A veces, una reflexión que se origina para una cosa, se extiende, se derrama, es tan sabia que sirve para otras, se pluraliza y se hace casi universal. Horacio González manifiesta la disconformidad de muchos con el nombramiento del nuevo jefe del Ejército, y rizomáticamente, su pensamiento ilumina otras culpas que se hacen evidentes en estos días. Vemos, sorprendidos, que la treintañera democracia se está devaluando, que la década ganada no llegó a todos los argentinos, que siguen sufriendo los mismos de hace rato...
Conviven en el mismo lodo todos manoseaos: los silencios burocráticos, la obsecuencia acrítica, el consenso para los negocios, la obediencia partidocrática, las manos levantadas para votar leyes oprobiosas (ver SOLOS EN LA MADRUGADA, y ARRIBA LAS MANOS, y NEGOCIOS SON NEGOCIOS EN LA CABA), la necesidad de Estado, los militantes rentados, los pseudo nacionales y populares, neoliberales irredentos, cínicos e inescrupulosos, con los luchadores de siempre que reman contracorriente...
«... Cuando cometo un acto vergonzoso pero inmerso en las ambiguas madejas internas de una institución, la culpa parece divisible, es mía y de muchos. Se hace abstracta y por lo tanto ocurren dos cosas; ya no es de nadie y pertenece tan sólo a la Institución que, como toda institución, se funda en una culpa abstracta. Es la misma cosa si la Institución se siente fundada por la gloria. En cualquiera de los dos casos alcanza a sus miembros superficialmente y los exime de responsabilidades. Como en cierto modo toda institución se origina en el doble juego de la culpa y la gloria, la forma de eximirme del peso ruin o insigne de los actos es permanecer en un ritual que se llama obediencia debida. Me eximo pero puedo hablar por la parte infinitesimal de ellos que me corresponde...»
Conviven en el mismo lodo todos manoseaos: los silencios burocráticos, la obsecuencia acrítica, el consenso para los negocios, la obediencia partidocrática, las manos levantadas para votar leyes oprobiosas (ver SOLOS EN LA MADRUGADA, y ARRIBA LAS MANOS, y NEGOCIOS SON NEGOCIOS EN LA CABA), la necesidad de Estado, los militantes rentados, los pseudo nacionales y populares, neoliberales irredentos, cínicos e inescrupulosos, con los luchadores de siempre que reman contracorriente...
«... Cuando cometo un acto vergonzoso pero inmerso en las ambiguas madejas internas de una institución, la culpa parece divisible, es mía y de muchos. Se hace abstracta y por lo tanto ocurren dos cosas; ya no es de nadie y pertenece tan sólo a la Institución que, como toda institución, se funda en una culpa abstracta. Es la misma cosa si la Institución se siente fundada por la gloria. En cualquiera de los dos casos alcanza a sus miembros superficialmente y los exime de responsabilidades. Como en cierto modo toda institución se origina en el doble juego de la culpa y la gloria, la forma de eximirme del peso ruin o insigne de los actos es permanecer en un ritual que se llama obediencia debida. Me eximo pero puedo hablar por la parte infinitesimal de ellos que me corresponde...»
4 comentarios:
Es cuestión de elegir entre culpas; sobre que apoyo la elección de la presidenta no siento ninguna culpa, más bien siento orgullo como peronista. No obstante, culpas y glorias hay siempre, cuando uno elije una culpa o prefiere no experimentarla, es porque optó por otra. A mí en este diciembre desestabilizante escribir lo que escribió González me hubiera dado una culpa horrible.
Dani,
Me parece que lo dicho por el Cro. Gonzalez en Carta Abierta tiene algo que ver con lo que hicieron muchos denunciando la hipocresía de la institución.
No creo haber sido el único que frente a la negación de los logros en la entrega de tierras públicas al Cro. Elsztan, con buena participación de Carta Abierta, (incluída la actuación del Cro. Sorín), los hayan reputeado, no solo mis ironías habrán llegado sino unas cuantas.
Voz de alfombra Forster, siempre dispuesto ha hacer política se guardo, si bien intento desviar el tema cuanto pudo.
En cambio Gonzalez es un tipo de principios y supongo que le habrá costado mucho escribir lo que escribió, pero ahí está, que cada uno se ponga el sayo que le corresponde.
Muy buena la nota, no todos entregan las banderas.
Mi sincera opinión sobre este "sonado" caso la resume la nota de hoy de "http://lavozdelchacarero.blogspot.com.ar/"
"SOBRE EL GENERAL MILANI
Al paciente lector del blog del chacarero advierto (aunque no sería necesario) que debajo de la pátina pretensiosa de cultura que recubre por momentos mi persona, está mi brutal realidad de argentino que no se come una.
Cuando escucho a la Pando, a Morales, a Lanata y otros meritorios colaboradores de la puta contra revolución conservadora vociferando contra el nuevo jefe del Ejército, cuando leo en SEPRIN y en La Nación ataques contra esta persona, cuando veo nítidamente la intención de transformar un revoltijo de acusaciones incomprobadas en condena social de prepo y la instalación de una imagen diabólica a partir de un montículo de semi pruebas, no me arrepiento en absoluto de seguir creyendo que el nombramiento del milico este ha sido un acierto.
Cuando tantas serpientes venenosas atacan coordinadamente se me activa en automático la visión detectora de gorilas y pillos mayores y menores que suelen marchar junto a estos. A ningún argentino de los míos, es decir de los buenos, se le puede escapar la tortuga, ni en este ni en cualquiera otro asunto donde el adversario arma tanto alboroto y donde la derecha y la izquierda coinciden en confrontar como un solo hombre a Cristina Fernández.
Al único que respeto del feo conglomerado que se opone al ascenso de Milani, es a Horacio Verbitsky. Y la verdad no me canso de leer sus fundamentaciones, sin encontrar una sola cuestión profunda y razonable que haga pensar que Milani es un represor no condenado. Está flojo de papeles y eso no se disimula, ni con los bien ganados pergaminos ni con habilidad discursiva.
De Milani ya tendremos la verdad con el tiempo. De la inmensa mayoría de los que están queriendo venderlo como un satán sin condena, ya la conocemos."
Saludos
No alcanza con estar en contra de las críticas de los enemigos del Proyecto. Cuando nos mandamos una cagada, nuestros enemigos saltan, y eso no significa que nuestra cagada no sea una cagada, sino que nuestros enemigos nos agarraron en falta. Lo que hay que hacer es reparar las cagadas, no confirmarlas para estar en contra de La Nación y Clarín y Pando.
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