domingo, 21 de noviembre de 2010

FERIADO... SAN MARTÍN Y ROSAS



Aunque parezca mentira, muchos compatriotas no saben de qué se trata el feriado. Un día menos de trabajo, un asado, un feriado largo, una siesta postergada, un lunes sin oficina, etcétera. Hoy, no me tengo que levantar temprano, ni afeitarme.

Alguno dirá: ... es el nuevo Día de la Soberanía, que fue el sábado pero lo pasaron al lunes para que se fomente el turismo. ¿Qué significa? Ah, no sé...

Más allá de algunas ignorancias consuetudinarias, lo importante es que la presidenta Cristina Fernández, otra vez demuestra su calidad como estadista y su coherencia como gobernante. A través del decreto 1.584/2010 sigue una línea política y de gestión que rescata la Historia Argentina ocultada y negada por los escribas de la historia oficial, recuperando lo mejor de nuestro pasado con la mirada nacional y popular...


1
Norberto Galasso explica magistralmente la importancia de la historia como recurso de soberanía que activa la memoria popular y sustenta el futuro en beneficio de toda la sociedad y no de unos pocos privilegiados...

    la Historia que se nos ha venido enseñando, generación tras generación, de Mitre hasta aquí, no cumple esa tarea de ofrecernos un cuadro vívido y coherente de nuestro pasado, desde una óptica popular. Se trata, en cambio, de un relato construido desde la óptica de las minorías económicamente poderosas estrechamente ligadas a intereses extranjeros, expuesto como sucesión de fechas y batallas cuya relación, más de una vez, aparece como arbitraria o sólo generada por enfrentamientos personales.

    Durante largos años, diversos investigadores la impugnaron- generalmente desde los suburbios de la Academia, pues ésta se halla controlada por la clase dominante- y en muchas ocasiones ofrecieron pruebas irrefutables de que la Historia oficial no era, en manera alguna, “la historia argentina”, es decir, el relato interpretativo de nuestro pasado, visto con una “óptica neutra y científica, alejada de las pasiones políticas”, como lo pretendían los docentes de antaño, por supuesto, con total buena fe.

    Se demostró que en el campo de la heurística (cúmulo de datos, documentos, objetos, etc. que constituyen la materia prima de la historia) se escamoteaban muchos sucesos: por ejemplo, que Olegario Andrade no era sólo poeta sino militante y ensayista político, al igual que José Hernández, que los negocios del Famatina gestionados por Rivadavia implicaban una colusión de intereses privados con la función publica, que tanto San Martín como O’Higgins odiaban al susodicho Rivadavia, que la represión de los ejércitos mitristas en el noroeste, entre 1862 y 1865, significó la muerte de miles argentinos y hasta, durante largo tiempo, se ocultó la batalla de la Vuelta de Obligado para no reconocer el mérito de Rosas, aún disintiendo con su política interna, de defender la soberanía de la Confederación.

    Asimismo, se demostró que en el campo de la hermenéutica (la otra columna de la historia, referida a la interpretación, que explica la concatenación de los hechos históricos entre sí) también se habían tergiversado figuras y sucesos, como, por ejemplo, mostrar al buenazo del Chacho Peñaloza como autoritario y represor para justificar que los “civilizadores” le cortaran la cabeza y la expusieran en una pica en Olta, suponer que San Martín estaba mentalmente declinante cuando le legó su sable a Rosas, siendo que el testamento lo redactó a los 65 años (siete años antes de su muerte)...


2
El historiador Jorge Sulé cuenta que Rosas inicia su segundo gobierno el 13 de abril de 1835, con una mayor recepción popular que la expresada en el primero. Desde Francia, San Martín, estaba al tanto de los acontecimientos que se iban desarrollando en su Patria, y le escribió a Guido una carta con su opinión sobre la gestión de Rosas:


“Grand Bourg cerca de París, 17 de diciembre de 1835


    “Señor Don Tomás Guido:

    “Mi querido amigo…hace cerca de dos años escribí a Ud. que yo no encontraba otro arbitrio para cortar los males que por tanto tiempo han afligido a nuestra desgraciada tierra que el establecimiento de un Gobierno fuerte o más claro Absoluto, que enseñase a nuestros compatriotas a obedecer…25 años en busca de una libertad que no sólo no ha existido sino que en este largo período, la opresión, la inseguridad individual, destrucción de fortunas, desenfreno, venalidad, corrupción y guerra civil ha sido el fruto que la Patria ha recogido después de tantos sacrificios. Ya era tiempo de poner término a males de tal tamaño y para conseguir tan loable objetivo yo miro como bueno y legal todo gobierno que establezca el orden de un modo sólido y estable, y no dudo que su opinión y las de todos los hombres que amen a su país pensarán como yo…”


3
Dice Pacho O´Donnell sobre la relación del Libertador y el Restaurador de las Leyes...

    ... A San Martín y a Rosas los unían sus enemigos comunes: los "doctores" porteños, rivadavianos y logistas. También la compartida convicción de que la anarquía era la principal amenaza que pendía sobre la independencia y la soberanía argentinas.


4
San Martín, después de casi 2 años del Segundo Gobierno de Rosas vuelve a expresar su pensamiento, y le manifestó a Guido en carta del 26 de octubre lo siguiente...

    “…veo con placer la marcha que sigue nuestra patria, desengañémonos, nuestros países no pueden (a lo menos por muchos años) regirse de otro modo que por gobiernos vigorosos…”.


5
A raíz del bloqueo francés declarado por la flota militar francesa en 1838, San Martín, por iniciativa propia, inicio el 5 de agosto de 1838, una correspondencia personal con Juan Manuel de Rosas, expresándole su adhesión y ofreciéndose para lo que fuera menester. Así comenzó un intercambio epistolar que no se interrumpió hasta la muerte del libertador.


