CADENA NACIONAL O CACEROLAS

Joaquín Morales Solá es muy peligroso. No es un escriba más, un simple segundón que redacta lo que le ordenan sus patrones multimediáticos. Es, sin duda, una pluma mimada del establishment, y expresa en sus notas editoriales, lo que piensa la derecha reaccionaria más destituyente, casi golpista. Hay en la sociedad argentina ─JMS lo dice sin ambages─ un sector muy belicoso que quiere voltear al gobierno democrático porque repudian cómo gestiona y amplía derechos, cómo redistribuye la renta, cómo avanza sobre los sectores concentrados de la economía. Si pudiera, ese sector golpearía las puertas de los cuarteles como lo hizo en otra época, y ahora golpea las cacerolas, y golpea desde los títulos catástrofe de la prensa canalla. El proyecto político de los sectores dominantes se expande en cada uno de sus editoriales...

«La Presidenta es una mujer solitaria, de carácter fuerte y autoritario. Siempre fue así. La soledad y sus bríos mandones explican, por sí solos, que haya cruzado en los últimos días líneas divisorias entre la democracia y el absolutismo. Usó la cadena nacional durante una hora en el momento de mayor consumo de televisión, y autorizó nuevos y mayores controles para las importaciones y para los gastos en el exterior...»

"La historia retorna", dice JMS. Tiene razón o no, según como se mire. Si hablamos de luchas populares por la liberación nacional, pulseadas históricas para construir un camino de justicia social, marchas y contramarchas frente a los poderes fácticos que presionan a los gobiernos populares y explotan a nuestra gente: Sí, es la vuelta de los mejores tiempos de lucha por nuestros derechos, por nuestra patria argentina y suramericana. Él piensa todo lo contrario, seguro. Por eso dice...

«La cadena es un exceso (y una ilegalidad) a cualquier hora, sobre todo cuando se la usa para no decir nada. Pero es algo más que eso cuando se recurre a ella en la hora pico del encendido televisivo, cuando las familias se sientan frente al televisor para entretenerse o para informarse al final del día.

»El exceso se convierte entonces en una intromisión del Estado en la vida privada de los ciudadanos. Los discursos en cadena de la Presidenta no le sirven de nada. ¿No hay ningún voluntario dispuesto a decírselo? La escuchan los convencidos, que son cada vez menos, y no la escuchan los críticos, que son cada vez más. En la noche del lunes, los canales de cable que no están comprendidos por la red de radio y televisión tuvieron más encendido que la televisión abierta. Nadie recuerda que eso haya pasado antes. Gran parte de la sociedad argentina huyó de la cadena nacional y se refugió en canales de deportes, de películas o de documentales...»

JMS no es ignorante, sabe lo que hace: simplemente distorsiona los datos, tergiversa la realidad, las interpretación de las leyes, miente en la información. Cuando critica el uso de la cadena nacional y se remite a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual esta omitiendo parte del artículo 75...

ARTICULO 75. — Cadena nacional o provincial. El Poder Ejecutivo nacional y los poderes ejecutivos provinciales podrán, en situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional, disponer la integración de la cadena de radiodifusión nacional o provincial, según el caso, que será obligatoria para todos los licenciatarios.

Esa es la cuestión: el día de la Industria o cualquier otra oportunidad en que se usó la cadena nacional por parte de la Presidenta, tuvo "trascendencia institucional". Claro que la trascendencia institucional es opinable, los sectores dominantes no quieren un Estado activo metiéndose donde no debería según las ideas neoliberales del Consenso de Washington.

Daniel
Mancuso