Acá, por mi casa, el sol calienta la mañana de este 20 de junio, y el cielo está celeste celeste...
Será que los ángeles quieren memorar con nosotros el Día de la Bandera, y nos aclaran la vida para que la llenemos de contenido solidario, inclusivo, patriótico, y la celeste y blanca no sea sólo un trapo sino un símbolo de valores nobles, colectivos, que nos hacen argentinos lo más parecidos posible a Belgrano, Castelli, San Martín y tantos olvidados, y el sol incaico calienta de veras los corazones.
Será también el mejor escenario para que festejemos los goles de Suárez frente a los piratas ingleses (una pequeña vindicación suramericana nunca viene mal), y dale alegría alegría a mi corazón, hermano charrúa.
Será que es el cumpleaños de María mi amor, madre de todas las felicidades, augurio de dichas y sonrisas en medio de inundaciones arteras, remanso perpetuo, paciencia infinita, ternura recurrente. Paz que ama y a veces rezonga.
Será la calma antes de la tormenta que se viene con los buitres picoteándonos el futuro. No sé, quizás dios esté distraído, como siempre, y esto de estar en todos lados le queda grande, y ni siquiera con un Papa argentino alcanza para lograr cierto equilibrio entre los ricos y los pobres del mundo. Parece que los mercaderes se compraron el templo. Parece que no nos perdonan unas gotas de soberanía.
Así que no esperemos nada que venga del cielo celeste celeste, salvo la belleza del universo. Vamos a tener que seguir fatigando la batalla por la justicia global que vienen ganando los pajarracos capitalistas, los buitres de acá y de allá, desde hace tanto...
Será que los ángeles quieren memorar con nosotros el Día de la Bandera, y nos aclaran la vida para que la llenemos de contenido solidario, inclusivo, patriótico, y la celeste y blanca no sea sólo un trapo sino un símbolo de valores nobles, colectivos, que nos hacen argentinos lo más parecidos posible a Belgrano, Castelli, San Martín y tantos olvidados, y el sol incaico calienta de veras los corazones.
Será también el mejor escenario para que festejemos los goles de Suárez frente a los piratas ingleses (una pequeña vindicación suramericana nunca viene mal), y dale alegría alegría a mi corazón, hermano charrúa.
Será que es el cumpleaños de María mi amor, madre de todas las felicidades, augurio de dichas y sonrisas en medio de inundaciones arteras, remanso perpetuo, paciencia infinita, ternura recurrente. Paz que ama y a veces rezonga.
Será la calma antes de la tormenta que se viene con los buitres picoteándonos el futuro. No sé, quizás dios esté distraído, como siempre, y esto de estar en todos lados le queda grande, y ni siquiera con un Papa argentino alcanza para lograr cierto equilibrio entre los ricos y los pobres del mundo. Parece que los mercaderes se compraron el templo. Parece que no nos perdonan unas gotas de soberanía.
Así que no esperemos nada que venga del cielo celeste celeste, salvo la belleza del universo. Vamos a tener que seguir fatigando la batalla por la justicia global que vienen ganando los pajarracos capitalistas, los buitres de acá y de allá, desde hace tanto...
2 comentarios:
Hermoso post compañero hermano Mancuso, me emocionaste. Un gran abrazo a vos y a los tuyos y estamos unidos en el pensamiento y en la lucha. ¡Venceremos!
Sí, Julia es verdad, también Güemes, Moreno, Dorrego, Brown, y tantos otros...
Profe, hermano compañero, le mando un abrazo enorme... hasta la victoria siempre
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