"Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor". Arturo Jauretche
Alguien habrá pensado que Mauricio Macri habilitó el debate sobre el aborto para tapar los problemas que su gobierno neocolonial está provocando en Argentina. Una buena manera de que la crisis económica y social pase a segundo plano. Él y sus asesores habrán pensado que garpaba. Quizá sea cierto. Pero la movilización popular, donde miles, millones de mujeres (y hombres) reclamando por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito ganó la calle y los medios, interpeló a la sociedad en su conjunto, y fijó la agenda.
El proyecto de IVE pasó en Diputados, pero lo frenaron lxs Dinosaurixs en el Senado. El Gobierno atrasa, los políticos partidocráticos también. Mauricio, Gabriela Michetti, la gobernadora Vidal y todxs lxs monstruitxs de pañuelos celestes festejaron. Quienes claman "salvemos las 2 vidas", pero no se conmueven por lxs pibxs que mueren de hambre, miseria e indignidad, son la encarnación de la hipocresía más abyecta. Son lxs que se tapan la nariz cerca de un pobre, pero lloran ante un perrito abandonado. Cuánta sensibilidad distorsionada.
Funcionarios, jueces y legisladores salieron de esta sociedad enferma que formamos, que corrompemos cotidianamente, por pensamiento, acción, palabra u omisión. A cantarle a Gardel. Si queremos otra cosa habrá que meter las patas en el barro.
La marea verde es una lucha que lleva años, siglos. Ya no es tabú, ya no puede ser tapado: el aborto está en boca de todxs, y el derecho de nuestras hijas a decidir sobre sus propios cuerpos no se negocia. La batalla contra el machismo y la violencia en todas sus formas está aquí. El lenguaje inclusivo se va colando en las conversaciones cotidianas. El Patriarcado se va a caer, se va a caer, indefectiblemente.
Hay que empezar a cambiar las palabras. Decir "hijo de puta" está mal, las putas no tienen la culpa de los males masculinos. Ni siquiera la madre de Macri, ni la de Magnetto. Mentar "todos nosotros" es marginar a las "nosotras" que nos parieron y nos hacen hombres a diario.
A pesar de la tristeza, de la derrota momentánea, las pibas y sus proyectos libertarios seguirán rompiendo las pelotas de los crápulas que cargamos en nuestras conciencias, sin distición de sexo. Con estas pibas, el futuro es verde esperanza.
El proyecto de IVE pasó en Diputados, pero lo frenaron lxs Dinosaurixs en el Senado. El Gobierno atrasa, los políticos partidocráticos también. Mauricio, Gabriela Michetti, la gobernadora Vidal y todxs lxs monstruitxs de pañuelos celestes festejaron. Quienes claman "salvemos las 2 vidas", pero no se conmueven por lxs pibxs que mueren de hambre, miseria e indignidad, son la encarnación de la hipocresía más abyecta. Son lxs que se tapan la nariz cerca de un pobre, pero lloran ante un perrito abandonado. Cuánta sensibilidad distorsionada.
Funcionarios, jueces y legisladores salieron de esta sociedad enferma que formamos, que corrompemos cotidianamente, por pensamiento, acción, palabra u omisión. A cantarle a Gardel. Si queremos otra cosa habrá que meter las patas en el barro.
La marea verde es una lucha que lleva años, siglos. Ya no es tabú, ya no puede ser tapado: el aborto está en boca de todxs, y el derecho de nuestras hijas a decidir sobre sus propios cuerpos no se negocia. La batalla contra el machismo y la violencia en todas sus formas está aquí. El lenguaje inclusivo se va colando en las conversaciones cotidianas. El Patriarcado se va a caer, se va a caer, indefectiblemente.
Hay que empezar a cambiar las palabras. Decir "hijo de puta" está mal, las putas no tienen la culpa de los males masculinos. Ni siquiera la madre de Macri, ni la de Magnetto. Mentar "todos nosotros" es marginar a las "nosotras" que nos parieron y nos hacen hombres a diario.
A pesar de la tristeza, de la derrota momentánea, las pibas y sus proyectos libertarios seguirán rompiendo las pelotas de los crápulas que cargamos en nuestras conciencias, sin distición de sexo. Con estas pibas, el futuro es verde esperanza.
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