Grand Bourg, cerca de París, 5 de Agosto de 1838.

    Exmo. Sr. Capitán General Juan Manuel de Rosas.
    Muy señor mío y respetable general:


    Separado voluntariamente de todo mando público, el año 23, y retirado en mi chacra de Mendoza, siguiendo por inclinación una vida retirada, creía que este sistema, y más que todo, mi vida pública en el espacio de diez años, me pondrían á cubierto con mis compatriotas de toda idea de ambición á ninguna especie de mando ; me equivoqué en mi cálculo á los, dos meses de mi llegada á Mendoza, el gobierno que, en aquella época, mandaba en Buenos Aires, no sólo me formó un bloqueo de espías, entre ellos á uno de mis sirvientes, sino que me hizo una guerra poco noble en los papeles públicos de su devoción, tratando al mismo tiempo de, hacerme sospechoso á los demás gobiernos de las provincias; por otra parte, los de la oposición, hombres á quienes en general no conocía ni aun de vista, hacían circular la absurda idea que mi regreso del Perú no tenía otro objeto que el de derribar la administración de Buenos Aires, y para corroborar esta idea mostraban (con una imprudencia poco común) cartas que ellos suponían les escribía. -Lo que dejo expuesto me hizo conocer que mi posición era falsa y que, por desgracia mía, yo había figurado demasiado en la guerra de la independencia, para esperar gozar en mi patria, por entonces, la tranquilidad que tanto apetecía. En estas circunstancias, resolví venir á Europa, esperando que mi país ofreciese garantías de orden para regresar á él; la época la creí oportuna el año 29: á mi llegada á Buenos Aires me encontré con la guerra civil; preferí un nuevo ostracismo á tomar ninguna parte en sus disensiones, pero siempre con la esperanza de morir en su seno.

    Desde aquella época, seis años de males no interrumpidos han deteriorado mi constitución, pero no mi moral ni los deseos de ser útil á nuestra patria; me explicare:
    He visto por los papeles públicos de ésta, el bloqueo que, el gobierno Francés ha establecido contra nuestro país; ignoro los resultados de esta medida; si son los de la guerra, yo sé lo que mi deber me impone como americano; pero en mis circunstancias y la de que no se fuese á creer que me supongo un hombre necesario, hacen, por un exceso de delicadeza que usted sabrá valorar, si usted me cree de alguna utilidad, que espere sus, órdenes; tres días después de haberlas recibido me pondré en marcha para servir á la Patria honradamente, en cualquier clase que se me destine. Concluída la guerra, me retiraré á un rincón - esto es si mi país me ofrece seguridad y orden; de lo contrario, regresaré á Europa con el sentimiento de no poder dejar mis huesos en la patria que me vio nacer.

    He aquí, general, el objeto, de esta carta. En, cualquiera de los dos casos es decir, que mis servicios, sean ó no aceptados, yo tendré siempre una completa satisfacción en que usted me crea sinceramente su apasionado servidor y compatriota, que besa su mano.

JOSÉ DE SAN MARTÍN.


6
San Martín, en la segunda carta que le escribió a Rosas, el 10 de junio de 1839, informado del ataque militar de Francia al que se habían unido los unitarios que estaban en Montevideo, le dice:

    “...Esta conducta (la agresión francesa) puede atribuirse a un orgullo nacional, cuando puede ejercerse impunemente contra un estado débil...pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espiritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condicion peor que la que sufriamos en tiempos de la dominación española: una tal felonia ni el sepulcro la puede hacer desaparecer...”


7
Diez años después, San Martín le escribió otra carta a Juan Manuel de Rosas...


Boulogne sur Mer, 2 de noviembre de 1848.
    Excmo. Sr. Capitán general D, Juan Manuel de Rosas.
    Mi respetable general y amigo:

    A pesar de la distancia que me separa de nuestra patria, usted me hará la justicia de creer que sus triunfos son un gran consuelo a mi achacosa vejez.

    Así es que he tenido una verdadera satisfacción al saber el levantamiento del injusto bloqueo con que nos hostilizaban las dos primeras naciones de Europa; esta satisfacción es tanto más completa cuanto el honor del país, no ha tenido nada que sufrir, y por el contrario presenta á todos los nuevos Estados Americanos, un modelo que seguir y más cuando éste está apoyado en la justicia. No vaya usted a creer por lo que dejo expuesto, el que jamás he dudado que nuestra patria tuviese que avergonzarse de ninguna concesión humillante presidiendo usted a sus destinos; por el contrario, más bien he creído no tirase usted demasiado la cuerda de las negociaciones seguidas cuando se trataba del honor nacional.

    Esta opinión demostrará a usted, mi apreciable general, que al escribirle, lo hago con la franqueza de mi carácter y la que merece el que yo he formado del de usted. Por tales acontecimientos reciba usted y nuestra patria mis más sinceras enhorabuenas...


8
En 1850, antes de morir, José de San Martín legó su sable al gobernador Juan Manuel de Rosas. El esposo de su hija Mercedes, Mariano Balcarce, le escribió a Rosas para darle a conocer la triste noticia...

    « ...Como albacea suyo, y en cumplimiento a su última voluntad me toca el penoso deber de comunicar a V.E. esta dolorosa noticia, y la honra de poner en conocimiento de V.E. la siguiente cláusula de su testamento: 3ro: El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la América del Sur le será entregado al General de la República Argentina, Don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que tentaban de humillarla ».








Daniel Mancuso

1 comentario:

Chabon Piola dijo...

Muy completa recopilacion ,para recordar cuando hay que explicar el motivo del post.
Saludos

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