GRACIAS COMPAÑERA

Gracias. Muchas gracias. Recuperé la emoción de cantar el Himno, viendo volar nuestra bandera, sentirme parte de un conjunto de seres que pugnan por ser felices en un planeta atravezado por la inequidad. Esta democracia que venimos construyendo desde 2003 me devolvió las ganas de creer en la Justicia. Ahora sé qué es una cautelar, el Consejo de la Megistratura, la Cámara Federal, los jueces y abogados, la Corte Suprema... y a quiénes defienden. Descubrí las injusticias argentinas. Fueron años duros para poder juzgar a genocidas y torturadores. Faltan los socios de traje y corbata, de vestido de satén, pero vamos avanzando. Y queda claro lo que tenemos que cambiar. Ahora sé por qué este hermoso país no avanzaba, por qué la trama mafiosa manejaba nuestro destino, todo estaba oculto, los negociados y componendas para proteger los intereses corporativos de los agrogarcas, de la timba financiera, de los empresarios multinacionales, de los multimedios, de los oligarcas de acá, de los burócratas sindicales, de los panqueques, de los funcionarios neoliberales de adentro, de los vendidos, de los cipayos... La incipiente justicia social, poco a poco, va alumbrando los vericuetos de los poderosos.

Gracias por entrenar la memoria, ejercitarla cada día, y develar las verdades. Se cayeron las caretas, y se ven los hilos de las marionetas. Las ratas salieron de la madriguera. Qué sorpresa descubrir que nos tienen miedo, y nos odian, están intranquilos porque se les acaban los negocios y las impunidades. Paso a Paso.

Ahora mismo me baño, me peino, me lavo los dientes, me perfumo, me pongo lindo, me cuelgo la escarapela y mi mejor sonrisa, y me dedico el domingo: me voy a la Plaza de Mayo. Y cuando esté bien bien lleno, que no se pueda caminar, apretado y aturdido, en pleno bullicio popular, paroxismo populista, me voy a abrazar con cualquiera, y voy a sentir su olor, su transpiración y lo voy a besar y decirle gracias compañero, compañera, gracias por hacerme feliz, y saltaremos juntos y seguiremos transpirando alegrías, y sueños, y batallas que se vienen y nos cagaremos de risa de los tropiezos, los retrasos, las rémoras, las zancadillas, y demás artilugios de la canalla gorila. Tenemos 30.000 razones para seguir soñando que la victoria nos pertenece. 

¡Viva la Patria!

Daniel
Mancuso