Miran para otro lado. Se hacen los boludos. Esto no se toca, decían algunos en la intimidad. Indignación e impotencia. Bronca. La peor vergüenza es la que está a la vista de todos, la que todos ven y nadie se hace cargo. Sí, propios y extraños sabían de la mancha pegajosa que flotaba en el Río Riachuelo con millones de inequidades derramadas a cielo abierto. De un lado y del otro son socios en algunas trapizondas. Pobreza y negociados a la orden del día. Contubernio progresista neoliberal de alto vuelo, de baja estofa, de inequívocas mezquindades discursivas pseudo populares. Antipolítica y dinero sucio. Y después uno se pregunta por qué los ciudadanos descreen de la política, de los jueces, de las leyes.
Sólo los pobladores contaminados, los vecinos indignados, los movimientos sociales movilizados, la militancia de abajo, y algunos Quijotes venían denunciando ante el muro de la impunidad, que los vientos podridos arreciaban en el valle del Matanzas Riachuelo.
Lo del juez ARMELLA ENSUCIANDO LA CUENCA es sólo una anécdota. Lo peor, lo más doloroso, es descubrir que estamos durmiendo con el enemigo, en casa.
Sin dudas, más temprano que tarde, los vamos a echar a patadas en el culo.
- POST SCRIPTUM
«Pero más abominable aún que los imperialistas son los hombres de las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus pueblos...»
«... A veces los he visto fríos e insensibles. Declaro con toda la fuerza de mi fanatismo que siempre me repugnaron. Les he sentido frío de sapos o de culebras. Lo único que los mueve es la envidia. No hay que tenerles miedo: la envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores. Pero hay que apartarlos del camino. No pueden estar cerca del pueblo ni de los hombres que el pueblo elige para conducirlos. Y menos, pueden ser dirigentes del pueblo. Los dirigentes del pueblo tienen que ser fanáticos del pueblo. Si no, se marean en la altura y no regresan. Yo los he visto también con el mareo de las cumbres»
«... Lo fundamental es que los hombres del pueblo, los de la clase que trabaja, no se entreguen a la raza oligarca de los explotadores. Todo explotador es enemigo del pueblo. ¡La justicia exige que sea derrotado!»
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