domingo significa la derrota del fascismo y la salvación de la democracia en Perú.
El sucesor de Alan García es muy joven, nació en Lima el 27 de junio de 1962. Está casado con Nadine Heredia, y tiene 3 hijos con nombres quechuas. Dos niñas: Illari (de 8 años) y Naira (de 6 años), que en el idioma de los incas significan "dulce amanecer" y "mirada profunda". Un niño nacido en plena campaña electoral hace 3 meses se llama Samin, "el que trae dicha y prosperidad".
En el 2000, Ollanta se sublevó junto a su hermano Antauro contra el gobierno neoliberal y represivo de Alberto Fujimori, ya debilitado por acusaciones de corrupción. Ambos fueron apresados, pero luego de que Fujimori se fugara del país fueron amnistiados. Entonces, Humala declaró que: "El levantamiento no tenía ningún cálculo político, era simplemente defender el orden constitucional".
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En su nota sobre las elecciones de Perú, en segunda vuelta: De choripanes a chicharrones, Martín Granovsky explicaba que...
- Igual que en Francia, Brasil, Chile o la ciudad de Buenos Aires, el ballottage peruano es clásico: vence el que obtiene el 50 por ciento de los votos más uno. Ollanta Humala consiguió en primera vuelta el 31,6 por ciento; Fujimori, el 20,6 por ciento.
Otros ocho candidatos quedaron fuera de carrera, aunque naturalmente no sus electores. A diferencia de las últimas elecciones importantes de la región, las de Brasil, en Perú no hubo una sola tercera fuerza nítida como el Partido Verde de Marina Silva. Tampoco Humala con su coalición nacionalista y de centroizquierda obtuvo el 46 por ciento de Dilma Rousseff en la primera vuelta. Por eso su vice, el abogado Omar Chehade, se mostró cuidadoso y aludió a la volatilidad...
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¿Por qué el jefe de plan de gobierno del humalismo, Félix Jiménez, sostuvo que "no se debe generar incertidumbre", porque respetarán el esquema actual de la política monetaria y fiscal?
Porque los medios hegemónicos y el establishment peruanos ya empezaron a intentar desestabilizar al nuevo Presidente electo. Por eso, Jiménez, en declaraciones a la prensa (desde el hotel Los Delfines, en San Isidro, Lima) sostuvo que "no hay razones para preocuparse" y le pidió al Banco Central de Reserva (BCR) "hacer su trabajo y frenar los podría ser un ataque especulativo, que podría afectar nuestra economía".
¿Por qué la oligarquía peruana le tiene miedo a Ollanta Humala?
Veamos qué cuenta Martín Granovsky...
- El candidato de Gana Perú dijo que aplicaría un impuesto a la sobreganancia minera. O sea, retenciones. Según la ONG Propuesta Ciudadana, la ganancia de las mineras en 2010 fue del 43 por ciento de la producción total pero al Estado le quedó solo un 13 por ciento. Propuesta Ciudadana dice que el Estado peruano se queda con una renta inferior a la que recogen los Estados de Chile y Canadá.
Perú es rico en oro, cobre y zinc. Actúan, entre otras, la Southern y la Barrick, la misma que opera en San Juan. Propuesta Ciudadana calculó que las utilidades netas de las principales compañías en 2010 superaron los 9 mil millones de dólares. En 2006 habían llegado a 8235 millones y en 2007, 8443 millones de dólares. Según Chehade, la creación de un fondo con un impuesto a las ganancias que surgen de oportunidades extraordinarias del mercado internacional, como ocurre en los últimos años, podría representar 2.000 millones de dólares por año con destino a programas sociales, educación o infraestructura.
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Recordemos que Perú es el país con mayor crecimiento del PBI en América Latina en la última década. Y los economistas del establishment tildaron a Ollanta Humala de "izquierdista" que quiere frenar todos los avances (se acuerdan de Mirta Legran cuando ganó Néstor: "se viene el zurdaje"). Por eso, Humala ha tenido una táctica inteligente: juró poniendo la mano sobre una Biblia que mantendrá el modelo, y que un cambio de la Constitución que propone -y que pone los pelos de punta a vastos sectores oligárquicos- sólo lo haría si hay consenso.
Desde el inicio del gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), el crecimiento del PBI es una constante. Entonces, la pobreza ascendía al 54 por ciento y la extrema pobreza llegaba al 24 por ciento de los peruanos; hoy lo hace con el 16 por ciento de los peruanos.
En Perú, la inversión externa directa del 2010 superó los 5.000 millones de dólares (sin contar los contratos por inversión en minería e hidrocarburos que ascienden a 19.000 millones en el último quinquenio) y el empleo mejoró sensiblemente, aunque la desocupación se ubica entre el 8,5 y el 10 % y la informalidad de la economía supera el 60 por ciento.
Un gran desafío para Ollanta Humala y su vice, el abogado Omar Chehade.
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Daniel Mancuso
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